La carta de la tierra

GILDA MONTAÑO

¿Que qué me he dedicado a hacer los últimos días de esta semana? Ver hacia el fabuloso volcán Xinantécatl; hacia el Parque Sierra Morelos; hacia los Ejidos que están debajo de el Parque de la Teresona, todo esto entre Toluca y Zinacantepec, en el Estado de México, a que no se dediquen, –como ya lo han hecho muchas veces, estas últimas semanas—a quemar nuestros parques. Se me hace la peor de las injusticias que se le pueda hacer a nuestra tierra.

Es espeluznante la idiotez, estupidez, falta de hombría, de escrúpulos, de honorabilidad, de inteligencia, el estar quemando nuestra tierra, y quedarnos sin hacer nada. En Ocoyoacac ya se inició una carpeta de investigación, por delitos en contra el ambiente, a un infeliz al que le encontraron insumos para quemar la tierra.

El último reporte del ayuntamiento de Ocoyoacac refirió que el incendio que se extendió en tres puntos, fue controlado al 90%, pero todavía no ofrece información sobre la dimensión de las afectaciones.

“Se reporta que después de dos días: ¡dos días!, de arduo trabajo, se lleva controlado un 90% el incendio. Tuvieron que ir: la Guardia Nacional, Conafor, Protección Civil y Bomberos, Seguridad Pública Municipal y Servidores Públicos Municipales”. Solo por un idiota.

Me encontré entonces la Carta de la Tierra. Esta, sí la deberíamos de repartir a todas las escuelas, con cada padre de familia. Es lo justo. Ya estamos sin agua, y ahora, sin árboles ni flora ni fauna. Es un desastre.

A mi amiga Chayo le quemaron sus abejas. Todo un enorme enjambre se acabó. Terminó un esfuerzo y trabajo de años de gran esfuerzo. Increíble. Inentendible. De verdad estoy muy enojada.

Entonces, me encontré la Carta de la Tierra. Su misión es establecer una base ética, sólida para la sociedad global y contribuir a la creación de un mundo sostenible basado en el respeto a la naturaleza, la diversidad, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de la paz.

Iniciativa de la Carta de la Tierra es el nombre colectivo bajo el cual se agrupa a una red global voluntaria de personas, organizaciones e instituciones que participan en su promoción y la puesta en práctica de sus principios.

La redacción de la Carta tuvo inicio en 1992 durante la celebración de la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, donde se hizo un llamado a la creación de un documento que estableciera los principios fundamentales para el desarrollo sostenible. Se realizó un proceso de consulta abierto en que participaron miles de personas y cientos de organizaciones para obtener una redacción internacional que tuviera un amplio concepto de lo que constituye una sociedad sustentable.  El gobierno holandés brindó su apoyo para la consulta y su lanzamiento oficial fue el 29 de junio del 2000 en el Palacio de la Paz en La Haya.

Este es el contenido de su propuesta:

–  Respetemos la vida de nuestro planeta en toda su diversidad.

–  Cuidemos con amor los complejos entramados ecológicos de nuestro planeta.

–  Construyamos sociedades democráticas, más justas, más equitativas, más participativas y pacíficas, que proactivamente gesten su desarrollo.

–  Trabajemos a favor de la preservación de los recursos naturales, para gozar de sus beneficios, admirar su belleza y nutrir nuestro espíritu.

–  Protejamos y restauremos la integridad de la biodiversidad de los sistemas ecológicos.

–  Emprendamos toda clase de acciones a favor de la protección ambiental.

–  Afrontemos con sentido ético y solidario los fenómenos naturales, respetando la estructura holística del propio universo.

–  Asumamos la sostenibilidad ecológica como cultura, en bien del desarrollo de los grupos humanos.

–  Emprendamos proyectos socio-éticos que tengan como imperativo, atender la pobreza extrema, en sus dimensiones: económica, cultural y espiritual.

–  Promovamos el desarrollo humano para asegurar el respeto por la dignidad de la persona, sin importar edad, sexo, credo o status social.

–  Cultivemos el valor de la salud física, mental y espiritual, para salvaguardar el bienestar social.

–  Impulsemos el carácter universal y holístico de la educación, que garantice la continuidad de la evolución humana en armonía con el cosmos.

–  Actuemos con responsabilidad ante el fenómeno de la globalización, concibiéndola como una etapa más del desarrollo humano.

–  Proyectemos la educación hacia la supervivencia del planeta, comprometiéndonos con acciones resolutivas que reclaman los problemas críticos.

  • Contribuyamos en la construcción de un mundo sostenible, basado en el respeto por la naturaleza, los derechos humanos, los valores universales y la interdependencia científica, tecnológica y económica, para garantizar la paz mundial.

El contenido de la Carta ha sido motivo de inspiración de un creciente movimiento que involucra a la sociedad civil y gobiernos.

Su Consejo Internacional promueve la celebración en las diversas regiones del mundo del Día de la Tierra, 22 de abril, para recordar a los ciudadanos el compromiso, fundamental con nuestro planeta.

Quienes participan en la Iniciativa de la Carta de la Tierra representan a una amplia gama de actores: dirigentes y estudiantes, agencias internacionales y organizaciones locales, corporaciones globales y pequeños poblados.  Individuos y grupos comprometidos con una visión común. Ojalá así sea.

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