Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Un año sin puente
Parece que nadie recuerda que el origen del área que durante una semana al año ocupan las instalaciones de la feria, fue la de contar con un parque recreativo, que paulatinamente se ha visto rebasado, el área de juegos desapareció, lo mismo que algunas de las canchas deportivas y de las palapas quedan apenas unos vestigios, mientras que el circuito donde muchas personas acostumbraban caminar y correr, se redujo considerablemente.
El puente que se vino abajo en el llamado jueves trágico de 2014, tenía el objetivo de que las personas que cotidianamente acuden a hacer uso del espacio, contaran con un acceso directo al área recreativa todos los días del año y evitaran dar la vuelta hasta la calle García Salina o Galeana.
Sin embargo, las autoridades tardaron casi un año en reponer la estructura priorizando nuevamente su utilidad durante la Feria de Primavera, olvidando por completo que el paso peatonal se requiere todo el año y aunque se anunció desde enero el proyecto de reponer la estructura, apenas hace unos días inició la construcción.
Sin Culpables
Mucho se dijo que la autoridad tenían detectados a los a los presuntos responsables de que el anterior puente colapsara, un grupo de jóvenes que –supuestamente–, sacudieron la estructura convertida en un enorme columpio, la cual no soportó el peso e irremediablemente terminó por ceder.
Sin embargo se desconoce si se procedió jurídicamente contra los señalados “irresponsables” de los que nunca se dieron mayores detalles respecto a su identidad y a los que en todo caso, parece que sólo se les acusó mediáticamente, pero nunca se les probó nada, porque simplemente no fueron enjuiciados, ni siquiera investigados.
Por otro lado, al convertirse en un hecho que arrojó daños personales, aunque por fortuna sin pérdidas humanas que lamentar, debió darse la presencia –de oficio–, por parte de autoridades ministeriales, incluso se anunció una investigación de la que no se supo resultado alguno; en ese sentido, tampoco hay imputación de responsabilidad para nadie.
Lamentablemente, el daño no fue sólo estructural y a 11 meses del percance, existen personas que todavía no logran la recuperación total de la afectación física sufrida y un perjuicio de carácter emocional que podría ser irreversible.
Prevenir antes que lamentar
Independientemente de quién haya tenido la responsabilidad en este hecho, es importante que no vuelva a ocurrir algo parecido y por ello, las autoridades deben poner especial atención en los riesgos que trae consigo programar actividades que de antemano se sabe, convocarán una cantidad de personas que en un momento dado podría ser difícil de controlar, sobre todo en el área del teatro del pueblo donde se esperan sobrecupos todos los días.
La policía municipal más que cuidar la filtración de bebidas a la plancha monumental, situación que ha sido muy cuestionada por la sociedad, debería estar más concentrada en garantizar la seguridad de los ciudadanos, pues de lo contrario sólo entorpecen el acceso, como ocurrió en el caso del puente.
A estas alturas seguramente la unidad de protección civil tiene detectados los posibles focos rojos, para prevenir cualquier circunstancia de riesgo; hay que recordar que tratándose de proteger la integridad de los asistentes, vale más parecer exagerados, que lamentar después no haber tomado las previsiones necesarias, como ocurrió hace casi un año, aunque las autoridades insistan en lavarse las manos de toda responsabilidad.
El puente roto le llamo yo…
Por otro lado, la caída del puente minutos antes de iniciar el concierto de Pepe Aguilar, que fue el día de mayor aglomeración en la llamada Mejor Feria de la Historia, fue una circunstancia políticamente aprovechada por los detractores del hoy alcalde con licencia José Manuel Viramontes.
La canción del Puente Roto, fue adoptada como una especie de himno de lucha, infaltable en diversas manifestaciones y a manera de burla festiva, en varias ocasiones se le recordó al munícipe, la falla en su responsabilidad como garante de la seguridad ciudadana.
Por ello, resulta incomprensible que no se haya actuado con la rapidez que se ameritaba y se tenga un retraso en el proyecto, arriesgando que en plena campaña electoral le vuelvan a sonar los molestos versos de la cancioncilla que en algún momento interpretara el charro zacatecano don Antonio Aguilar.
Seguramente los opositores del alcalde con licencia y candidato blanquiazul, le apuestan a que no se concluya, pero sus aliados que deberían pensar lo contrario, se han visto lentos.