La Guardia Nacional y Morena

JUAN GÓMEZ

El pasado miércoles hizo su arribo la Guardia Nacional a Zacatecas con la presencia de 750 elementos de los 1,800 contemplados para el estado, pero de inmediato empezó la disputa por la apropiación política de la corporación entre el gobierno estatal priista y la militancia morenista.

Ante la creciente escalada de violencia en el estado que aumentó exponencialmente durante los gobiernos priistas en Zacatecas, el actual mandatario Alejandro Tello Cristerna, clamó al gobierno federal “no nos dejen solos” para pedir el apoyo de la federación, ante la incapacidad local para contener a los cinco cárteles que se disputan el control de la plaza.

En febrero del año en curso los gobernadores priistas se reunieron con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a quien le plantearon su respaldo y apoyo por la creación de la Guardia Nacional, puesto que la Cámara Alta había formado un bloque parlamentario opositor en demanda de modificaciones a la iniciativa de ley enviada por el Ejecutivo federal.

Tello Cristerna y otros diez gobernantes del tricolor habrían dicho a la responsable de la política interna: nosotros como grupo de gobernadores sí vamos y la apoyamos, porque creemos indispensable que la Guardia se implemente en el país.

En esta ruta el mandatario siguió demandando la presencia de la nueva corporación militarizada en el estado, presionado por los altos índices de violencia y asesinatos que en el 2018 cerró con 684 víctimas de homicidios dolosos y el 2017 había concluido con 675, ambos, los más violentos en la historia delictiva de un estado que perdió su tranquilidad y seguridad.

Pero la violencia no desciende en Zacatecas y tampoco se vislumbra una estrategia de contención por parte del gobierno estatal, que ha sido rebasado por los hechos de impacto, lo que llama la atención puesto que con menores niveles de incidencia delictiva fue removido el general Froylán Carlos Cruz “por no dar resultados en la estrategia de seguridad”.

El arribo de Ismael Camberos Hernández no solo no disminuyó los índices de violencia en Zacatecas, sino que ha registrado un incremento como nunca antes se había vivido en el estado.

Froylán Carlos Cruz, el militar recomendado por la Secretaría de la Defensa Nacional al gobernador zacatecano solo duró nueve meses, mientras que Camberos Hernández, miembro de la Policía Federal Preventiva, fue designado el 15 de junio del año 2017 y sigue al frente de la Secretaría de Seguridad Pública.

Lejos de dar resultados que restituyan la tranquilidad de los zacatecanos, ahora la estrategia en materia de seguridad entra en una fase de manejo político y en serias contradicciones para su conducción.

En este sentido cabe recordar que el cuatro de diciembre de 2018 en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) los mandatarios acordaron con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que los superdelegados no serían secretarios técnicos en las reuniones que lleven a cabo los gabinetes de seguridad estatales, puesto que los mandatarios serían quienes las encabezarían. Ese fue el acuerdo.

Pese a ello en Zacatecas la superdelegada Verónica Díaz Robles, quien se tomó una serie de fotografías con mandos y elementos de la Guardia Nacional el pasado miércoles, para más tarde informar a través de un comunicado oficial que “junto al secretario técnico de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Osvaldo Cerrillo Garza, encabeza la mesa estatal de Construcción de la Paz, en la que participan los titulares de las corporaciones federales y estatales”.

Ese día la superdelegada dejó de entregar becas a jóvenes estudiantes y ancianos para irse a tomar fotos con los mandos de la Guardia Nacional y encabezar la reunión de la estrategia de seguridad en Zacatecas, acción con la que se derrumba el compromiso presidencial de no participar en las reuniones del gabinete de seguridad en el estado.

Por cierto, en esa reunión no estuvo presente el gobernador Alejandro Tello Cristerna.

¿Habrá alguna duda del manejo político de la presencia de la Guardia Nacional en el estado, para convertirse en un brazo armado del gobierno federal controlado políticamente por los superdelegados en los estados?

La superdelegada ahora se pondrá el casco y las botas de la Guardia Nacional para encabezar las reuniones de la “mesa estatal de Construcción de la Paz” que se instalarán en Zacatecas capital, Guadalupe, Fresnillo, Río Grande, Jalpa y Jerez, en las que participarán también los subdelegados de los programas para el Desarrollo, los alcaldes, así como el comisario comandante de la V región de la Guardia Nacional, Eustorgio Villalba Cortés y los coordinadores regionales de dicha corporación de reciente creación.

¿Hay alguna duda del manejo político de la seguridad en Zacatecas y en el país?

Al tiempo.

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