La tomada de pelo…
RAÚL SILVA TORRES
El pasado martes, el presidente de Estados Unidos ofreció su primer discurso en el Congreso de la Unión, donde habló superficialmente de una posible reforma migratoria, que resultó una tomada de pelo.
Desde un día anterior, una ola de especulaciones positivas, sobre dicha reforma, inundó a todos los medios periodísticos, tanto en español como en inglés. Al final, todo quedó en nada.
Fueron millones de espectadores los que siguieron de principio a fin el mensaje de Donald Trump, en espera de que diera una buena noticia para la comunidad migrante sin estatus legal de residencia, noticia que nunca llegó.
En ese país habitan alrededor de 11.3 millones de indocumentados, mayormente hispana, que una reforma integral migratoria podría sacarlos de la sombra mediante la legalización de su estancia en Estados Unidos.
Además beneficiaría a quienes se suscribieron a la Acción Ejecutiva que emitió el ex presidente Barack Obama, con la que se amparó de la deportación a unos cinco millones de indocumentados, padres de ciudadanos y residentes permanentes (DAPA, por su sigla en inglés) y de los “dreamers” protegidos por la Acción Diferida de 2012 (DACA, por su sigla en inglés).
Trump en efecto, si habló de una reforma al sistema migratorio, pero no para beneficiar a los migrantes ilegales que radican en tierras estadounidenses, sino para quienes deseen ingresar legalmente a su país.
Dicha enmienda constitucional debe ser basada en “méritos” como lo hace Canadá y Australia, donde se toma en cuenta el nivel educativo, experiencia laboral, dominio del idioma y capacidad financiera para sostenerse.
El Ministro de Ciudadanía e Inmigración de Canadá ha puesto en marcha el sistema “Express Entry” para el manejo de solicitudes de residencia para tener éxito en la economía del país.
En Australia se utiliza el Programa de Inmigración Calificada, en el que se aplica un Test de Puntos como método de selección de migrantes calificados que posean los atributos necesarios para contribuir con el desarrollo y el crecimiento de la economía del país.
De acuerdo al presidente estadounidense, con esta metodología de migración, se elevarían los salarios, aunque resultaría contraproducente para la economía de Estados Unidos, de acuerdo a Greg Wright, economista de la Universidad de California en Merced.
Con el sistema que se propone, únicamente se beneficiará a jóvenes profesionales, y se reduciría la migración para trabajar en la agricultura, sector manufacturero y de servicios, señaló.
En ese país de norte América habitan más de 55 millones de latinos, siendo una de las comunidades de mayor crecimiento demográfico, por lo que se espera que para 2060 alcance casi el 30% de la población del país.
La realidad que enfrenta los hispanos dista mucho de ser el sueño americano por el que abandonaron sus países de origen, ya que ganan 28% menos que los ciudadanos estadounidenses caucásicos.
Además, tienen menos presencia en la industrial donde los salarios son más altos, según indica un informe publicado en 2015, por el Caucus Hispano del Congreso, como la construcción, la agricultura, servicios, y sobre todo en empleos mal pagados.
En los sectores con salarios más elevados, los latinos están subrrepresentados, especialmente en los negocios, las actividades financieras, la educación y los servicios de salud.
Si los latinos no han nacido en territorio estadounidense, su ingreso es aún menor y cae hasta los 34 mil 600 dólares anuales, refiere el estudio.
Para los latinos sin residencia legal, el panorama es peor. Sufren de paranoia, depresión y estrés por el temor a ser deportado, ya que en ningún lugar se está seguro de una deportación.
Los indocumentados sufren de atropellos por parte de los empleadores como salarios injustos, sin beneficios laborales y de salud, además de explotación laboral.
Así que una reforma migratoria integral no será realidad en el mandato de Trump, lo otro solamente será una tomada de pelo…