Mujeres empresarias en un país de machistas
ULISES MEJÍA HARO
De acuerdo al informe “Panorama Social de América Latina 2016” publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México es de los países con mayor desigualdad, donde la riqueza está mal distribuida, ya que el 80% de esta se concentra en tan solo el 10 por ciento de las familias, mientras que el 10 por ciento de las empresas del país concentran el 93 por ciento de los activos físicos y financieros.
Otro aspecto importante sobre el informe de la CEPAL versa sobre la Desigualdad de Ingresos desde la Perspectiva de Género. Uno de los pilares fundamentales para reducir la desigualdad es lograr la autonomía de las mujeres, en particular su autonomía económica. Hay evidencia empírica suficiente de que el aumento de la participación y de los ingresos laborales de las mujeres tiene efectos significativos en la reducción de la pobreza y de la desigualdad de ingresos.
En general, las mujeres tienen menor acceso a los recursos productivos y financieros, así como a los recursos monetarios, a la capacitación y al uso de las distintas tecnologías. Por otra parte, debido a su alta carga de trabajo doméstico no remunerado, disponen de menos tiempo para su uso personal, lo que atenta contra sus posibilidades de capacitarse y mantener una presencia continua en el mercado laboral.
El estudio revela de que, entre las mujeres de América Latina, las mujeres mexicanas son las que más destinan su tiempo en trabajo no remunerado en el hogar e informal, sin protección social. Las mujeres presentan mayor desigualdad al destinar el 32.2 % de su tiempo disponible a trabajos domésticos no remunerados, mientras que el hombre solo destina sólo 11. 6 % de su tiempo disponible al trabajo doméstico.
El pasado 30 de mayo en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey, campus Zacatecas celebramos el Panel de Mujeres Empresarias en un país de machistas, con el objetivo de incentivar en las mujeres el espíritu emprendedor, el empleo y el fortalecimiento a la micro, pequeña y mediana empresa en Zacatecas. La organización no gubernamental “Yo Emprendo” y el Colectivo “Kybernus, Capítulo Zacatecas” unieron esfuerzos con la finalidad de retroalimentar a las asistentes con técnicas y herramientas necesarias para incursionar en los negocios, conscientes de que las mujeres juegan un papel importante en la generación del empleo ¿Sabía estimado lector que 3 de cada 10 empresas registradas ante el SAT (Servicio de Administración Tributaria) son de mujeres?
A continuación destaco algunos datos vertidos por las ponentes sobre la desigualdad de ingresos, empleo y oportunidades desde la perspectiva de género: La empresaria zacatecana Úrsula Rivera dijo que solo el 30 % de todas las empresas son dirigidas por mujeres y estas tienden a estar concentradas en las micros y pequeñas empresas; el 19% de las mujeres ocupan puestos en los consejos de administración y solo el 5% o menos de los directores ejecutivos de las mayores empresas del mundo son mujeres. El 52% de las mujeres ocupadas en la entidad ganan de uno hasta dos salarios mínimos, y por cada dos hombres que ganan más de cinco salarios mínimos hay una mujer que gana lo mismo.
En este mismo sentido la también empresaria y panelista Olivia Medina señaló que el 66% de las mujeres trabaja, y en promedio ganan entre el 60 y el 75 % de lo que perciben los hombres. Sin embargo, aún ganando menos, la mujer destina 70% de su salario a las necesidades del hogar. Las mujeres en México aportamos el 37% del PIB.
La desigualdad de la mujer con el hombre en los ámbitos empresarial y laboral radica principalmente en la brecha salarial, el acoso laboral, menores oportunidades profesionales, la desigualdad con su pareja en la atención de los hijos y trabajo doméstico, incipientes programas gubernamentales y de apoyos con enfoque de equidad de género y ciertas barreras invisibles » todavía los hombres sienten que estamos invadiendo su espacio laboral cuando las mujeres deberían de estar en casa, persiste en México el machismo”.
En síntesis, la CEPAL concluye que la sobrerrepresentación de las mujeres en los quintiles de menores ingresos, como una mayor proporción de mujeres sin ingresos propios, principalmente en esos quintiles, redundan en que un conjunto amplio enfrente situaciones de privación e inequidad. Si bien se han producido mejoras en los últimos años, las brechas de ingresos que enfrentan las mujeres, junto con la composición diferenciada de dichos ingresos, permanece como una característica distintiva de la desigualdad en todos los países de América Latina y el Caribe.
* Maestro en Administración
FB: @mejiaharo