Las encuestas son una herramienta indispensable para la política
HÉCTOR A. ALVARADO GÓMEZ
En la política actual, las encuestas son un instrumento indispensable para quienes practican la política de manera profesional, tanto en procesos electorales, como en el ejercicio cotidiano del gobierno, ya que son el principal instrumento para conocer y medir la opinión pública, siempre y cuando sea realizada con apego a una metodología científica real, con seriedad, profesionalismo y veracidad.
En el aspecto electoral, las encuestas son un instrumento para tomar decisiones, desde saber si es conveniente o no postularse en alguna candidatura, el grado de conocimiento de un candidato, su posicionamiento en la sociedad, sus aspectos positivos y negativos; hasta conocer con quién es necesario aliarse, a qué medio de comunicación para darse a conocer, qué discurso adoptar, de qué temas hablar, a qué sectores de la sociedad dirigirse con mayor intensidad y de qué manera abordarlos.
Las encuestas reales significan la posibilidad de obtener un cúmulo de información muy valiosa, que si se sabe utilizar con inteligencia, puede ser la diferencia entre ganar y perder, recuerden que información es poder.
Las encuestas también tienen un poder especial, ese que hace que algunos candidatos se vuelvan locos, es decir, cuando son incapaces de admitir que los resultados no les favorecen, que hay otras personas y partidos con mayor nivel de conocimiento y posicionamiento que ellos y se niegan a aceptar los resultados de una medición demoscópica que no los pone encima de los demás.
A lo largo de mi experiencia profesional he conocido candidatos que al ver una gráfica donde van abajo de las preferencia electorales, cambian de personalidad, se desesperan, explotan, se enojan y, además de negar los resultados, buscan una «empresa» que les diga que van ganando y se abrazan a ella y la presumen como si fuera su mayor tesoro. Cegarse ante la realidad es la peor torpeza que un candidato o gobernante puede cometer.
También existen empresas encuestadoras que no actúan profesionalmente ni apegadas a metodologías científicas, aquellas que se manejan con el lema del que paga manda y hacen sacos a la medida del cliente y manipulan los resultados o los inventan dependiendo lo que el financiador del estudio pida o calculando lo que el interesado desea oír, comúnmente con el afán de mantener el contrato, y aprovechándose de la debilidad humana se atreven a mentir y engañar a la sociedad y a sus propios clientes de manera mal intencionada. Otras tantas utilizan metodologías erróneas que no arrojan resultados confiables o que los manipulan aprovechando la franja de los mínimos y máximos.
He dicho que las encuestas son indispensables como instrumento para conocer y medir la opinión pública, las preferencias electorales, las necesidades de la gente, entre muchas otras variables, pero en los últimos años hemos visto que a las encuestas también se les da un uso propagandístico con el fin de ganar simpatías, sumar adeptos y generar percepciones de triunfo para algún candidato en particular, como ocurrió en la elección presidencial del 2012, con las mediciones de la empresa GEA-ISA que fueron publicadas en la página de Internet del periódico Milenio, en ese caso en particular, siempre favorecieron al candidato priista Enrique Peña Nieto, con más de 16 puntos de ventaja, pero en la elección constitucional logró el triunfo sólo por el seis por ciento de diferencia sobre Andrés Manuel López Obrador.
Mi pregunta es: ¿Si no hubiera existido ese bombardeo mediático, donde diariamente se generaba la percepción de que Peña era inalcanzable, hubiera ganado la elección?
En el caso de nuestra entidad, actualmente los artículos 145, 146, 147 y 148 de la Ley Electoral del Estado de Zacatecas regulan el uso de las encuestas para que no sean utilizadas con fines propagandísticos, o al menos eso se intentó establecer con las reformas realizadas en octubre del 2012.
El artículo 145 señala quiénes son las entidades facultadas para realizar encuestas. El 146 dice que el Consejo General del Instituto Electoral del Estado deberá autorizar la publicación y difusión de los resultados de una encuesta o sondeo de opinión, una vez que se haya aprobado el dictamen técnico científico de los procesos metodológicos de dichos instrumentos estadísticos.
El 147 establece los lineamientos del registro para el desarrollo de encuestas y en su apartado número 1 establece que: “Quien conforme a la ley solicite u ordene la realización o publicación de cualquier encuesta sobre asuntos electorales, previo a su difusión por cualquier medio, deberán entregar copia del estudio completo al Secretario Ejecutivo del Instituto”, situación que en la práctica no ocurrió pues hubo publicaciones de encuestas en periódicos que no cumplieron establecido en el artículo 147 de la Ley Electoral y, sin que fueran autorizadas por la comisión de Comunicación Social, tal y como lo establece el numeral 3 del artículo octavo de los lineamientos para la publicación de encuestas o sondeos de opinión.
Desde mi punto de vista, el publicar encuestas con fines propagandísticos, en la mayoría de los casos violenta la equidad de la contienda electoral y soy de la idea de que es conveniente modificar la Ley Electoral para que se establezcan tres periodos específicos no mayores a tres días, dentro de la campaña electoral para que puedan publicarse encuestas o sondeos de opinión los medios de comunicación, informando con claridad quienes financiaron la medición y su publicación, adicional a eso se establezcan fuertes sanciones a quienes incumplan con las reglas establecidas.
Debe quitarse el sesgo propagandístico a las encuestas, pues se presta a la manipulación, genera desinformación entre la sociedad e inequidad en la contienda.
Las encuestas son una herramienta indispensable para el quehacer político pero siempre y cuando se utilicen como instrumento para conocer información necesaria que ayuden a la toma de decisiones no para la propaganda política.
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