Meade contra AMLO
ERNESTO GONZÁLEZ ROMO
Todo indica que la batalla del 2018 será una guerra del PRI contra morena.
Morena tiene claro quién será su candidato presidencial, lo sabemos desde la creación de nuestro partido y para nadie es un secreto, en el PRI tenían dudas, pero siempre supieron que el candidato sería elegido por la Peña Nieto.
Ahora ya está claro que Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade estarán en las boletas del próximo año y todo indica que estos dos candidatos disputarán la presidencia de la República en una elección cerrada, dura, ríspida y polarizada.
Será una campaña de 5 a 8 candidatos pero que se disputará entre dos fuerzas. Será una campaña del PRI contra morena, los demás serán participantes testimoniales. Los independientes tenían altas posibilidades de cambiar la historia en el 2018 pero se quedaron sin discurso y sin contenido. El Bronco será candidato para quitarle votos a López Obrador y Margarita será candidata para quitarle votos al PAN y fortalecer al Candidato del PRI, pero a ninguno de los dos les interesa ganar, ni ofrecen un proyecto real de Gobierno. En el caso del Frente Ciudadano por México, fue un proyecto con un contenido interesante, que se murió en las diputas internas del PRD, un partido que en este momento tiene más conflictos que militantes, por eso mientras en morena y el PRI tienen listos a sus gallos, en el Frente apenas quieren definir el método de selección, a este paso tendrán al candidato listo para el 2024.
En este enfrentamiento morena y el PRI ya están definiendo sus estrategias: morena le apuesta a una votación copiosa en todo el país, para que la clase media defina al próximo presidente y el PRI le apuesta a una elección ríspida, donde pocos ciudadanos se ilusionen para que las áreas rurales y los cordones de pobreza de las áreas urbanas, terminen definiendo al próximo presidente de México.
Todo indica que morena sumará al PT y a Encuentro Social, dos partidos con estructuras pequeñas pero sólidas y seguramente el PRI sumará al Verde y a Nueva Alianza, el primero es un partido quebrado, pero con fuertes nexos en las altas esferas económicas y mediáticas del país y el segundo es un partido con una sólida estructura de maestros que serán indispensables en la estrategia del partido en el poder.
Además de las alianzas formales, morena seguirá sumando a los simpatizantes del PRD y de Movimiento Ciudadano, mientras que el PRI hará todo lo posible para sumar a los simpatizantes del PAN y aglutinar a los ciudadanos que ven a López Obrador como una amenaza para sus intereses.
En este momento López Obrador encabeza todas las encuestas, Meade arranca desde muy abajo y seguramente cargará con todos los negativos del PRI, pero tendrá el control de los recursos del Gobierno Federal y de los Estados.
El arranque del 2018 está definido, será una guerra sin cuartel entre morena y el PRI, con una intensa guerra sucia, con muchísimos recursos públicos de por medio y con los programas sociales repartidos a diestra y siniestra, pero falta por definir el final de la contienda ¿será todos contra el PRI o será todos contra morena? Ya lo veremos, pero por lo pronto el nombramiento de Meade parece una buena noticia para morena y López Obrador.
LNY/Redacción