Las Piezas del Ajedrez: Revolución de conciencias

EFRAÍN ESPARZA MONTALVO

El 24 de febrero del 2014 la revista Times publicó un amplio reportaje intitulado “Saving Mexico” (Salvar a México) con motivo de las “radicales reformas logradas por el presidente Enrique Peña Nieto y que lograron cambiar la narrativa de un país manchado por el narco.” Al mismo tiempo, el periodista Pedro Ferriz de Con reforzaba desde su espacio de noticias (matutino grupo Imagen) su iniciativa “revolución del intelecto” que se proponía reducir a menos de la mitad el número de diputados y senadores con el objetivo de ahorrar cientos de millones de pesos al año que serían destinados a la educación.

La apuesta de la revista generó entonces una seria de críticas a nivel global por la inusual portada considerada por muchos “antípoda” pues derramaba elogios al presidente Enrique Peña Nieto, de modo que un tercio de los 2,3 millones de ejemplares que se tiraron hubieron de ser retirados del mercado para evitar la irritación del pueblo de México; meses después, en agosto de ese mismo año el periodista renunció a su espacio de noticias por la presión ejercida desde la presidencia de la república a la empresa radiofónica, que optó por rescindir el contrato a Pedro Ferriz.

¿Y qué tienen qué ver una cosa y otra? Quizás se pregunte. Pues bien, el “salvador de México” –que no lo fue–, y el periodista, lanzaron sendas iniciativas para joder a México, y para intentar salvar a México, respectivamente; el primero cumplió con su propósito, mientras que el segundo se quedó en el camino toda vez que estorbó al primero en su objetivo.

Hoy México es un desastre y en caída libre gracias a las reformas estructurales y a la ambición desmedida de la clase política que no tiene para cuándo enderezar su rumbo. Pero también, como la del periodista Ferriz han surgido muchas voces con iniciativas interesantes que más o menos buscan el mismo propósito de acabar con la corrupción en el gobierno y aniquilar a los pestíferos políticos empezando por el presidente de la república antes de que nos empine una vez que vendió la patria, y que se dan justamente como señal de hartazgo por la corrupción y la impunidad, pero también por la desmedida alza en los precios de los insumos básicos.

El gasolinazo del primero de enero fue la gota que derramó el vaso y encendió los ánimos de los ciudadanos que, cansados de que sus impuestos no se traduzcan en mejores condiciones de vida, en servicios públicos de calidad y en seguridad, diseñaron estrategias de lucha pacífica que han tenido repercusión en por lo menos 29 estados de la república y que amenazan con ser permanentes en tanto no se logre dar marcha atrás a los incrementos de los precios y la separación del cargo del presidente Enrique Peña Nieto, para dar paso a una elección extraordinaria y luego a un constituyente que modifique el escenario político de nuestro país. Los mexicanos hemos demostrado a lo largo de cinco siglos que no hay imposibles para vencer.

No obstante, las iniciativas que tras el gasolinazo han surgido y que algunos llaman “revolución pacífica”, “boicot económico”, “desobediencia civil pacífica”, “desobediencia civil”, etcétera, y las marchas, mítines y plantones que a lo largo del país se han llevado a cabo como forma de protesta, de poco o nada servirán si no cambiamos de fondo, si no transformamos nuestra conducta diaria y nos apegamos a los normas de convivencia con nuestros semejantes y con el planeta, pues seguiremos siendo los mismos de siempre: seres corruptos, huevones, mentirosos y hasta conformistas y miedosos.

Me explico: de qué sirve que usted y yo vayamos a protestar cualquier día de la semana si al término no aseamos el lugar que utilizamos y encima perjudicamos a terceros, o bien, si sobornamos a la autoridad para evitar cualquier multa, o si tiramos basura en la calle como si se tratase del basurero público, o si robamos en la tiendita perjudicando los ingresos del propietario, o si nos pasamos un alto en la carretera, o si llegamos tarde al trabajo porque es nuestra costumbre, o si seguimos con el temor de no denunciar tantos delitos que sabemos que se cometen todos los días, incluso aquellos que nos perjudican directamente; o si somos omisos ante el dolor de los demás, o si ignoramos la realidad al callarnos nuestras críticas por conformismo. Y no es que esté en contra de las protestas, de ningún modo, estoy en contra de la inmadurez intelectual que muchos muestran al cambiar sólo por unas horas y vivir el resto de su vida sometidos y modorros porque no hay valor civil, no hay responsabilidad y no hay amor por sí mismos.

De ahí que la revolución tiene que ser de conciencias, desde lo más profundo del ser sin tener que tomar las calles y luego presumirlo en las redes sociales con “selfies” –aunque insisto, no lo repruebo–, pero mucho más ayudará el que cambiemos conductas, el que seamos solidarios con las causas de quienes nos rodean y respetuosos con el medio ambiente; la razón es muy simple: los mexicanos llevamos siglos sin esperar nada de nuestros gobernantes y me temo que esta vez no será la excepción, por lo cual vale decir que no es preciso intentar que los otros cambien si no lo hacemos primero nosotros.

En el 2009 escribí en un artículo con motivo del inicio de la guerra contra el narco que lo peor que nos podía pasar a los ciudadanos era perder el sentido de asombro pues nos volveríamos insensibles, hoy digo con tristeza que lamentablemente acerté; por eso el llamado es a la reflexión, a que no seamos los mismos dentro de siete años y tenga yo que volver a escribir que “se los dije”, y que las cosas sigan igual o peor.

De salida 1.- Este lunes 9 retomamos nuestras transmisiones de Las Piezas del Ajedrez radio, que se transmite de 5 a 6:30 de la tarde, por www.sustaitaradio.com además los martes y jueves. Los espero para que juntos construyamos ciudadanía.

De salida 2.- El fiasco que para los zacatecanos resultó el gobierno de Alejandro Tello Cristerna deberá acarrear decisiones drásticas como el despido de algunos funcionarios inservibles y engreídos que poco contribuyen al clima de confianza que prometió el gobernador. De poco o nada ayudan a Zacatecas personajillos como Víctor Armas Zagoya, Ismael Solís Mares, Rafael Sánchez Preza, Fabiola Torres Rodríguez, y otros, que si bien se identifican con grupos políticos del pasado reciente, han demostrado que poco les interesa lo que no engorde sus bolsillos.

De salida 3.- Vergüenza debería tener la alcaldesa electa de la capital Judit Guerrero López que recién fue increpada por un grupo de enardecidos ciudadanos que la increpó por haber votado a favor, en el pasado reciente, de la mal llamada reforma energética. Ladina, la priista dijo en un comunicado que se solidarizaba con los protestantes en su lucha; ojalá que así se solidarice con Zacatecas que en su mayoría la detesta.

De salida 4.- Desde este espacio quiero agradecer a todas las personas que muy generosamente me enviaron mensajes con motivo del inicio del año nuevo. Sepan que siempre los llevo en mi corazón y que son ampliamente correspondidos.

Hasta la próxima.

El autor es analista.

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