Las Piezas del Ajedrez: Los errores internos
EFRAÍN ESPARZA MONTALVO
Lo peor no es cometer un error,
sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo
como aviso providencial de nuestra ligereza
o ignorancia. –Santiago Ramón y Cajal.
Medianamente digerido el trago amargo que significó el triunfo de la coalición Zacatecas Primero integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista de México, y Nueva Alianza, con su candidato a Gobernador Alejandro Tello Cristerna, bien vale la pena analizar los motivos que contribuyeron a la estrepitosa caída del proyecto encabezado por David Monreal Ávila –postulado por Morena–, más allá de lo que todo el mundo comenta y que invade los entre pasillos de la ciudad lo mismo que las redes sociales en el sentido de que se trató de un descarado fraude, así, sin más.
Una mala planeación
Seis años no fueron suficientes para que David Monreal Ávila diseñara un efectivo plan de posicionamiento frente a los electores y sí en cambio permitió en la parte más importante de su proyecto: la campaña política, el manoseo de muchos personajes cuya “brillantez” trajo como consecuencia simulación y discordia que se tradujeron en una inevitable lucha de poder que terminó debilitándolo.
Néstor Núñez, Rafael Llamas Sabag, Edgar Rivera, Saúl Monreal Ávila, Cuauhtémoc Calderón Galván, y en ocasiones Fernando Arteaga Gaytán, y hasta el propio Ricardo Monreal, fueron las cabezas más visibles de este movimiento que no logró cuajar por cuanto a mandos, es decir, que entre tantos no se hizo uno sólo con la autoridad para poner orden y tomar las riendas de una campaña que tenía todo para ganar, sin contar el descontento social por el pésimo trabajo del gobernante saliente.
Sin embargo, esa multiplicidad de “coordinadores” hizo que el “equipo” se dispersara y tomara rumbos tan distintos como peligrosos, pues quien no trabajaba se dedicaba a trasladar información a los cuartos de guerra de los contrarios y algunos más traicionaban la confianza en ellos depositada con la complacencia del candidato a Gobernador y del propio Saúl Monreal, pues ya se sentían ganadores.
Ejemplos sobran como momentos en que la soberbia consumió lo más valioso que se tenía en ese “equipo” de campaña: la unidad, pues bastó que llegara Néstor Núñez, hijo del ex gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, y actual diputado a la Asamblea de la Ciudad de México, para que la cosa pintara color de hormiga; a partir de entonces, dicen los enterados, las cosas fueron de más a menos y tienen razón pues hasta antes de su arribo David Monreal Ávila estaba en los cuernos de la luna y cualquier adversario no representaba problema toda vez que sus números rondaban los 32 puntos de preferencia.
Pero allí comenzó la debacle, tal vez sin proponérselo pero sí conscientes por el descontento que hacia el interior de la casa de campaña comenzaba a gestarse.
La inexperiencia cobró factura
Muchas fueron las ocasiones en que pude percatarme del movimiento que un ejército de jóvenes encabezados por Julieta Infante Alanís (al menos era la más visible), realizaba; ella, una muchacha cuya meteórica carrera en los medios de comunicación le valió “capacitar” a los candidatos de Morena en asuntos de marca, es decir, en cómo vender las siglas MORENA a los potenciales electores so pretexto de que tenía más positivos que el nombre del propio candidato a Gobernador; baste decir que la mentada capacitación fue una vergüenza, por decir lo menos.
La inexperiencia en temas de redes sociales fue definitoria si tomamos en cuenta que pese a los medianamente logrados twitts que se replicaron como pan caliente en casi todas las plataformas, a la vuelta de dos meses nos confirmaron su ineficacia para alcanzar el público meta de 23% que según los expertos puede lograrse siempre que se haga con base en una estrategia de difusión bien cimentada. Nada le costaba a David Monreal contratar a un experto en la materia y garantizar ese universo de votos.
