La voluntad del legislador
PEDRO JASSO CARRILLO
En un primer momento, la voluntad del legislador, se ve reflejada en el sentido de la ley, es decir, la ley es obra del poder legislativo y todos los que nos toca darle una interpretación, tenemos que investigar lo que el legislador quiso decir, ya que es una expresión meramente suya.
Para reflexionar sobre la voluntad de los legisladores al momento de crear normas generales, tenemos que abordar el tema de la interpretación, ya que en ocasiones la voluntad de éstos, se ve mermada por el criterio de jueces y magistrados.
Por otro lado, cualquier persona puede fácilmente realizar la interpretación una disposición legal, pero en ningún momento puede ser obligatoria, ni transcendente.
Se advierte que lo deseado por el legislador en ocasiones no coincide con lo expresado en la ley, pues socialmente hablando, aquél pretende por su calidad política expresar algo benéfico, más para expresarlo tiene que valerse de un sinnúmero de signos, mismos que, otros deberán interpretar a su manera, después de la creación de las leyes.
Entonces, lo que debemos hacer no es interpretar la voluntad del legislador, sino el texto de la ley, ya que el legislador establece en que forma ha de entenderse un precepto legal, la exégesis legislativa obliga a todo un país.
Ahora bien, si el juez o magistrado interpreta una norma emanada de la intención del legislador a fin de aplicar la ley, esa interpretación no adquiere obligatoriedad general, pero sirve de base a una norma individualizada, que perjudica la intención primaria de quien dio origen a la norma.
En mi estatus de abogado, en ocasiones interpreto una disposición legislativa, dicha interpretación sea correcta o incorrecta, tiene un simple valor doctrinal y por ende, a nadie obliga.
Entonces se entiende que hay tres clases de interpretación:
a) La interpretación auténtica, que puede provenir de cualquier persona
b) La interpretación judicial o jurisprudencial que proviene de los jueces y magistrados
c) La interpretación doctrinal o privada que proviene de los abogados y gente especializada en el derecho.
Consecuentemente, diremos que la voluntad del legislador es trasgredida conforme se va interpretando la norma, que esa intención e iniciativa del creador de las normas es doblada por personas ajenas al poder legislativo.
Por ahora, los ciudadanos debemos aguantar que varios legisladores no entiendan del todo la creación de las leyes, que son omisos en crear leyes que no conocen, o que no entienden, el futuro de la próximas legislaturas deberá contemplar mejores legisladores, para lograr un mejor equilibrio entre las clases sociales de nuestro país y sobre todo de nuestro Zacatecas.
