La gran estafa zacatecana: Tello, Alonso y el refinanciamiento

NÉSTOR SANTACRUZ MÁRQUEZ

No Me Ayudes Compadre

• Nuevo portal «Follow the money» ¿Un duro golpe de Tello a Alonso?
• La deuda de Miguel Alonsp nos ha cobrado ya dos mil mdp sólo de intereses
• Jorge Miranda es un gran mentirosillo

De acuerdo con el portal “follow the money” puesto en marcha por el Gobierno Estatal, se cuenta con un registro de Deuda Pública estatal a partir de 2002, aunque también es este mismo sitio el que deja en claro que la deuda que se tuvo antes del 2010, con Ricardo Monreal y Amalia García, es mínima y prácticamente inexistente. El gran saltó en el incremento exponencial y desmesurado de la deuda se dio precisamente con la llegada de Miguel Alonso al poder estatal (y de Alejandro Tello a la SEFIN), situación que sin duda le ha valido el honrosísimo primer lugar nacional en incremento de la deuda, pues de acuerdo a un estudio realizado en Octubre de 2016 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Miguel Alonso Reyes incrementó la deuda de los Zacatecanos en 33,579% (más de treinta y tres mil quinientos por ciento) y sí, no es broma, se colocó en primerísimo lugar seguido de Humberto Moreira en Coahuila con 17,000% y Quintana Roo de Beto Borge con apenas 1,000%.

Revisando los números saltan muchas imprecisiones, por ejemplo, el Presupuesto de Egresos del Estado para este 2017 consigna en su artículo 8° la cantidad de $ 7,341,701,084.00 para el refinanciamiento de la Deuda Pública, sin embargo, la información disponible en este portal nos arroja la existencia de dos contratos con los que se refinanció la deuda por un total de $ 6,714,547,977.25, lo que supondría que se dejó de ejercer o se ahorró poco más de 627 millones de pesos que no fueron ejercidos, lo cual sería fabuloso suponiendo que esa cantidad no se haya ejercido en pago de servicios y honorarios por el famoso refinanciamiento, que para el caso de algunos créditos ya serían refinanciados ¡por cuarta vez!

Llama la atención que precisamente los beneficiados en estos dos nuevos contratos hayan cancelado ya los anteriores créditos con todos los bancos, menos los propios, por ejemplo el contrato con Banobras del 28 diciembre de 2012 otorgado mediante decreto 464 mantiene un saldo deudor de casi 200 millones y no recibió pago de capital alguno, pero sí recibe puntualmente el millonario pago correspondiente únicamente a los intereses, o el ilegal crédito con Banco Interacciones del 22 diciembre 2014 otorgado supuestamente al amparo del decreto legislativo 42 cuyo saldo deudor sólo ha disminuido en 8 millones mientras tan sólo en el segundo trimestre de 2017 ese mismo crédito recibió por concepto de intereses casi 39 millones!

Así mismo, es interesante poder conocer los contratos que celebró el Gobierno del Estado con Banobras y Banorte, y es que fue Jorge Miranda quien estuvo dando una férrea lucha por la aprobación de este mega préstamo ante el Congreso Local, pues dijo también que con este refinanciamiento se estaría eliminando la deuda que dejó Miguel Alonso, pero si los números son fríos y si nos basamos en su propia información hay conclusiones relevantes que no podemos dejar desapercibidas.

Primero, durante todo el sexenio de Miguel Alonso se contrató deuda por poco más de 8 mil mdp, sin contar interés ni comisiones. En esos seis años y antes de este último refinanciamiento, el Estado ha desembolsado ya aproximadamente 3,500 mdp de los cuales casi 2,100 corresponden a intereses. Segundo, esos créditos contaban con un saldo deudor a diciembre de 2016 de 6,700 mdp. Así pues, lo anunciado por Jorge Miranda Castro no es más que una falacia pues en realidad la deuda del Estado incrementó y nuevamente tendremos que pagar las primeras mensualidades de un crédito, sí, esas en las que todo tu pago se va a intereses, porque es hasta el final cuando se abona más a capital que a intereses.

