La herencia masculina del poder
LUCÍA LAGUNES HUERTA *
El poder desde la lógica patriarcal, es heredado como un hecho divino. Los reyes heredaban su reinado a su hijo varón porque ellos representaban la extensión de la divinidad en la tierra. Ya sin corona, los nuevos monarcas de la política garantizan la continuidad de su linaje.
Aún cuando se instauró la República y la separación de la Iglesia con el Estado, como en nuestro país la concepción del poder como herencia masculina entre los hombres no se transformó, vemos generaciones familiares de políticos quienes heredan el derecho a estar en el poder por mandato divino.
Durante años, las generaciones familiares venían básicamente del panismo y del priismo que monopolizó por 70 años el poder político.
Esta lógica monárquica masculina permite fundar y mantener un Partido como el Verde Ecologista, en el que durante 25 años el padre y el hijo han hecho de esta institución política una extensión familiar.
Además del linaje de sangre el ideológico es otro elemento de peso al momento de la herencia. El mérito es ser hijo del… diputado, gobernador, líder moral, fundador, etc. En esta lógica, algunas mujeres que a cuenta gotas han entrado a la política, han aprendido y puesto en práctica este método patriarcal de la herencia del poder.
Esta lógica no es exclusiva ni de un país, ni de un color ni de un partido y ahora ni de un sexo, es una práctica política que permea el sistema político. Otra cosa es que las hijas e hijos de las personas dedicadas a la política construyan su carrera con méritos propios a través de un trabajo político para llegar a ser.
Lo que normalmente vemos es la utilización de la sangre o apadrinamiento para que se cuelen en las listas de candidaturas.
¿Cuántas hijas e hijos están en las actuales listas dejando a un lado a quienes desde las bases han construido ciudadanía? Algunos de los nombres ya son públicos, los linajes Yunes, Albores, García, Cervera, Encinas están ahí.
La ciudadanía tiene que dejar de ver como normal que la herencia sea el camino por el cual las descendencias se vuelvan legisladores, funcionarios o gobernantes, para que sea el peso de la práctica política de las y los políticos, la que dé la legitimidad de un cargo.
* Directora general de CIMAC.
Twitter @lagunes28