Miguel Alonso, inmoral y corrupto
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX
El ascenso de Sarkozy a la Presidencia de la República Francesa, se acompañó de un escándalo al abandonar a su mujer y reemplazarla por una diva que no cantaba mal las francesas y que desató de inmediato el debate en el país galo.
Hoy, a la mujer del odiado Donald Trump le publicaron algunas fotos desnuda y también hubo reacciones.
La Gaviota Presidencial, una primerísima dama de la televisión mexicana, también provocó escándalos en la elección presidencial de México, pero es cierto que dio muchos votos.
En Zacatecas, al ascender al poder Miguel Alonso, se vinculó con una estrella de la vulgaridad cuyo nombre era *Braga* (calzón en algunos idiomas) Su cualidad no era ni la actuación ni el teatro, sino la vulgaridad. A Zacatecas asistió a algunas corridas de toros. Según la revista TVNotas de la época, visitó el lugar de la familia del gobernador y el vulgar romance inundó la opinión zacatecana durante meses. Resultó sólo un teatro, una parodia, en virtud de que nuestro gobernador quería ocultar sus preferencias emocionales y algún mercadólogo de pueblo recomendó esa figura. Tardaron tiempo en quitársela de encima y costó muchos millones de pesos, porque ella quiso explotar esa nota que la catapultaba a los titulares de la prensa del corazón. Miguel Alonso se quedó con su estigma y la Braga con el de ella.
Sin embargo, en esos tiempos, el gobernador comulgaba públicamente en la catedral, cuando la biblia descarta la afiliación religiosa con quienes no tienen hábitos morales en el contexto de la masculinidad.
El resto del sexenio deambuló con los rumores populares sobre las preferencias sexuales del gobernador, tan es así que a sus amigos el vulgo les conoce como *la primera dama*, si bien son varios. Por qué tener una doble moral cuando el Presidente Municipal de Fresnillo anuncio públicamente que era homosexual. No era el primer presidente municipal que se confesaba. Había sucedido ya en Nueva York, San Francisco o Paris que han tenido homosexuales como rectores de sus comunidades sin ser ello vergonzante.
Un estadista está arriba de sus emociones. Son más sus actos públicos que su masculinidad. La doble moral de Miguel Alonso es indiscutible. Así llegó al gobierno y así se va, solo que con muchos millones más –tanto él como su familia- en sus bolsillos.
Quiero recordar – no con rencor- sino solo expresar públicamente aquel evento terrible que ocurrió el 2 de noviembre pasado, cuando en un autobús de ETN que había salido de Zacatecas, a las 22 horas con 50 minutos del 1 de noviembre, maromeó y se estrelló en la carretera de Querétaro a México. Varios muertos en el incidente. Nadie nos rescató. Estuvimos tirados a la orilla de la carretera entre las 5 y las 8 de la mañana. Nos levantó la Cruz Blanca de los pobres, por lo que nos pidieron un pago justo por llevarnos a un hospital. No llegó nunca el seguro del camión, mucho menos el representante de la camionera, que es una empresa del Grupo Atlacomulco vinculado al PRI. No teníamos atención en un hospital de cuarta categoría y a las 12 del día nos dijeron que no habría más que hacer por nadie y que teníamos que dejar el hospital. Me comuniqué con diferentes funcionarios y amigos para que ayudaran al grupo de zacatecanos accidentado. Yo tengo seguro de gastos médicos por lo que no era relevante mi atención sino en el primer momento.
Lo que logramos fue un comunicado de prensa que el Gobierno del Estado emitió señalando que EL CAMIÓN NO HABÍA SALIDO DE ZACATECAS, POR LO CUAL LAS VÍCTIMAS NO ÉRAMOS ZACATECANOS. Qué miserable actitud la del señor Gobernador que ya termina su encargo para irse a esconder a la Ciudad de México.