México ante la posibilidad de aumento de la pobreza
JOSÉ NARRO CÉSPEDES
México se ha topado de frente con la realidad. Oficialmente nuestro país es un país de personas sumidas en la pobreza y está alejado de ese país que a los gobiernos panistas les gustaba imaginar, un país de clases medias.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer las cifras de mexicanos en situación de pobreza. En términos generales, los mexicanos que eran pobres en 2010, siguen siendo pobres en 2012. Es decir, la política social implementada hasta entonces ha sido un total fracaso.
De acuerdo con el Coneval, actualmente en México existen 53.3 millones de personas que viven en situación de pobreza moderada, lo que significa un aumento de medio millón a los 52.8 millones de personas que en el 2010 se encontraban en esta condición.
Hay que tomar en cuenta que cuando hablamos de pobreza, hablamos de falta de agua, de falta de acceso a servicios de salud y educación, de ausencia de vivienda digna, de hambre y un ingreso mensual por debajo de la línea de bienestar económico (2,329 urbano y 1,490 rural), mientras que una persona que vive en pobreza extrema tiene un ingreso mensual inferior a la línea de bienestar mínimo (1,125 urbano y 800 rural), y además presenta tres o más carencias sociales.
Amnistía Internacional (AI) señaló que la magnitud de la pobreza en México «podría ser aún más escalofriante» de lo que indican las cifras dadas a conocer por el Coneval. Ante tal escenario, la pobreza en México se ha alimentado de la falta de voluntad de las autoridades, que al tiempo que se han comprometido a poner fin a la pobreza se han quedado cortas al momento de implementar políticas efectivas para combatirla.
Y de todos los pobres en México, los habitantes de las zonas rurales, son los más pobres.
Más del 90% de los campesinos no tienen siquiera ingresos suficientes para adquirir una canasta básica de alimentos. Con ello, el campo mexicano del siglo XXI se equipara al agro deteriorado de 1933.
De acuerdo con el estudio Situación del campo en México; realizado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la facultad de Economía de México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apenas 3 millones 954 mil personas del sector rural pueden llevar alimento a sus hogares, otras 27 millones 480 mil personas, no tienen acceso a una canasta básica.
El informe puntualiza que de los 30 millones 185 mil campesinos que habitan el sector, sólo 8 millones 500 mil tienen empleo en actividades agrícolas y ganaderas.
La UNAM indica que el total de la población rural, 10 millones 262 mil 900 personas no reciben ingreso; 8 millones 796 mil, sólo un salario mínimo; 8 millones 421 mil alcanzan de uno a dos salarios mínimos; 2 millones 112 mil obtienen de dos hasta cinco salarios mínimos, y sólo 1 millón 841 mil trabajadores agrícolas tiene un ingreso superior a cinco salarios mínimos.
Y con todo lo anterior, la posibilidad de que la pobreza aumente en el campo es cada vez más inminente, se avecina una caída en los precios del maíz y el aumento de la importación del grano.
Este año podría producirse una cosecha récord de 340.131 toneladas de maíz en Estados Unidos lo que fortalecerá la importación del alimento, terminando de empobrecer a los campesinos mexicanos. En sólo una década, las importaciones mexicanas de maíz se multiplicaron por cuatro, hasta alcanzar en el último año la cifra sin precedente de 2 mil 878 millones de dólares.
La pobreza en México es el resultado del fracaso de los modelos socio-económicos implementados por los gobiernos neoliberales del PRI y PAN que apostaron por fortalecer al reducido grupo que controla la economía nacional. Los monopolios crecen mientras que el grueso de la población tiene entre sus preocupaciones cotidianas la comida del día siguiente.
México se ha convertido en un país productor de millones de pobres y del hombre más rico del mundo.
Habrá que repensar un sistema que quita la dignidad a millones de personas al dejarlos sin la posibilidad de acceder a una vida digna.
Tenemos que encontrar la respuesta siempre a la izquierda, siempre con la gente.
