La larga noche del PRI ¿queremos más en el 2018?

SAÚL MONREAL ÁVILA

Si los Mexicanos nos hubiéramos imaginado como sería el 2017 en aquellos inicios de la campaña presidencial en el 2012, de ninguna manera habría ganado el PRI de Peña Nieto la elección, la realidad supero cualquier previsión, incluso quedaron cortos los duros señalamientos de Andres Manuel Lopez Obrador en aquel tiempo sobre el futuro del país si ganaban los priistas. Inimaginable hasta donde llegaría la situación del país en este año que acaba de fenecer.

El 2016 había sido considerado el año más violento de todos los tiempos, el 2017 lo superó con creces. Pero ahora romper nuevos récord de asesinatos no conmueve a nadie, pareciera que sólo asusta ya a quienes la violencia alcanza de primera mano. Un gobernador corrupto más ya tampoco asombra, un político impune más no asusta a nadie tampoco, y así… Durante el sexenio priista de peña nieto, de peor en peor.

Gradualmente hemos perdido casi por completo nuestra capacidad de asombro y a pesar que el sistema se resquebraja en pedazos, no vemos cuando termina por caer, y así viene el 2018, donde nos haría bien hacernos algunas preguntas.

Si el corrupto régimen priista de Peña Nieto no pudo con la violencia y al contrario, ésta se volvió más violenta y activa, con más alcances y más dolorosa, ¿qué nos hace pensar que en 2018, el mismo pri con los mismos personajes lograran detenerla? ¿Apostaríamos nuestro voto de nuevo a ellos? Si la corrupción fue insultante, descarada, y la impunidad permitió que decenas de personajes públicos se burlaran de nosotros en nuestra cara, ¿qué podría hacernos pensar que en 2018 pagarán los que la deben?

Si en lo que va de la administración el salario de los mexicanos perdió más su valor, siguió creciendo la desigualdad y se dispararon la inflación, las tasas de interés, la cantidad de pobres, la desconfianza del consumidor; y si solo hubo un crecimiento marginal de la economía, a pesar de que en el “Pacto por Mexico” le dieron todo al Gobierno apostando a las reformas estructurales Peñistas, y estamos mucho peor, ¿Por qué habríamos de pensar que en 2018, por la misma vía y las mismas acciones, las cosas irán mejor?

Si en cinco años sólo vimos que hay más corrupción que nunca, que por lo menos 17 exgobernadores se exhiben como una vulgar turba de ladrones, incluso encarcelados unos y otros reclamados por la justicia; ¿No será ya hora de que votemos para que se vayan del gobierno y decirles adiós a estos corruptos voraces? ¿Aún no estamos convencidos que ya mostraron su incapacidad e inutilidad? ¿O esperamos ver las ruinas de este país para despedirlos?

Tenemos los peores salarios de América Latina, excepto Venezuela; tenemos el mayor crecimiento de pobreza y desigualdad de todo el continente, excepto Venezuela. Tenemos el mayor número de defensores sociales y periodistas asesinados. La mayoría de los indicadores macro (inflación, tasas, crecimiento) de México son los peores de toda la OCDE. ¿No hemos caído lo suficiente como para repensar que hacer? ¿Queremos más de la larga noche de oscurantismo en que nos ha sumido este régimen priista?

Estas son sólo algunas de las preguntas necesarias que debemos hacernos a nosotros mismos en este año 2018, clave para el futuro de nuestro país entrampado en medio de una grave coyuntura que pone en entredicho incluso su viabilidad como nación libre y soberana. La inmensa mayoría de la sociedad quiere ya un cambio, como lo hemos venido pulsando en nuestro andar por todo nuestro estado y algunas regiones del país, pero evidentemente el partido en el poder no quiere dejar la Silla presidencial en Los Pinos ni sus posiciones en los estados.

Tenemos claro que esta mafia partidista agazapada bajo los colores del pri junto a sus partidos aliados y satélites aglutinados en frentes, harán todo lo posible por no perder sus privilegios, serán capaces de cualquier tipo de trampas para sostener su nivel de vida a base de la corrupción que tienen hundido al país, y por ello es necesaria la convicción del cambio en toda la gente para poder realizarlo y superar todas las artimañas y trampas a las que seguramente le apostaran.

Estos cinco años de gobierno priista con Peña Nieto al frente de las instituciones han sido una larga noche para México, que nada le debe al PRI, como aseguro su candidato, al contrario, el deterioro en las instituciones por la corrupción y voracidad de estos ha causado la grave emergencia social que estamos viviendo, y podemos estar aún peor de continuar este régimen. Los cinco años nos han demostrado quienes son en realidad el PRI y aliados; una banda bien organizada de vivales que ha aprendido a mover las palancas correctas para para vivir de los demás, solo hemos visto uñas largas, ineficiencia, corrupción, ineptitud, impunidad y compra de voluntades; el uso del dinero de todos para comprar votos, despensas, elecciones completas, en el país, estados y municipios, ¿Queremos más de esto? A esa pregunta se reduce toda la cuestión.

Necesitamos salir de la oscuridad, de la larga noche del atraso, de la corrupción y la impunidad. Este 2018 con el proceso electoral más importante y significativo de la historia moderna de la historia nos brinda la oportunidad para lograr la cuarta transformación del país, y con ello, la luz del nuevo día, del renacimiento del país, volviendo a los principios democráticos por los que los padres de la nación, como Hidalgo, Morelos y Juárez entre muchos otros murieron luchando y que se lograron plasmar finalmente en la carta magna de 1917, ahora mutilada con las reformas estructurales para legalizar el despojo a la nación que se está perpetrando. De todos nosotros depende preguntarnos todo esto y decidir entre subirnos al carro de la historia y transformar nuestra nación o continuar lamentándonos indefinidamente.

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