“Lavarse las manos”, los otros datos
RAÚL MANDUJANO SERRANO
“Lavarse las manos”, los otros datos. – El amanuense se siente engañado. Ha respetado las indicaciones, se ha mantenido en casa y desde allí trabaja. Pero afuera parece que nada importa, las vialidades están llenas, los mercados no se digan. ¡Les vale madre pues! Quizá cada uno tiene “sus propios datos”. Quizá tanta confusión les haga sentir que todo es una mentira del capitalismo y los santitos del presidente les funcionen. Pero hay otros datos: El COVID-19 es una enfermedad causada por la infección del Coronavirus 2, del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV-2). El brote fue identificado en diciembre de 2019 en China y la enfermedad fue reconocida como una pandemia, por la OMS el 11 de marzo de 2020.
Hoy, en este momento, se tienen registrados cinco millones cien mil casos de contagio en todo el mundo, de los cuales un millón 200 mil se han recuperado y 328 mil fallecieron. Son datos alarmantes que indican una letalidad del virus del 7 por ciento, pero esto es engañoso, y es que en una pandemia no pueden darse datos totales por las regiones y su diversidad o brecha de información.
Pasa lo mismo en México. Desde el 27 de febrero, cuando el gobierno al fin reconoció la existencia de la enfermedad y aún jugaba con “los abrazos” y “los santitos”, hasta este momento, se tienen confirmados 56 mil 594 casos y más de 6 mil 90 muertos, pero son sólo datos de registros hospitalarios, funerarios y de confirmaciones, pero no se consideran casos de comunidades indígenas, populares sin acceso a servicios médicos o públicos, zonas urbano-marginales. Por eso el gobierno federal (a fin de “lavarse las manos”), les deja la responsabilidad a los estados e inicia una “nueva normalidad”, si no se logra, la culpa será de los estados. Pero ¿qué tan normal puede ser vivir ante la amenaza de morir? Ese es el COVID 19, no hay cura, puede tardar más de 2 años y todos podemos enfermar.
Las estadísticas son engañosas, pero, guardan una terrible advertencia. México ha enfrentado grandes catástrofes: los sismos del 85, el H1N1 en el 2009, el terreno del 2017 y sin duda, esta crisis por el COVID-19 tendrá un impacto mucho mayor en las personas. ¿A quién beneficiará el aumento de la pobreza?
El demonio anda suelto y no sabemos orar. Quizá por eso andan muchos en la calle. A falta de un buen sacerdote que guie a su rebaño, la feligresía busca culpables en la banca de a lado y trasladó su ring de culpas y pretextos a las redes sociales, mientras, México se rompe poco a poco.
Colofón. – La crisis que se avecina
Mientras degusta de un café caliente con canela, y una dona azucarada recién salida del horno, el creador de los evangelios irreverentes considera que la sociedad mexicana vive con miedo frente a la mayor crisis de salud y económica de los últimos 50 años. La crisis social vendrá porque muchos micro, pequeños y medianos negocios van a cerrar y van a tener que despedir gente, también porque la economía de México tiene aproximadamente 31 millones de personas en la informalidad y será muy complicado destinarles ayuda, fiscalmente hablando; también porque la pobreza crece y la brecha del desarrollo baja de manera acelerada, propiciando el incremento de la violencia. La pandemia no es sólo “encerrarse en casa”, está desbaratando dos sistemas, uno económico y otro político, y ninguno se pone de acuerdo, quizá porque a ninguno le conviene…
Twitter: @raulmanduj