La presunta perfección de un gabinete que se desmorona
MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ
Cada domingo, cuando preparo el texto que compartiré, tengo intenciones de no tocar el tema de la Cuarta Transformación. Lo juro. A veces me gustaría tocar otros asuntos. Hoy, por ejemplo, me parecería interesante escribir sobre las elecciones de representantes en el Parlamento Europeo y los importantes resultados en Francia, donde la ultraderechista Marine Le Pen consiguió dejar atrás al partido del presidente Emmanuel Macron[1].
De plano a veces me encantaría que este espacio se dedicara a tópicos más ligeros, como la final del Torneo Clausura 2019 de la Liga MX, que aquí entre nos se ve muy bien porque la disputan dos equipos felinos. Sin embargo, no es posible pasar por alto los temas que todas las semanas la 4T nos regala, y que son siempre un motivo para cuestionar y un argumento para reflexionar.
Lo que pasa en realidad es que son temas que por su trascendencia no se pueden pasar por alto. Así, por ejemplo, hace algunos días leía las reflexiones de uno de mis contactos en Facebook, quien expresaba más o menos que 20 por ciento de las personas que utilizan las redes sociales virtuales en México no aprueban al actual gobierno federal y que, de ellas, cinco por ciento lo hace por razones políticas, es decir, que simpatizan con otro partido que no es Morena, o económicas, porque esperaban hacer negocios importantes en alianza con el gobierno.
El restante 15 por ciento, según la respetable opinión de ese conocido, sería el grupo de personas que sienten un odio irracional hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador. La publicación incluye una crítica a quienes difunden publicaciones contrarias al santo Peje y la reflexión final de que mientras tanto, los verdaderos poderosos se ríen de los pleitazos que a veces se arman en Internet a causa de las netas diferencias entre quienes están a favor de la nueva administración y quienes no.
Todas las opiniones son válidas, hasta aquellas que nomás por una apreciación personal dan cifras tan contundentes como falsas, que hablan de que solamente 20 por ciento de los usuarios de la red de redes tienen algo en contra del desempeño como gobernante del de Macuspana. La verdad es que es arriesgado y hasta irresponsable lanzar opiniones así, con base en nuestras propias preferencias, pero es nuestro derecho decir lo que queramos, sobre todo porque las redes sociales lo permiten y no falta quien nos siga la corriente.
La misma publicación recalca que AMLO ya es presidente y no va a dejar de serlo hasta que concluya el sexenio. No hay necesidad de decirlo, en realidad, aunque haya quien se ilusione pensando en la prometida consulta para la revocación de mandato, iniciativa que por cierto ha surgido a partir de una de las muchas bravuconadas del creador de la 4T. Mucho me temo que eso no va a suceder, y en caso de que así ocurra, será una consulta hecha a modo, como las que el señor presidente ya ha demostrado que es capaz de realizar y por lo tanto, nos faltan cinco años y medio de 4T.
Como sea, habría que aclarar que, en realidad, muchas personas que no estamos convencidas de que el nuevo gobierno sea lo mejor, no tenemos preferencias políticas contrarias a Morena, ni mucho menos intereses oscuros para hacer negocios turbios. Tal vez las voces críticas tienen más que ver con una necesidad imperiosa de involucrarnos y aportar por lo menos ideas que ayuden a quienes las leen a analizar mejor la situación que, querámoslo o no, nos afecta cada vez más en primera persona, porque los mexicanos, en mayor o menor medida, gozamos o padecemos las decisiones de nuestros gobernantes de todos los niveles.
Por eso es que, por ejemplo, las dos primeras bajas entre los colaboradores de alto nivel son hechos que debemos considerar por sus causas, porque reflejan un muy interesante contexto político, y sus efectos, porque en ambos casos, las posiciones estratégicas de ambos cargos dan mucho para pensar.
La primera renuncia ocurrió el pasado 21 de mayo. Germán Martínez Cázares se fue de la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Y no sabría decir si salió por la puerta grande, pero al menos tuvo todo el valor de hacer públicas las razones de su decisión. En una larga carta dirigida al Consejo Técnico del IMSS, el hoy exfuncionario afirma: “Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social. El presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo’”[2].
Un golpe importante que, sin embargo, como todo lo trascendente que le resulta incómodo, fue minimizado por el presidente. “afortunadamente hay muy buenos funcionarios públicos en el país que saben ajustarse a lo que determina la Secretaría de Hacienda”, dijo, y, para variar remató con una frase que podría resultar equivalente a su ya tradicional “yo tengo otras cifras”. El mandatario dijo, con toda la calma del mundo, que él simplemente “no comparte” la visión que tiene Martínez Cázares respecto a un posible desabasto de medicamentos.
Entre paréntesis, hay que decir que el tema de la salud en la 4T no es cosa menor. No solamente en el IMSS, porque los integrantes de otras instituciones mostraron su malestar por una presunta retención de recursos que el propio presidente negó, siempre siguiendo su postura de tener información diferente cuando alguien le recuerda o pone en evidencia que algo no está bien.