Así pues, al navegar en ese micrositio con tristeza descubrí que ahora tenemos una deuda de casi 8 mil mdp ¡otra vez! que además los contratos cuentan con fecha de vencimiento ¡hasta 2037! Y que BANOBRAS tiene garantizado el 49% del Fondo de Participaciones y 29% del FAFEF, mientras BANORTE el 41% de esos mismos fondos. Todo afectado a través del glorioso fideicomiso 1121 para el pago de la deuda, que ha representado miles de millones de pesos en ganancias para los banqueros, mientras, seis años después no sólo no disminuyó la deuda, sino que incrementó, no sólo no se disminuyeron los plazos, sino que pasaron de 15 a 20 años a partir de 2017, que en lugar de estar a 10 años o menos de liquidar la deuda, ahora estamos endeudados por 20 años nuevamente. Así es,  no sólo se engañó a los diputados locales, Jorge Miranda es un maestro de la falacia, por eso, dijo a los cuatro vientos que los intereses de la deuda disminuirían, y en efecto, los intereses disminuyeron un 0.47 % pero lo que no dice es que finalmente, los zacatecanos terminaremos pagando más por el costo de este último refinanciamiento, pues aunque disminuyó casi medio punto porcentual la tasa de interés, ahora se pagarán 20 años de intereses a partir de 2017, pues la deuda pública volvió a iniciar de cero, es decir, los 3, 200 millones que se pagaron durante el sexenio de Miguel Alonso, terminaron en la basura, o mejor dicho, en los bolsillos de los sufridos banqueros que, como la madre teresa, están siempre dispuestos a sacrificarse por el Estado.

Lo más alarmante de todo esto es que desde el 07 de noviembre de 2015, Alonso Reyes presentó su última iniciativa de refinanciamiento, misma que deja ver que solicitaba en ese entonces autorización para refinanciar otros créditos solicitados por él mismo en 2011 y 2012 y que ya habían sido destinados desde entonces para refinanciamiento.

En la tabla, tomada de la SCHP con corte al 30 junio de 2015, podemos observar claramente que Miguel Alonso y Alejandro Tello en cuanto asumieron el poder, de inmediato pidieron un crédito de 3,000 mdp, pero cuatro meses después solicitaron casi 1,900 millones ¿para qué cree usted? Así es, Para refinanciar la hasta entonces moderada deuda. Luego vino esta iniciática de noviembre de 2015 donde, desde entonces,  quedó en evidencia que Fernando Soto Acosta no sólo declaró con falsedad ante una autoridad, sino que él y Miguel Alonso violaron la ley de Coordinación Fiscal al no reportar un crédito con Interacciones por 550 mdp que, como se puede apreciar, no aparece en esta tabla, pero si aparece en la iniciativa que enviaran a la anterior legislatura, donde finalmente el PRI y sus aliados autorizaron que se adquiriera deuda por casi 9,000 millones de pesos para nuevamente refinanciar la deuda que ya había sido refinanciada en más de una ocasión, justo y exactamente igual a como lo acaba de hacer este gobierno diferente. La misma perorata, la misma maniobra, pero eso sí, aquí se contrató deuda por 20 años más, cuando ya estábamos en la mayoría de los casos a 10 años o menos de liquidar.

Pero a todo esto, es indispensable saber qué procedimientos ha iniciado la Secretaría de la Función Pública, la propia SEFIN y la Auditoría Superior del Estado para fincar responsabilidades a quienes violaron flagrantemente el artículo 9 de la Ley de Coordinación Fiscal, y su reglamento, que en el artículo 8 consigna claramente que el crédito contratado con Banco Interacciones el 22 de diciembre de 2014 por 550 mdp debió ser reportado a la SHCP a más tardar el 22 de marzo de 2015, cosa que nunca ocurrió.

¿Por qué hasta ahora se dio cuenta Jorge Miranda? ¿Acaso no lo sabía? ¿Acaso nadie vio la iniciativa de Miguel Alonso del 7 de noviembre de 2015, donde él mismo se puso en evidencia? Los diputados del PRI ya aprobaron la cuenta pública 2015 y se entiende, no los culpo, pues finalmente para eso los puso Miguel, pero ese cinismo no puede tener cabida en el órgano de fiscalización superior ¿Cómo es posible que la Auditoria Superior del Estado y Raúl Brito no hayan observado tremenda ilegalidad? ¿Qué ha hecho Paula Rey y este gobierno diferente ante semejantes ilícitos?  ¿Acaso Tello no recuerda que fue él quien desde la SEFIN inició con esta gran estafa maestra?

Y ya pasó un año, conste.