Jerez… Miel y veneno y la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
El regreso al despacho
Aunque desde el viernes, luego de la votación del Cabildo, Samuel Berumen de la Torre regresó a sus oficinas en la Secretaría de Gobierno Municipal, será hoy cuando se reintegre de lleno a sus actividades de las que –en apariencia–, estuvo separado por más de un mes, la última ocasión que atendió los asuntos inherentes a su cargo, lo hizo desde un pasillo de la Presidencia Municipal, luego de que el grupo rebelde del Cabildo bloqueó el acceso a sus oficinas, pero luego tampoco desde ahí pudo despachar, porque vino la toma de la Presidencia.
Demasiada facilidad para el caso
Muy fácil le resultó la reinstalación del funcionario al presidente José Manuel de Jesús Viramontes Rodarte; el tema jurídico atendido por un comisionado especial fue desestimado por los regidores demandantes y la síndico Adriana Margarita Berumen Acuña, con el argumento de que el Ayuntamiento no es instancia para resolver el asunto de la destitución, y por lo tanto, se negaron rotunamente a reconocer al comisionado y mucho menos presentarle las pruebas de cargo que se les requirieron, con respecto al motivo que derivó en la destitución de Samuel Berumen de la Torre.
Y aunque el asunto nunca entró al plano de los tribunales (hasta ahora), de entrada puede considerarse un triunfo jurídico de Pepe Pasteles y su equipo.
Lo político es diferente
Pero políticamente no estamos tan seguros que haya sido la mejor decisión, más bien nos parece un nuevo reto del munícipe al bloque de ediles, y considerando sobre todo que hace un mes, tras largas horas de diálogo para liberar la Presidencia Municipal, los miembros del Cabildo responsables de esa toma, establecieron como una de las prioridades el asegurarse que por ningún motivo, Samuel Berumen de la Torre regresara a ocupar la secretaría de Gobierno.
Las lecturas apuntaban más a un cambio, independientemente de cuál fuera el resultado y al parecer el propio funcionario habría pensado simplemente en demostrar que sus detractores no tenían razón e irse por su cuenta, sin embargo, la real capacidad de lucha del grupo contrario le hizo quedarse para lidiar con ellos y con otros obstáculos que bien podrían presentarse en los próximos días.
Relación deteriorada
No obstante que Samuel Berumen regresa con un aparente optimismo, con manifiestas ganas de hacer las cosas diferentes, de portarse bien y llevar la fiesta en paz, por mucho que lo intente no será fácil retomar el diálogo con los regidores que promovieron su salida, los cinco que permanecen en esa línea, y otros que en su momento habrían votado su destitución, pero luego se arrepintieron; a estas alturas, la armonía está demasiado deteriorada y con su regreso se recrudece, sin embargo, será también una importante prueba a su capacidad política y a la brevedad tendrá que demostrar de qué está hecho.
No se quedarán de brazos cruzados
Pero por otra parte, hay un raro silencio de parte del grupo rebelde, que debería preocupar a las cabezas del Gobierno Municipal; seguramente que la contraparte no habrá de quedarse con los brazos cruzados ante el escenario político que ahora se plantea y, sobre todo, cuando no hay un cumplimiento total de los acuerdos alcanzados en la minuta para liberar la Presidencia Municipal.
Por ahora, seguramente esperan el resolutivo de la Legislatura del Estado, que desean sea favorable su causa, pero eso nadie puede asegurarlo; por otro lado harían uso de los recursos jurídicos que la ley les permita.
La toma de la presidencia no es opción
Podría, naturalmente, presentarse otra toma de la Presidencia, aunque francamente dudamos que emprendan nuevamente esa decisión, tomando en consideración que la reacción de una buena parte de la sociedad no les fue muy favorable con esa medida y que, a lo largo de los días, sus propias acciones han ido desgastando a quien se señala como cabeza de todo este movimiento.
Por ello, si sus intenciones son seguir ejerciendo presión al presidente y mantener viva su lucha particular contra el secretario, tendrán que cambiar de estrategia y, sobre todo, hacerla creíble. Lo que es un hecho es que la historia continúa.