En este sentido, fue el mismísimo secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, quien al informar que fueron liberados 1400 millones de pesos para hospitales e institutos[3], volvió a mostrar que el presidente o nunca está bien informado y sus cifras y datos no están actualizadas, o bien está acostumbrado a mentir cuando se siente acorralado y no encuentra respuestas adecuadas. Es como si creyera que por ser presidente no tiene el sacrosanto derecho de decir “no sé, pero me informaré para dar una respuesta mejor”. Es el gran problema de una cultura que endiosa a los gobernantes y no les permite un solo error, aunque luego los desmentidos sean peor muestra de incapacidad.
Total, se fue el director del IMSS y el presidente lo sustituyó de inmediato con Zoe Robledo, que a lo mejor no sabe nada de salud, que tampoco tiene experiencia previa en cargos administrativos, mucho menos de la relevancia de la dirección del IMSS, pero eso sí, es leal y tiene además el estilo de la 4T para responderle a los medios, y con ello, enviar mensajes a los mexicanos.
Y es que el recién estrenado funcionario se lució al declarar que en el Seguro todo está muy bien, y que nada más se vive ahí una situación compleja. Pero eso sí, no hay que exagerar porque “una crisis de verdad significaría que los millones de jubilados y pensionados no recibieran pensión, que las clínicas no estuvieran abiertas o que se hubieran cancelado un número importante de consultas[4]. Pues nada más eso nos faltaba, digo yo. Y bueno, como están las cosas, no dudaría que esa frase tuviera que ser antecedida por un “por el momento”, pues quizá ese panorama casi apocalíptico será lo que en el corto o mediano plazo podremos ver.
Pero por si la renuncia de Martínez Cázares fuera poco, a los pocos días se generó otro escándalo cuando la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Josefa González Blanco Ortiz Mena llegó tarde al aeropuerto de la Ciudad de México y tuvo la genial ocurrencia de llamar para pedir que se retrasara el vuelo “por orden presidencial”.
Con tantos apellidos y tanta aristocracia la funcionaria probablemente actuó como su conciencia de alta alcurnia le dictó. Y es que la señora bien podría representar todo lo que al presidente le molesta de las personas. Tal vez al nombrarla no se percató de que es una persona fifí que estudió en escuela privada, (la Universidad Anáhuac) y no sólo: la mujer tuvo la osadía de hacer una maestría en Arte Transformativo en Estados Unidos. Digamos que ya con esos detalles resulta inexplicable su llegada a la Semarnat, pero eso pierde importancia porque ahora ya está fuera del gabinete del de Macuspana.
Y la verdad es que podría apostar que, desde su punto de vista, doña Josefa no hizo sino aprovechar su superior posición, y que para ella fue lo más natural del mundo. De hecho, según el mismísimo presidente, la ya exfuncionaria “reconoció que la mañana del viernes habló directamente con un directivo de la aerolínea, con quien mantiene una relación personal, para solicitarle que se le permitiera abordar el avión, pues iba retrasada”[5]. y seguramente todo habría quedado como un episodio que afectó solamente a los pasajeros del vuelo a Mexicali. El problema es que en estos tiempos todo se sabe, y no faltó quien lo denunciara, en este caso Jorge R. Rioja, un profesor del Tecnológico de Monterrey (otra de las fifí-obsesiones del presidente) quien, en Twitter, con justa razón, se quejó amargamente por el retraso de su vuelo.
Al final, el propio AMLO “recomendó” a su colaboradora que renunciara, porque, según él, “no podemos ser tolerantes en actos de prepotencia, cero corrupciones, cero influyentismo, cero nepotismo, ninguna de esas lacras de la política”.
Ojalá que, así como el mandatario reaccionó ante lo que por ser tan burdo se hizo evidente, tuviera la información suficiente para enterarse también de lo que no es tan obvio, y decidiera de una vez por todas empezar a gobernar tratando de informarse de lo que realmente pasa, asesorándose acerca de las posibilidades reales de solución de problemas, y dejando a un lado la actitud de “yo tengo otras cifras”.
A lo mejor al ver que la presunta perfección de su gobierno empieza a desmoronarse después de seis meses, con dos renuncias que evidencian errores de planeación, el presidente por fin decide corregir el rumbo y empieza a gobernar de veras, haciendo a un lado su testarudez y con eso, me permite a mí y a otras personas que colaboramos en los medios, hablar de otros temas que resulten, si no más interesantes, más ligeros que estar poniendo todo el tiempo el dedo en la llaga ante los garrafales errores de la 4T.
[1] Disponible en https://www.elperiodico.com/es/internacional/20190526/macron-pierde-su-pulso-con-marine-le-pen-7474495
[2] Disponible en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/carta-integra-de-la-renuncia-de-german-martinez-cazares-al-imss
[3]Disponible en https://lasillarota.com/nacion/doblan-directores-a-shcp-liberan-2400-mdp-a-hospitales-e-institutos-hospitales-amlo-salud-sector-salud/287014
[4] Disponible en https://www.excelsior.com.mx/nacional/no-hay-crisis-en-el-imss-zoe-robledo/1314866
[5] Disponible en https://www.excelsior.com.mx/nacional/se-va-de-semarnat-tras-retrasar-avion-exhiben-en-redes-a-josefa-gonzalez-blanco/1315034