La falsa filantropía de los diputados zacatecanos
RAÚL SILVA TORRES
De primera intención, que los disputados locales de Zacatecas dispongan de ciertos recursos para apoyos de gestión social no es una mala la idea, pero sí lo es, cuando se hace de manera discrecional y sin transparencia.
Los pasillos del Palacio legislativo diariamente reciben la visita de personas que buscan algún apoyo económico para cubrir sus necesidades, pero la respuesta de los diputados a su petición siempre es la misma: no hay dinero.
Esa respuesta la he escuchado desde hace muchos años, desde que cubría las sesiones del Poder Legislativo local. Entonces, ¿para qué quieren dinero si les niegan el apoyo a sus representados?
Cada diputado local recibe más de 385 mil pesos mensuales como parte de las llamadas “herramientas legislativas”, de los cuales alrededor de 200 mil son para gestión social.
No tiene sentido que los diputados tengan dinero, tengan la oportunidad de ayudar a los ciudadanos de sus distritos y no lo hagan; y en casos en que si lo hacen, son para sus allegados o clientes del voto.
El diputado de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Luis Medina Lizalde, ha exhortado a sus compañeros de 62 Legislatura de Zacatecas a renunciar al dinero que reciben de herramientas legislativas.
La razón de su petición es una; ese recurso no siempre es aplicado para ese fin y puede justificarse presentando facturas falsas para apropiarse del dinero sin importarles las necesidades de los grupos vulnerables.
Esta bolsa de recursos opera sin reglas, por lo que es muy fácil simular que se distribuyen cuando no es así. La Jornada Zacatecas ventiló en 2015 que los diputados de la 61 Legislatura contrataron tres empresas para justificar los gastos de gestión.
La publicación, en su publicación explica que se contrató a tres empresas que facturaron servicios de asesorías legislativas, venta de globos y tóner para impresora.
El diputado de Morena, expone que el dinero de las herramientas legislativas se destine al departamento de gestión social de la Legislatura para tener mayor control y transparencia en su distribución.
De acuerdo a cifras del Poder Legislativo, cada diputado local tiene un gasto de 12 mil 441 pesos por día, 385 mil 688 pesos por mes y 4 millones de pesos 628 mil pesos al año.
Ello equivale a 11 millones 570 mil pesos al mes por los 30 legisladores y 138 millones 847 mil pesos anuales, aún y cuando un estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) reveló que el último congreso zacatecano fue el tercero más improductivo del país.
La propuesta no fue bien recibida por los diputados de los diversos partidos, quienes se dedicaron a justificar el uso de las herramientas legislativas para hacer mejor su trabajo, y por tanto sólo se pronunciaron a favor de una reducción.
De acuerdo al politólogo, Juan Francisco Valerio, la función de los legisladores se ha pervertido porque las gestiones sociales son tareas propias de los alcaldes, por tanto no las deben de realizar.
El catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) justificó esta práctica como método que tienen los parlamentarios para mantener el voto cautivo mediante un sistema clientelar.
Entrevistado por la Jornada Zacatecas Tv, explicó que México es un caso atípico donde los legisladores se asignan recursos para realizar gestiones que no son propias de su encomienda.
A decir del líder de Morena, las herramientas legislativas han sido un instrumento de sometimiento que ejerce el Poder Ejecutivo sobre el Poder Legislativo y Judicial.
Ello lo hemos visto en la aprobación de iniciativas, reformas, adiciones a la ley que son muy polémicas, o con la aprobación de los paquetes fiscales y cuentas públicas estatales, donde no se revisa con lupa y pasan “planchadas”.
Juan Francisco Valerio, ha dicho que el legislador actual no cumple con su función primordial, y que está sometido por el Poder Ejecutivo.
Actualmente circula por las redes sociales una petición a change.com para que los disputados locales de Zacatecas renuncien a las herramientas legislativas, pues no es justo que el dinero del pueblo sirva para simular una falsa filantropía política.
* Periodista independiente
