Los guardianes del patriarcado
LUCÍA LAGUNES HUERTA
En agosto del año pasado, Enrique Peña Nieto advirtió que para lograr una nación más democrática, de mayores libertades, de oportunidades y realización personal, era determinante la participación e involucramiento de las mujeres.
Cinco meses después de su dicho, excluye por completo a las mujeres en la conmemoración de nuestra Constitución.
Las palabras fueron dichas, y rescatadas por los medios de comunicación, al encabezar la primera sesión pública del Sistema Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, ¿dónde quedó la congruencia del mandatario?
En 2014, Miguel Ángel Mancera, al conmemorar el aniversario 61 del sufragio femenino, refrendó su compromiso político de impulsar la paridad de las mujeres en las labores de gobierno y en todos los sectores de la CDMX, donde las capitalinas actúan, dijo, como un factor de cambio determinante para el desarrollo, ¿Por qué entonces al presentar la primera constitución de la CDMX, en la que la mitad de las constituyentes fueron mujeres, no respetó su compromiso?
Ha transcurrido un siglo de la promulgación de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lapso en el cual se han realizado 699 reformas, muchas de ellas impulsadas por las mujeres para garantizar la igualdad y la no discriminación.
Pese a los logros obtenidos, los guardianes del patriarcado siguen construyendo muros para impedir que la igualdad sustantiva sea una realidad y una lógica democrática. Cuándo las palabras no se honran con los hechos se cae en demagogia, la cual suelen rechazar los señores cuando vienen de otros, pero no cuando lo hacen con sus ciudadanas, las cuales están hartas de las palabrerías, de los discursos políticamente correctos, las ciudadanas exigen el respeto de sus derechos, de todos sus derechos y todo el tiempo.
El mayoriteo masculino excluyó al 52 por ciento de la población mexicana, a las 47 mujeres que construyeron la Constituyente de la CDMX; a las cuatro funcionarias capitalinas y a las tres funcionarias federales, a las 159 diputadas federales, a las 48 senadoras, a la presidenta en la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y a las 284 presidentas municipales, entre otras.
No hay argumento que valga en la exclusión de las mujeres, la incongruencia no puede seguir siendo la lógica masculina de gobernar. Existe un compromiso en nuestras leyes con la igualdad y la no discriminación que debe ser cumplido. Las mujeres estamos en todos los espacios y no queremos ser excluidas.
Es probables que para los guardianes del patriarcado estos hechos no tengan mayor relevancia y que el próximo 8 de marzo volvamos a escuchar los discursos que ensalcen la presencia de las mujeres, reconozcan sus aportes y existan compromisos como los mencionados anteriormente, para ellos puede ser lo mismo, pero para nosotras no.
Las mujeres no podemos permitir que la demagogia masculina siga adelante, lo ganado nos ha costado mucho y tenemos que hacerlo valer.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28