Sumas que restan
Lo dicho, no todas las sumas son garantía de triunfo. Si bien fueron muchos los sectores productivos que públicamente anunciaron su adhesión al proyecto de David Monreal Ávila, y lo mismo ocurrió con personas que hicieron lo propio, al final del día fue más verborrea que otra cosa ¿dónde quedaron los 60 mil votos que ofreció el irredento perredista Nacho Fraire? O ¿cuántos “agraviados” profesores se sumaron realmente a la promoción del voto a favor del candidato de Morena?
Los discursos que plantearon frente a las cámaras de televisión y las grabadoras de los representantes de los medios de comunicación dejaron la sensación de que ya sólo faltaban los priistas de sumarse a la campaña de David Monreal, pues ya todos los organismos habían manifestado su simpatía, no obstante, mucho de lo ocurrido fue simulación y los resultados así lo demuestran.
Ni Cuauhtémoc Calderón, ni Antonio Mejía Haro, ni mucho menos Ignacio Fraire, fueron capaces de acercar a su militancia al proyecto porque a ojos vistos quedó claro que ni ellos estaban convencidos; buscaban más el interés personal que el de Zacatecas.
Pobre manejo de medios
Mientras no se entienda que los medios de comunicación son un negocio difícilmente se podrá tenerlos de lado. Como cualquier otra empresa los medios funcionan con dinero y es claro que el que más tiene, más puede, así de sencillo.
Sin embargo, es justo reconocer que el valeroso esfuerzo que Miriam Serrano realizó a lo largo de estos años le valió un apoyo importantísimo que se tradujo en publicaciones hasta en primera plana sin mediar efectivo, pues de la casa de campaña ni siquiera para viáticos hubo en ocasiones, lo cual resulta difícil de entender si consideramos que la afrenta era contra el aparato de gobierno y sus millones, y no contra los representantes de los medios de comunicación.
El día de la elección, el acabose
Y qué decir de la movilización que se supone estaba planeada para la jornada electoral; nadie atina a señalar qué fue lo que ocurrió y por qué el avasallamiento de los priistas, tampoco la forma en que, a la hora buena, se dejó de operar dejando sin “lonche” a los representantes de casilla que terminaron por abandonar su responsabilidad. Más aún, los cazamapaches se volvieron comunicadores de todo vía whatsapp o mensajes de texto menos cazadores efectivos, lo cual habla de una débil estrategia de organización y seguimiento, y de la que alguien tiene que responsabilizarse.
En suma, fueron muchos los errores internos que se conjugaron para la derrota sin contar la sensación que prevalece en el ambiente de que se trató de un descarado fraude. Pudo haberse ganado y con holgura si todo lo que aquí se ha señalado se hubiese cuidado porque todos sabemos que si para algo es bueno el PRI, es para robarse las elecciones, entonces debimos haberlo previsto y organizarnos para que resultara más fácil.
De salida 1.– Las cosas en la Universidad Autónoma de Zacatecas no pintan nada bien con un dirigente magisterial que contrata strippers para festejar a las maestras por el Día de la Madre, y con un rector saliente timorato y otro electo cuya presentación personal es propia del intendente del edificio de rectoría, más que de un verdadero ejecutivo. Si Antonio Guzmán quiere ganarse el respeto de la comunidad universitaria debe comenzar por creérsela y una buena forma es cambiando su aspecto personal. No puede presentarse a una reunión de la ANUIES, por ejemplo, con esas fachas que lo caracterizan porque para vergüenzas ya tenemos suficientes.
De salida 2.– Fueron muchos los liderazgos que manifestaron públicamente su simpatía con el proyecto de David Monreal, siendo empleados del gobierno; por lo mismo deseo que no comience una despiadada cacería de brujas y los manden al desempleo porque también ellos tienen familias qué alimentar. Exhorto pues al gobernador electo, Alejandro Tello, a que sea sensato y entienda que nunca las revanchas políticas son buenas porque los puestos políticos se acaban, pero las personas permanecen.
De salida 3.– Como zacatecano bien nacido, al gobernador electo le tiendo mi mano franca y le deseo el mayor de los éxitos; siempre he tenido claro que si a él le va bien, a Zacatecas le irá igual, así es que mi más sentido reconocimiento y a mirar siempre hacia adelante que esto es batalla de todos los días.
Hasta la próxima.
* El autor es analista.