Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
El recuento de los daños
Si bien el recuento del año que concluyó podría considerarse políticamente desfavorable para el gobierno municipal que encabeza José Manuel Viramontes Rodarte, en el balance el daño no parece mayúsculo y tal vez hasta “fríamente calculado”.
De alguna manera, el desgaste natural de la popularidad que ocurre en casi todos los gobiernos de cualquier nivel y en todas partes, es algo que todavía a estas alturas le resulta manejable al munícipe y su equipo, sin embargo, en materia de grilla, nunca está dicho todo y no se descarta que cuando menos se espere, resurjan los conflictos que evidentemente subirán de tono.
Le mordieron la mano
Suena un tanto ilógico que los mayores dolores de cabeza de Viramontes Rodarte hayan tenido como protagonistas visibles a integrantes del Ayuntamiento que, en su momento, fueron propuestos por él para integrar una planilla que resultó ganadora; los principales conflictos tuvieron como protagonistas visibles a personas que consideraba de su equipo, sumados a una oposición que por sí sola parecía controlable, pero los cálculos fallaron y con el argumento de la destitución del secretario de gobierno Samuel Berumen de la Torre, se desencadenó un movimiento social que trajo como resultado la toma del edificio principal del Gobierno Municipal; más tarde sus detractores aquilatarían otras circunstancias como el conflicto con los trabajadores de limpia y la intromisión en la vida sindical de los trabajadores municipales, que estuvo también a puto de resultarle caro al alcalde, aunque finalmente pudo neutralizarse la revuelta.
Cambios para apretar tuercas
Entre los puntos que podrían considerable favorables, está el atreverse a realizar cambios sobre la marcha, algo que al menos los tres gobiernos anteriores mostraron resistencia a efectuar, a pesar de que, en su momento, hubo presión en algunas áreas y que además se antojaban necesarios; en el caso del actual, se realizaron por lo menos tres ajustes que permitieron apretar tuercas en tres áreas de las que indudablemente la de Seguridad Pública es la más relevante; hasta el momento la sociedad posiblemente no palpe del todo el resultado de este movimiento, sin embargo, al interior del Ayuntamiento se evalúa como favorable; misma situación ocurre en el Instituto de la Mujer Jerezana, donde por lo menos el alcalde puede tener la certeza de que María del Refugio Sánchez es de su equipo, lo que con su antecesora Sonia de la Torre Barrientos nunca tuvo por seguro.
No escaparon las sorpresas
El relevo más reciente y sorpresivo fue el de José Manuel Hurtado Rocha, como coordinador del deporte, en sustitución de Raúl Márquez Escobedo, movimiento que quizá tenga que ver más con lo político; el alcalde habría tomado como una traición su abierto activismo en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), durante el proceso para la renovación de la dirigencia y ya de lleno en el proyecto de Samuel Berumen de la Torre.
Irónicamente, fue el propio secretario de Gobierno Municipal, quien tuvo que dar la noticia del relevo y encabezar el protocolo con el que se dio posesión al nuevo titular.
El revanchismo genera más revanchismo
En contraparte, algunos despidos considerados por la parte afectada como injustificados, podrían desencadenar problemas de carácter jurídico, sobre todo en los casos en los que se actuó como revanchismo político.
Desde el inicio del año anterior, cuando el munícipe dio a conocer que se daría las gracias a quienes no rindieran con las exigencias de la población, se anticipaba que los despedidos no serían quienes llegaron con la administración actual, tal como ha ocurrido y algunas personas muy identificadas con expresiones diferentes y que incluso participaron activamente en campañas de otros candidatos, comenzaron a denunciar una especie de persecución que terminó con varios despidos y otros que están en puerta.
Aunque el presidente municipal ha logrado meter en la sumisión al delegado sindical Miguel Martínez Olavarría, no se descarta que el tema de los “corridos”, genere los primeros conflictos del 2015, no necesariamente encabezados por el SUTSEMOP y con la inevitable politización de los asuntos, por ser año electoral, las dimensiones podrían ser considerables.