La crisis de los partidos y los escenarios electorales al 2015
MANUEL IBARRA SANTOS
Los Partidos en México experimentan en la actualidad, una de las más profundas crisis de su historia (no solamente ética, sino también de representación), que los hace poco confiables en su relación con la ciudadanía. Los tres más importantes institutos políticos del país –el PAN, PRD y PRI- están tocados por el mal endémico de la corrupción, la impunidad y por un exacerbado pragmatismo ausente de valores.
En el caso del PRI, sólo el poder presidencial ha evitado su debilitamiento, pues como partido no ha sido capaz de mostrar en estos meses un nuevo rostro, de transformarse a su interior y de plantear nuevas formas de organización democrática, para ser un interlocutor válido de las demandas ciudadanas. En Zacatecas dicho instituto padece los mismos males y las mismas inconsistencias programáticas y políticas.
Los partidos han sufrido, en términos del teórico Maurice Duverger, una transmutación de partidos de masas y de cuadros, a partidos de mafias, de dinastías, de negocios y a institutos sin definición ideológica, ni compromiso ético con la sociedad.
Algunos estudiosos sostienen que son de hecho tres las causales que han originado la crisis de confianza de los Partidos:
Primero, el descrédito, el cinismo y la inmoralidad de la política, que no sirve al progreso colectivo; segundo: a la incapacidad para representar los intereses de la sociedad; y tres: al aumento exponencial de la corrupción y los indicadores de la impunidad.
Los Partidos en México hoy están sometidos a la dinámica de una fuerte presión ante la incompetencia para inducir democráticamente sus procesos de renovación democrática, con una alta y peligrosa confrontación de sus fuerzas que los paraliza, e involucrados en la complicidad de lamentables actos de corrupción, que son innumerables. El caso de la empresa Oceonografía, es sólo una muestra de ellos.
¿Cómo se puede evaluar el funcionamiento de los partidos?
Existen al menos dos formas a partir de las cuales se puede evaluar la función social de los partidos: 1).- A partir de su relación con el poder; y 2).-Desde su relación con la sociedad:
La función de los partidos determinada por su relación con el poder se manifiesta básicamente por la posibilidad de diseñar e inducir políticas públicas y programas institucionales que hagan posible en los hechos la presencia de gobiernos de calidad. En este aspecto, todos los institutos políticos, por igual, han mostrado un rotundo fracaso.
Ahora bien, para conocer la función de los Partidos en su relación con la sociedad, se puede hacer desde diferentes ópticas, pero de todas ellas destaca su capacidad de representación legítima de los intereses de la sociedad. Y en esto también han fallado.
Los escenarios electorales para el 2015:
La próxima será, sin duda, una competencia electoral entre el partido que gobierna y oposición. Si el partido gobernante es sólido y la oposición es fuerte, la lucha será entonces reñida y los resultados dependerán de factores de coyuntura y circunstanciales, como el perfil de los candidatos y el tipo de campañas que se desarrolle.
En cambio, si el partido del gobierno es fuerte y la oposición es débil, la participación será terriblemente escasa y sin mayor esfuerzo el partido gobernante podrá incluso arrasar.
Evidentemente, si se mantienen las tendencias políticas actuales en el perfil de lucha de los partidos, el componente principal de las próximas elecciones, estará marcado por la debilidad de las oposiciones, las que de seguir así no serán factor de equilibrio democrático, adicionalmente con una fuerza inusitada del poder presidencial y un protagonismo hegemónico especial de los mandatarios estatales.
En el caso de Zacatecas, la lucha sucesoria del 2016, estará determinada por la presencia de actores y fuerzas políticas diferentes a las que habrán de participar en los comicios del 2015. Se podrá retornar, sin complicaciones, a épocas en donde jugó un papel histórico preponderante el fiel de la balanza y el gran elector.
Los partidos políticos tienen el compromiso de servir mejor a la sociedad y transformar el poder desde el poder, como lo planteó hace 20 años Luis Donaldo Colosio.
