La transparencia y su valor ético
Al Dr. Francisco Javier Acuña Llamas por su merecido nombramiento al frente del INAI
MANUEL IBARRA SANTOS
La transparencia como factor de la cultura de rendición de cuentas es una cualidad imprescindible de todo Estado democrático, en el que sus acciones deben hacerse a la luz pública y en donde el flujo de información ciudadana es una condición esencial, para impedir los actos corruptivos cometidos desde el poder.
Dos columnas son puntal de la transparencia. La primera es la moral y, la segunda, la ética, porque ésta última es la base de la justicia social, como bien lo pregonó en su época el filósofo prusiano Immanuel Kant (1724-1804), quien además subrayó con precisión: “la publicidad es necesaria como mecanismo para evaluar todo acto público”.
La transparencia como ejercicio constitucional tiene en nuestro país – en la historia reciente-, una tradición constitucionalista de 15 años, en un trayecto de consolidación jurídica e institucional, que registra no obstante rezagos y pasivos importantes, donde falta mucho por hacer.
Se traduce el concepto de transparencia en el deber de la autoridad para realizar sus acciones de manera pública, <frente al escrutinio ciudadano>, como herramienta necesaria de control del poder político.
Los componente de la Transparencia
Para qué y por qué la transparencia, serían las interrogantes a contestar. Los fines son variados y distintos: (1) debe servir para crear un clima de confianza en la relación pueblo – autoridades; (2) para forjar gobiernos de calidad que produzcan prosperidad; y (3) para propiciar legitimidad en el ejercicio del gobierno.
Algunos ingredientes son fundamentales para el cumplimiento de los preceptos de la transparencia, entre los que destaca la publicad de los actos de gobierno, la opinión pública, la libertad de expresión, el derecho ciudadano a la información y el respeto irrestricto a la Ley.
Sin estos elementos será imposible pensar y concebir, como una realidad tangible, la cultura de la transparencia y entonces será irremediable que se imponga la tradición oscura, negativa y nefasta de la práctica de los actos de corrupción, que tanto afecta el desarrollo de nuestra sociedad.
Zacatecas, la cultura de la transparencia y el Dr. Acuña
En el actual contexto de cambios sociales, es menester reconocer y reivindicar el aporte histórico de Zacatecas a la cultura de la transparencia, que ha sido notable y destacado.
A inicios del siglo XVIII, con la fundación del primer periódico impreso en el continente (La Gaceta México) por el zacatecano Juan Ignacio María de Castorena, se colocan los cimientos jurídicos de la libertad de expresión, del derecho a la información y, por lo tanto, de la cultura de la transparencia en toda América.
Se pude decir, sin error a equivocarnos, que la tradición jurídica de la cultura de la transparencia en el continente americano, nace por los aportes culturales, hace tres siglos, de un ciudadano originario de tierras zacatecanas.
Cobra relevancia por ese motivo, el hecho de que otro zacatecano de mente brillante y joven, el Doctor Francisco Javier Acuña Llamas, haya sido nombrado, el viernes 12 de mayo (2017), Presidente Comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, el INAI. Un acontecimiento cultural trascendente.
No todos los hechos son negativos en la actual era. Esta es una noticia positiva que debemos compartir, el que un paisano como Francisco Javier Acuña, con doctorado en ciencia política y sociología (por la Universidad Complutense, de Madrid) por su esfuerzo, su trayectoria y su dedicación, haya ascendido a un puesto de tal jerarquía. ¡Felicidades!
Por lo pronto, la lucha en contra de la corrupción depara descomunales desafíos.