Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Alarmante robo de baterías
El robo de baterías de vehículos es un problema de considerables dimensiones que las autoridades municipales no han siquiera intentado frenar, y para los particulares resulta sumamente imposible actuar contra enemigos silenciosos, quienes parecen ser expertos en el asunto; actúan al amparo de la noche y, es curioso, nunca son vistos por la policía que, se supone, realiza rondines frecuentes por toda la ciudad.
Situación Grave
La situación es en este momento más grave que el robo de estéreos, e incluso de tubería de cobre, que durante mucho tiempo fue el botín de moda, hoy por hoy se sabe con mayor frecuencia de personas en diversas partes de la ciudad que se ven obligados a dejar sus unidades en el exterior de sus casas por carecer de cochera y de una pensión cercana para asegurar sus vehículos y con cierta frecuencia amanecen con la desagradable sorpresa; así es que no queda más que lamentarse y mentárselas a quienes haya sido responsables de la fechoría, cuya identidad seguramente nunca conocerán.
Otros Mecanismos
Pero no sólo es el robo nocturno, es frecuente también que cuando hay un acto que reúne cierta cantidad de personas –afuera de los templos, en alguna fiesta grande o pequeña, reuniones sociales–, siempre hay uno o dos vehículos, cuyos propietarios se encuentran con la sorpresa de que sus carros o camioneta ya no encienden por falta de batería; estos robos se hacen incluso a la vista de personas que no sospechan nada, pues pareciera que están arreglando alguna descompostura y resulta que están cometiendo el atraco.
Nada los Detiene
Algunas personas adaptan a sus vehículos mecanismos que pareciera harán imposible que les vuelvan a robar estos artefactos, pero no hay obstáculo que los ladrones no puedan superar, ni candado que no puedan romper, o alarma que no logren desactivar, tengan lo que tengan, cumplen su objetivo y entre más complicado parezca, mayores destrozos provocan, rompen cables, mangueras, fierros y lo que sea, por lo que al final, aparte de los mil pesos que en promedio cuesta la batería, hay que pagar mucho más por los daños en el sistema eléctrico y hasta mecánico.
Urge que Actúen las Autoridades
Es oportuno en estos momentos que las autoridades hagan algo y no solamente que se laven las manos y digan que no se puede hacer nada porque no hay demanda de por medio, pues hay tal desconfianza en las instancias de justicia, que la mayoría prefieren no proceder, pues es más el tiempo que se pierde en trámites burocráticos; la molestia es mucha y tiene a los afectados al borde del hartazgo, pues en algunos casos ya parece burla, van dos o tres veces que les toca, por lo que el asunto podría desencadenar en un problema de carácter social si no se actúa a tiempo
Si hay quien venda hay quién compre
Todos los afectados suponen que son robos cometidos por drogadictos, que sólo quieren lo necesario para una dosis de su droga, cien o 200 pesos cuando mucho. Pero para que reciban el dinero que requieren debe haber un comprador, lo raro es que las autoridades no sean capaces de detectar los lugares donde se venden estos productos robados, al menos es lo que parece.