Las Piezas del Ajedrez Onus Probandi (La carga de la prueba)
EFRAÍN ESPARZA MONTALVO
El “onus probandi” es la expresión latina del principio jurídico que señala que “quien acusa, está obligado a probar”.
En días recientes, en la red social Facebook, el joven Edgar Rivera Cornejo, ex dirigente del extinto partido político local “Movimiento Dignidad Zacatecas”, publicó una acusación gravísima en contra del ex gobernador Ricardo Monreal Ávila, al señalar que éste era el responsable directo de los asesinatos de varios personajes políticos, sucedidos años atrás, entre ellos Manuel Ortega González, Armando Cruz Palomino, y Antonio Gómez, pero sin aportar prueba alguna de sus dichos.
La publicación, en la que se leía además que se hacía responsable de tal afirmación, generó una oleada de críticas que obligaron al autor a retirarla de su cuenta personal de Facebook, pues no contó con que sus propios “contactos”, en su mayoría, saldrían a la defensa del actual senador de la república, a quien lo menos que endosaron fue el “excelente trabajo” que realizó durante su gobierno.
Conozco a Edgar Rivera desde tiempos de la secundaria pues somos contemporáneos, pero también conozco a Ricardo Monreal Ávila porque trabajé durante su gobierno y fui un personaje muy cercano a él, como pocos pues hicimos muchas horas de vuelo a lo largo y ancho del estado en las llamadas giras temáticas que solía realizar por diferentes municipios y durante varios días, y puedo decir que Monreal es un personaje íntegro, incapaz de ordenar semejante locura, sobre todo tratándose de personajes tan cercanos a él y que, al igual que quien esto escribe, se entregaron en cuerpo y alma al trabajo que les fue encomendado.
Como abogado no puedo extraerme a la obligación de exigir al señor Edgar Rivera Cornejo que presente las pruebas de sus dichos, porque de otro modo, y no obstante que el delito de difamación fue derogado de nuestra legislación local, y la calumnia declarada inconstitucional por la Corte, incurre en falsedades que dañan la moral y el buen nombre del senador, y conculca su derecho a seguir construyendo una carrera política exitosa en el plano nacional, como ningún otro personaje zacatecano lo hizo antes.
Es cierto, como tercero interesado tampoco tengo las pruebas que desmientan lo dicho por Rivera, pero parto del principio de presunción de inocencia que otorga la Constitución a todos los mexicanos, y que el afirmante no ha podido desacreditar.
Rivera Cornejo fue coordinador de campaña de David Monreal Ávila para la gubernatura del estado en el año 2016, y me consta que trabajó muy de cerca con éste y con Ricardo, pero algo sucedió, de modo que un año más tarde construyó el proyecto político denominado “Movimiento Dignidad Zacatecas”, que postuló para la contienda electoral del 2018 a personajillos que no ganaron sino el repudio de la gente por la ambición que siempre mostraron, tanto, que el registro como partido político les fue retirado ante la pobrísima aceptación popular manifestada en las urnas.
Probablemente sea ésa la razón de las rabietas del joven Rivera. En cualquier caso, no puede acusar sin presentar las pruebas, y más aún, sin acudir a las instancias de ley para presentar las denuncias correspondientes, y que se haga justicia.
Si cuenta con elementos que prueban que Ricardo Monreal Ávila es un asesino, que los muestre, al fin y al cabo es el propio senador el principal impulsor de la iniciativa de ley para la desaparición del fuero, de modo que, tanto representes populares, como servidores públicos, enfrenten a la ley en caso de faltar a ella.
De salida 1.- En bancarrota. Resulta que en el Ayuntamiento de Guadalupe que preside el joven Julio César Chávez Padilla, las cosas están para llorar en materia económica, pues la administración anterior no dejó ni para cubrir los salarios de la quincena inmediata posterior, lo que generó una crisis que a punto de la parálisis de la administración se encuentra; eso sí, heredó el otrora periodista una deuda cercana a los 7 mil 500 millones de pesos que no sabe, por ahora, cómo saldará. Buena prueba de fuego la que tiene entre manos el joven Julio César.
De salida 2.- Cambios. Donde las cosas no tienen para cuándo mejorar es en el gobierno del estado, pese a los cambios anunciados recientemente por el titular Alejandro Tello Cristerna. La salida de Fabiola Torres Rodríguez de la Secretaría General de Gobierno, fue una bocanada de aire para la ciudadanía que no soportaba más las improvisaciones de la notario público en materia de política interior; aunque tampoco la llegada del novel Jehú Eduí Salas, augura buenos dividendos porque sabe de la materia lo que el escribidor de astronomía. Así es que, Dios nos agarre confesados.
De salida 3.- Más cambios. Pero no todo está perdido. Resulta que la llegada a la Coordinación General Jurídica, del doctor Federico Carlos Soto Acosta, es quizás el más grande atino del gobernador en sus dos años de administración. El académico y ex funcionario de la Procuraduría General de la República, tiene un bagaje impresionante en su materia, y seguramente hará lo necesario para dignificar un área tan sensible como la que ahora preside, aunque lo ideal sería que impartiera, como lo hace en las aulas y con la sabiduría que lo caracteriza, unas clases de ética a sus compañeros de gabinete, de modo que comprendieran todos la importancia de estar al servicio de la gente.
De salida 4.- Buen trabajo. Bien inició el gobierno capitalino que preside el joven Ulises Mejía Haro; enhorabuena.
Hasta la próxima.
El autor es analista.
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