Juventud resiliente: El francés que pudo ser presidente de México en 1994
RODRIGO DE JESÚS RODRÍGUEZ OLVERA
Joseph Marie Córdoba Montoya, nació en la región francesa de la Ciorat a unos 800 kilómetros de Paris, de padres españoles en donde estos, encontraron exilio en Francia después de que el régimen de Francisco Franco se instalara en el territorio hispano. Posteriormente “Pepe” (como le llaman sus afines) estudió en París y después en Stanford California, donde probablemente por cosas del lenguaje hizo camaradería con Rogelio Gasca Neri y Guillermo Ortiz Martinez, que fueron quienes lo invitaron a México a dar clases en el ColMex (colegio mexicano); Gasca Neri a la postre se convertiría en dueño de la extinta Mexicana de Aviación y por su parte Ortiz Martínez terminaría por ser presidente del consejo de Banorte.
Córdoba invitado por Pancho Gil Díaz (neo panista y dueño de Movistar en México) es como ingresa al servicio público del gobierno mexicano, desempeñándose como asesor de Gil Díaz en Hacienda, después se afilia violando los artículos del priísmo como militante activo en los ochentas, ante la indiferencia del presidente del comité ejecutivo nacional de esa fecha: Gustavo Carbajal Moreno. El PRI, fue tal vez el lugar donde probablemente conoce a Carlos Salinas de Gortari y no solo se hace su asesor sino su preceptor para las futuras decisiones del que a la postre sería el mandamás de la nación.
Ya instalado Salinas de Gortari en Los Pinos, nombra a Córdoba como el jefe de la Oficina de la Presidencia, siendo prácticamente el segundo al mando y técnicamente la primera persona del gobierno en toma de decisiones estratégicas en el país. Durante cinco años esa sería su función en el gobierno, donde se le atribuye el éxito de programas tan relevantes como: SOLIDARIDAD, PROCAMPO y el TLC; también se le atribuyen graves errores como el mal manejo del peso ante la vorágine mundial económica y la asignación de las industrias de la nación a particulares, que entre sus beneficiarios curiosamente está Ortiz Martínez, que es quien lo trae a México.
Artículo 82. Para ser presidente se requiere:
- Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país al menos durante veinte años.
Fracción reformada DOF 01-07-1994
- Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección;
III. Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia.
Fracción reformada DOF 20-08-1993
- No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto.
- No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis meses antes del día de la elección.
Fracción reformada DOF 08-01-1943
- No ser secretario o subsecretario de Estado, Fiscal General de la República, ni titular del poder ejecutivo de alguna entidad federativa, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección.
Dentro de las leyendas urbanas y la imaginación sin límite de la grey política supongo que se temía que se cambiara la constitución de México sobre todo su inciso primero para permitir que Córdoba fuera el ungido, las consecuencias mediáticas hubiesen sido catastróficas para los ideales revolucionarios y nacionalistas de México, la designación de Colosio y después de Zedillo, fueron cuidadosamente palomeadas (avaladas) por Córdoba que se convirtió en una semejanza de lo que hizo a sus padres huir de España, una persona que dominaba la política pública y privada del país desde una especie de franquismo tropicalizado en México. Actualmente se desempeña como asesor en inversiones.
No se puede negar la inteligencia de Córdoba Montoya para que en cuestión de tan pocos años haya accedido a ser prácticamente la persona que decidía sobre nuestro país en tiempos álgidos y complicados, también es cierto que para muchos pudo ser el ejecutor de decisiones que llevaron al país a tiempos de incertidumbre y hartazgo, no obstante es el impulsor del rescate de grupos prioritarios que estaban relegados en el territorio como los campesinos y los trabajadores de la industria primaria, ejemplar para algunos y oportunista para otros, así es José Córdoba Montoya.
Nos leemos la próxima, si Dios, adiós.
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