La Semana Santa y sus procesiones en Zacatecas
STABAT MATER
“…Virgen, óyeme piadosa,
déjame contigo llorar
haz que con ánimo fuerte
la Pasión de tu Hijo y muerte
pueda en mí mismo copiar…”
MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ *
Los antecedentes más remotos de la Procesión del Silencio que se realiza en Zacatecas los encontramos en la Europa medieval. Se atribuye a san Francisco de Asís el inicio de la contemplación y la devoción populares de la humanidad de Jesús. Luego, a lo largo de los siglos XIV y XV, por diversos países de Europa, los creyentes contemplarían de una manera muy especial la dolorosa pasión y muerte de Jesús, y le otorgaban un especial énfasis en las procesiones de Semana Santa.
España es uno de los países que acogieron estas prácticas piadosas y comenzaron a realizarse en varias ciudades. En Sevilla se localiza una de las más antiguas hermandades de nazarenos que hicieron su salida procesional en la Semana Mayor. Fue fundada en el año de 1340, y desde entonces mantienen viva esa tradición. Luego se fundarían otras hermandades y cofradías que harían lo propio en esta época del calendario litúrgico.
Tras el descubrimiento de las minas de Zacatecas ocurrido en 1546, la tradición de celebrar los días santos con una procesión silente llegó a Zacatecas a través de religiosos europeos que realizaron su labor misional en estas tierras chichimecas.
Según algunos documentos que localizó Bernardo del Hoyo Calzada y que tuvo a bien compartir con nosotros, hemos llegado a la conclusión que las más antiguas tradiciones y celebraciones de la Semana Mayor tuvieron lugar en el año 1550, es decir, a tan sólo cuatro años del descubrimiento de las Minas de Zacatecas y a 465 del presente año de 2015. Las procesiones eran promovidas por la cofradía de la Santa Veracruz para españoles en su capilla y hospital que se localizaba al sur de la población (actual templo de San Juan de Dios). Para el año de 1559 ya existían dos cofradías: de la Natividad y de la Veracruz.
El 4 de abril de 1577, don Pedro Bernardo de Quirós, arcediano de la catedral de Guadalajara expidió una licencia para los hermanos y hermanas de la Cofradía del Santísimo Nombre de Jesús y Soledad de Nuestra Señora en la que expresa que “por la presente les doy licencia para que puedan salir en procesión el Viernes Santo primero venidero del año y los años venideros con que los dichos hermanos guarden la preeminencia y antigüedad que tiene la cofradía de la Santa Veracruz”. Con el transcurso del tiempo se crearon más cofradías de españoles, indios y mixtas, y cada una de ellas salía en procesión un día específico de la Semana Santa.
Otro suceso digno de mencionar es la fundación de Cofradía del Santo Entierro de Cristo Nuestro Señor, acaecida el 9 de abril de 1590, en el convento franciscano. Uno de sus propósitos fundamentales consistía en instituir y preservar una procesión que hiciera memoria y remembranza de aquél cortejo fúnebre en el que fue trasladado el cuerpo de Jesús, del Monte Calvario al sepulcro su tumba. Con esta manifestación de religiosidad popular también se pretendía recordar los dolores sufridos por la Virgen María a causa de la muerte de su único Hijo. Esta procesión partía del monasterio de San Francisco para luego recorrer las principales calles de la ciudad de Zacatecas, con la participación de los distintos sectores de este asentamiento minero.
Hay evidencias de que esta tradición experimentó diversas interrupciones a lo largo de los siglos XIX y XX, a causa de las más diversas circunstancias, entre ellas, las luchas armadas (la Independencia, la Reforma, la Revolución Mexican, la Cristiada). En el transcurso de este último siglo ya sólo se realizaba esta procesión en dos parroquias de la ciudad.
En la década de los años cuarenta renació la idea de hacer la procesión de Viernes Santo en Zacatecas, sólo que en esta ocasión surgieron dos procesiones que partían de los lugares distintos. Una salía del templo de Nuestro Padre Jesús y la otra del templo de San Juan de Dios. Los promotores de la que salía del templo de Jesús fueron la señora Cuquita Mayorga y el canónigo Antonio Escobedo, mientras que la que partía del templo de san Juan de Dios fue promovida por el señor José Antonio Enríquez y el padre Eustaquio del Muro. En un principio, las procesiones eran muy cortas en tanto su recorrido pero poco a poco lo fueron ampliando, hasta que ambas llegaban hasta catedral y retornaban a su respectiva parroquia. En repetidas ocasiones, las dos procesiones llegaron a encontrarse por catedral, la primera que arribaba a este sitio tenía libre paso, mientras que la segunda tenía que esperar el paso de la primera. Esta situación trajo consigo algunas diferencias entre los participantes de las dos procesiones. De tal suerte, que el obispo en turno, monseñor Javier Lozano Barragán, a partir de 1989, decidió unificar las dos procesiones. De esta manera, hace 26 años, comenzó de manera formal la Procesión del Silencio de Zacatecas, tratando de recuperar esa tradición que data desde el siglo XVI. Los organizadores eran los señores José Antonio Enríquez, Benjamín Márquez y Cuquita Mayorga.
Con la finalidad de darle certidumbre a la preservación de esta tradición, el 7 de diciembre de 2004, fue instituida legalmente la asociación civil denominada Procesión del Silencio de Zacatecas, integrada por un grupo de zacatecanos comprometidos en grado heroico con el rescate de las tradiciones más antiguas de esta ciudad al igual que lo hacen cientos de personas que participan cada Viernes Santo.
Cronista de Zacatecas