Jóvenes, las nuevas víctimas

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Mire Usted –refiere el hacedor de los dogmas irreverentes-, muy lejos parece aquel 27 de febrero del 2020, cuando se detectó el primer caso de Coronavirus en México, pero que cerca parecen aquellas desafortunadas declaraciones que se embromaban a esta enfermedad. Primero, esa mañanera del 19 de marzo del 2020, cuando el presidente, sin una mínima idea de lo que vendría, se mofaba aconsejando no dejar de abrazarse (y muchos que hoy han muerto lo creyeron), y mostraba sus estampitas y amuletos como escudo protector; y después, esa que el 4 de junio del mismo año dijo el señor Gatell recomendando no usar cubrebocas e ironizando que un escenario catastrófico para el país sería llegar a 60 mil muertes. Sin duda, liderazgos irresponsables en los que no pudieron echarle la culpa a los neoliberales.

¿60 mil muertes sería catastrófico? México tiene, hasta el día de hoy, 2 millones 693 mil 495 contagios y 237 mil 207 muertes confirmadas en la pandemia; sin embargo, en el conteo por actas de defunción, el INEGI mostró un desfase de 108 mil defunciones, lo que implicaría una cifra real, no muy bien aceptada, superior a los 345 mil muertos, que las autoridades de salud se niegan a reconocer, quizá porque presumieron que el pasado 1 de diciembre tendríamos un sistema de salud similar al de Dinamarca y nada, desabasto de medicamentos, afectaciones en niños con cáncer y hasta vacunas “echadas a perder”… Muy lejos está Dinamarca.

Habría que reconocer sí –dice el amanuense-, que el sistema de vacunación, aunque tardío, ha sido esperanzador, porque favoreció el control de los contagios y muertes. Pero valdría la pena puntualizar que, para muchos, cientos o miles, los números quizá no les sean suficientes para entender la magnitud de lo que sucede o de la presencia de la llamada tercera ola de contagios por la evolución propia del virus. Mire, en las últimas 24 horas, se reportaron 15 mil 198 contagios, que es la mayor cifra desde enero del 2021, y son los jóvenes, de entre 20 y 39 años, quienes protagonizan las infecciones de este embate infeccioso que, por semanas, el Gobierno había ocultado. Ese repunte empezó hace cuatro semanas, pero ahora, ya la culpa es nuestra.

Grave momento para Toluca 

Mientras degusta de un plato con fruta, tunas, duraznos y limas, bañados en limón, sal y piquín, el creador de los proverbios profanos mira con tristeza y enojo la irresponsabilidad social. Apenas visitó, y ni siquiera entró, al “mercado de pulgas” llamado “El Piojo”, donde vendedores y público, no usan cubrebocas, tampoco en el mercado de los lunes en Metepec, en los camiones ni los choferes lo utilizan y usuarios tampoco, menos la gente en las calles o en las fiestas en fines de semana que se dan a montones creyendo que esto ya pasó, otros ni siquiera se vacunan. El retroceso y las muchas hospitalizaciones son nuestra culpa. En Toluca, por ejemplo, se tienen registrados más de 17 mil casos y se rebasaron los 2 mil 500 fallecimientos, pero no entendemos. Para quienes hemos perdido amigos entrañables, familiares y gente cercana, esto dejo de ser ese “jueguito” del gobierno populista que hoy advierte la posibilidad de regresar hasta el semáforo rojo, pero que no se limitará la movilidad y el comercio. Necesitamos cuidarnos y poner fin a esto, no seamos necios ¡caray!, y dejemos de creerle al mentiroso de Gatell, cuyas predicciones, avaladas por el presidente, han provocado irresponsabilidad y muertes. Cuidémonos nosotros, cubrebocas y jabón, son la mejor medicina. Les dejo un abrazo fraterno.  Hasta otro Sótano.

Twitter: @raulmanduj