Juan Antonio Vera ¿invisible o prófugo?

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

María Elena Ríos Ortiz ha exigido, nuevamente, que le aclaren ¿en dónde está Juan Antonio Vera Carrizal? Y como ya es costumbre ninguna “autoridad” le informa, violando sus derechos como víctima directa y, peor aún, le voltean (por oficio) el chirrión por el palito, como bien decía mi abuelita Lucha.

Si a nivel nacional Morena y el PRI se juran odio, en Oaxaca el PRIMOR existe. Eso explica y nada más que eso, la protección contra un exdiputado local priista y empresario gasolinero, quien está acusado de participar en el atentado con ácido contra la saxofonista oaxaqueña en septiembre de 2019.

El pasado 19 diciembre, Ríos Ortiz demostró la ligereza y las medidas relajadas que emplea el gobierno de Salomón Jara para tratar a un presunto culpable, sin policías que lo custodien, ni adentro ni afuera del hospital, sin mencionar los privilegios de los que goza como convicto.

Son más 50 días de seguir en tratamientos por enfermedades que van de la A a la Z que usted puede encontrar en cualquier diccionario médico y algunas de ellas sin relación alguna ni consecuencia de las otras. La “autoridad” nuevamente detrás de esta inusual condición de privilegios para un interno del centro penitenciario ubicado en San Francisco Tanivet, Tlacolula, muy cerca de la ciudad de Oaxaca.

Así que del hospital privado Reforma, en el corazón de la ciudad de Oaxaca, se buscó otro lugar para Juan Antonio Vera y después de un breve recorrido, supuestamente, fue internado en el hospital Santa Anita, a las orillas de la capital oaxaqueña y en colindancia con Xoxocotlán.  Ahí se presentó, este miércoles por la tarde noche, María Elena y todo indica que su agresor es invisible o está prófugo. Cómo sea, la autoridad ni lo presenta ni desmiente a la saxofonista y el que calla otorga.

De acuerdo con la acusación de la víctima directa y las investigaciones de la fiscalía de Oaxaca, Juan Antonio Vera Carrizal es una de las personas que habría participado, detenido tras una pretendida fuga y detenido en el mismo centro penitenciario junto con uno de los autores materiales, recordemos que un tercer falleció estando en reclusión, curiosamente sin recibir atención médica, ese es un privilegio. El cuarto implicado está prófugo de la justicia y existe una ficha de recompensa, se llama igual que su padre, Juan Antonio Vera Hernández.

En un video subido a sus redes sociales la tarde noche del miércoles 22, María Elena muestra que ni afuera ni adentro del hospital Santa Anita hay seguridad resguardando al detenido y revela que Juan Antonio Vera Carrizal “no está enfermo, está prófugo”. Como sucedió en el caso anterior de diciembre, la presencia de la víctima de agresión con ácido hizo que nuevamente llegaran familiares del inculpado y elementos de la policía del estado, igualito que hace un mes.

Aquella noche del 19 de diciembre tuvo un final no deseado para nadie y la responsabilidad de los actos tienen que repartirse entre quienes no han podido llegar a la justicia, reparar el daño y siguen prestando atención emocional y psicológica deficiente, que generan enojo, frustración y daños irreparables.

Este jueves en la conferencia de seguridad pública, las “autoridades”, es decir, el fiscal de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla; el secretario de Gobierno, Jesús Romero López, y el secretario de Seguridad Pública, Iván García Álvarez, todos hicieron mutis sobre la duda que flotaba en el aire ¿en dónde está Juan Antonio Vera Carrizal? El responsable directo fue García Álvarez, quien ni siquiera tocó el tema. Aunque es para una mala comunicación con el pueblo, los funcionarios del la 4T “primavera oaxaqueña” están bien adiestrados.

Entonces seguimos con la duda a una respuesta obligada dada la trascendencia mediática que tienen las denuncias de María Elena Ríos Ortiz. O quien los adiestra debería decirles también cómo funcionan las redes sociales y su impacto. ¿Acaso a Chucho Romero no le importa su prestigio?

El fiscal por el contrario desvío la atención cuando sostuvo que no habrá impunidad en la denuncia contra María Elena Ríos Ortiz, lo dijo no una, sino dos veces. Lo peor es que el fiscal ya no se pone rojito de pena como cuando sus primeras veces. Se mimetizó con el sistema.

Por eso digo que el PRIMOR sigue vigente en Oaxaca. Los priistas se despachan con la cuchara grande dentro del plato de Salomón Jara, lo que demuestra que sus arrebatos contra el viejo sistema, que sigue vigente, es de dientes para afuera o por costumbre, en especial contra su antecesor el exgobernador Alejandro Murat, senador de Morena, que dicho sea de paso se le vio muy contento en uno de los bailes del señor Trump, donde se reunió la más rancia de todas las derechas del mundo. Supongo que de esos gusanos que hacen hoyos está lleno el reino de Morena, que dice que es de izquierda, pero se acuesta con la derecha.

Por lo pronto la broma es que Vera Carrizal está en una isla, en algún país europeo, disfrutando de su libertad, mientras a una triada le crece la nariz… ¿se acuerdan de Pinocho?