Las ganas… del León de Zacatecas
RAÚL SILVA
En los primeros días de enero, Pedro de León Mojarro comenzó a rugir para conquistar la candidatura a gobernador de Zacatecas, en esos entonces buscaba ser el abanderado del PRI.
Semanas más tarde, renunció a la coordinación de delegaciones de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), para ser equitativo en la contienda interna del tricolor. Poco le duró el gusto, y al ver que llevaba las de perder, decidió la retirada.
Luego, de buenas a primera, busco cobijo en el seno del PRD, donde logró ser serio abanderado de este partido para competir por la gubernatura, en coalición con el PAN.
Ya fuera con melón o con sandía, De León Mojarro ha señalado que su aspiración política no se cimienta por intereses personales sino por el bien común de los zacatecanos.
Su discurso es uno, ya sea en el PRI o en el PRD, quiere hacer historia en Zacatecas al conformar el primer “gobierno de coaliciones” en el que participan partidos políticos, organizaciones y ciudadanos.
¿Qué es un gobierno de coalición? Este término político no está familiarizado entre la ciudadanía, inclusive para mí, pues acaba de ser introducido a la vida democrática.
En 2013, el Senado de la República aprobó reformas a la Constitución que modificaron el régimen político-electoral del país, entre ellos se dio la facultad al presidente mexicano de establecer “gobiernos de coalición”.
Con ello, se estableció que el mandatario que resulte electo en 2018 tendrá la posibilidad de gobernar en alianza con otras fuerzas políticas. Bajo este esquema, el Senado ratificaría a los integrantes de todo el gabinete, salvo a los secretarios de Defensa y Marina.
Además, aunque no se forme un gobierno de coalición, la Cámara de Diputados tendrá que ratificar al secretario de Hacienda, y el Senado al canciller.
Un gobierno de coalición se forma antes o después de las elecciones, cuando dos o más partidos políticos deciden «unir fuerzas» para gobernar de forma conjunta, dice Yolanda Gómez, profesora de Derecho Constitucional de la UNED.
«Se trata de uniones de partidos que se han presentado a los comicios con listas separadas, pero tienen intereses o ideas afines», y se basa en el «principio del poder compartido», sostiene.
Aunque esta nueva forma de gobierno es una novedad en México, esta ha transitado desde muchas décadas por Europa.
Bajo esta nueva figura gubernamental, Pedro de León ha manifestado que está listo para “enfrentar las crisis que padece Zacatecas” y darle al estado “un gobierno honesto, eficaz y de resultados”.
Quiere hacer historia, aunque otros ya le llevan ventaja, como Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, quien el año pasado presentó una iniciativa para crear el primer gobierno de coalición del país.
La propuesta la turnó al congreso legislativo de su estado, y de ser aprobada, ese poder podría ratificar los nombramientos de su gabinete.
Los políticos dicen que con los gobiernos de coalición se da pauta a la cooperación entre el poder Ejecutivo y el Legislativo, mediante las alianzas y acuerdos.
¿La coalición es positiva o negativa?, por un lado representa la distribución del control político, y por el otro puede sembrar la pérdida de autonomía. Pues el Ejecutivo puede concretar acuerdos que le permitan gozar de una mayoría parlamentaria que lo apoye.
Los politólogos explican que los gobiernos de coalición se pactan cuando el partido ganador de las elecciones no tiene mayoría absoluta y se ve superado por el resto de fuerzas políticas.
Por ahora, el destino de Pedro de León es incierto, dado su pleito frontal con Rafael Flores por la candidatura a gobernador por la colación PRD-PAN. Pues se encuentran enfrascados en impugnaciones y descalificaciones.
Conformar un gobierno de coalición tal parece ser un sueño guajiro, el camino ha sido tortuoso y desgastante, aún así no sabemos que le depare el destino, que se empeña en dejarlo solamente con las ganas…
* Periodista Independiente