Las jóvenes reclaman su derecho a un mejor futuro
México, DF.- Estudiantes universitarias del movimiento “Yo soy 132” expresan su malestar por una realidad en la que el desempleo y la violencia hacen de ellas sus principales víctimas.
Más allá de su demanda inmediata de “democratización” de los medios de comunicación y su rechazo al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, las jóvenes integrantes de “Yo soy 132” –movimiento que agrupa a estudiantes de universidades públicas y privadas– reclaman que este país no garantiza a toda la población los derechos a la educación, el empleo y la seguridad.
En ese mar multicolor y diverso del “Yo soy 132”, jóvenes consultadas por Cimacnoticias coinciden en que faltan oportunidades para ellas y las demás mujeres.
Sus voces son el eco de una protesta social que se veía venir –por lo menos desde la segunda mitad del actual sexenio– ante la alta tasa de desempleo, la exclusión educativa y el incremento galopante de la violencia, problemáticas que han pegado sobre todo a las y los jóvenes.
EXPECTATIVAS
En México hay 15 millones 167 mil 260 mujeres de entre 15 y 29 años de edad, según el Censo de Población y Vivienda 2010. Paula Santoyo forma parte de ese grupo poblacional. Tiene 21 años y estudia economía en el ITAM.
Además de su demanda de una “verdadera democracia” a partir de que se informe con “calidad y fundamentos” a la población para que “pueda criticar a su gobierno”, la hija de académicos de la UAM exige que se respete su derecho a la libertad de expresión y a caminar segura por la ciudad “sin ser agredida, ni sentir temor al viajar en la noche en transporte público”.
A sus 25 años, Atzelbi Hernández, estudiante del Colegio de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, expresa su preocupación por el “limitado acceso” a la educación pública en el país.
Su reclamo tiene sentido cuando el 20 por ciento de los 36.2 millones de jóvenes que hay en el país no estudia ni trabaja. De esos más de 7 millones de jóvenes, 75 por ciento son mujeres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Juventud 2010.
Las entidades federativas que concentran el 53 por ciento de las y los jóvenes sin acceso a empleo y educación son el Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Jalisco y el Distrito Federal.
Atzelbi Hernández, también integrante del Comité Estudiantil Metropolitano, explica que la “democratización” de los medios de comunicación implica la desaparición de los monopolios y que haya contenidos plurales. “Los medios no pueden seguir al servicio de los dueños del dinero”, exclama.
Lucía, de 19 años, no quiere decir su apellido, pero se identifica como estudiante de teatro del Centro Nacional de las Artes. Ella coincide en la importancia de que la juventud tenga acceso a la educación, pero también a la cultura. Para la originaria de Sinaloa ésta también debe ser una demanda del movimiento “Yo soy 132”.
A la joven hija de dos artistas que laboran en instituciones públicas en su estado, le “aterra el mar de sangre en que se ha convertido México”.
Luz María tampoco da su nombre completo. Ella tiene 20 años y estudia Ciencia Política en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Para esta joven integrante de “Yo soy 132” la violencia contra las mujeres es una de sus preocupaciones, a tal grado, que teme salir de su casa en el Estado de México.
Y es que entre 2005 y 2011 en el Estado de México, durante la gubernatura de Enrique Peña Nieto, fueron asesinadas 922 mujeres, según registros del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
La mayoría de los crímenes ocurrieron en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán.
El OCNF reporta también que tan sólo entre 2009 y junio de 2010 hubo mil 728 homicidios dolosos de mujeres en 18 estados del país. El 53 por ciento de las víctimas tenía entre 21 y 40 años de edad.
EN DIRECCIÓN AL ABISMO
Melisa, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, dice que se sumó al movimiento “Yo soy 132” para lograr un cambio en el país con la participación de las voces jóvenes, que además de ser críticas también son propositivas.
A la joven de 20 años, hija de una antropóloga e investigadora y de un empresario, le preocupan la calidad de educación y su futuro laboral. Platica que pretende iniciar una maestría al concluir la licenciatura.
Comenta que tras culminar su posgrado le gustaría laborar en una organización civil o institución pública protectora del medio ambiente.
En estudio reciente, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que en México las y los jóvenes tienen hasta “tres veces menos” probabilidades de conseguir un empleo. Según el Inegi, el desempleo en mujeres de 20 a 29 años de edad aumentó de 7.7 por ciento en 2007 a 10.4 por ciento en 2011.
Con información de: Guadalupe Cruz Jaimes/CIMAC