La telenovela Lozoya
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Para muchos, explica el hacedor de los evangelios profanos, la telenovela del día es el caso Lozoya Austin, el ex director de Pemex quien es o era, el eslabón más fuerte de la cadena de Andrés Manuel en su combate a la corrupción, además de ese seguro para demostrar los defectos del gobierno de su antecesor Enrique Peña, parece no estar tan firme. Y es que Emilio Lozoya se comprometió con el gobierno de México, pero, a su llegada, y aun cuando aseguró que no impugnará las acusaciones en su contra por parte de la Fiscalía General de la República, también se ha pronunciado por su inocencia en los delitos de asociación delictuosa y cohecho, por sobornos de 10.5 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht.
Pero, también para muchos, sobre todo abogados penalistas, Emilio Lozoya ha sido utilizado como instrumento no doloso, en el marco de un aparato de poder conformado por altas autoridades del Estado mexicano, amén de que existirían elementos para que el ex director de Pemex proceda a denunciar a quienes lo han hecho responsable de los hechos por los que fue acusado.
Le diré –continua el periodista-, para el gobierno es claro que Lozoya es el instrumento político para juzgar al pasado neoliberal y a un gobierno al que odia; para la justicia es un gran reto para entender los rincones de los cuales flaquea. El gobierno seguramente hallará o hará lo necesario para que no salga, y probablemente la justicia tenga que ceder a la presión social que ya juzgó a Lozoya.
Y en todos estos capítulos que van para largo, a la gente, a usted ¿en qué lo beneficiará? Seguramente en nada, si sale o si va a la cárcel, no le impactará en sus ingresos, ni bajarán los contagios, ni se abrirán negocios, ni podrá ir a conciertos o a estadios, ni habrá medicamentos y menos bajará el crimen, los asaltos, secuestros o crecerá el empleo… No, regularmente las venganzas políticas satisfacen a los políticos y a sus partidos y seguidores, Decía el periodista inglés Devin Grayson, “puedes tener justicia o puedes tener venganza. Pero no ambas cosas”. Veremos qué pasa en el siguiente capítulo de esta novela…
Colofón.- Celebrar o no las fiestas patrias
Mientras degusta de una fría y deliciosa agua de papaya fresca, así como una buena milanesa con papas, el creador de las subjetividades del Sótano entiende a un gobernante que antes de eso es un candidato. Parece increíble que a pesar de que las cifras de la Secretaría de Salud (SSa) colocan al virus con 402 mil 697 mil casos positivos y 44 mil 876 defunciones, se contemple la celebración a sólo 40 días de las fiestas patrias, incluido el desfile.
Seguramente está en la mente del político asegurar todos esos recovecos necesarios para darle circo al pueblo y garantizar votos para el 2021. Y es que imagine Usted que el congreso, alcaldías y hasta gubernaturas, las perdiera Morena. ¡Zas! Sería terrible para el de Macuspana. Simplemente estaría perdiendo el control del país que dividió por venganzas y poder. Así que tal medida, la de festejar a la patria y sus héroes, es más una necesidad electoral que una sanitaria. El riesgo estaría en pensar qué ocurriría si tal decisión provoca contagios masivos… Alguien me decía recientemente que los infectados serían sus “chairos”. No, realmente serían mexicanos y es algo que no se necesita. Él debe saber qué hace, y su consejo de sabios seguro lo orientara…
Twitter: @raulmanduj