Issstezac, ejemplo de desorden administrativo
JUAN GÓMEZ
El gobernador Miguel Alonso Reyes mandó al congreso el año pasado una iniciativa de reforma a la Ley Issstezac, pero la estrategia de socialización y de transparencia de los recursos de los trabajadores ha resultado fallida.
Los tiempos de envío de la llamada nueva Ley Issstezac (necesaria e impostergable) le fallaron a los operadores de generar un escenario propicio para su aprobación en la LXI legislatura, debido al retraso en la presentación al congreso, la entrada en vigencia del 100 por ciento de cobro del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a los trabajadores al servicio del estado y sobre todo, la ausencia de un análisis a la administración del instituto.
La iniciativa enviada el 14 de diciembre y leída al siguiente día en la tribuna del salón de plenos del congreso zacatecano, levantó de inmediato la suspicacia de un “albazo legislativo”, por la celeridad en el proceso de revisión y discusión.
En paralelo a la integración de la nueva legislación sobre la ley de pensiones de la administración estatal, la Auditoría Superior del Estado inició una auditoría para conocer la situación financiera y administrativa del Issstezac, la cual no ha sido tomada en cuenta para el análisis de reforma que se pretende.
En el gobierno del estado se ha priorizado el aspecto político reformador pero no el saneamiento y reestructuración de un instituto que se ha caracterizado por ser el centro de operación política, contratación excesiva de compromisos electorales, adquisición de activos en medio de la opacidad y un desorden e ineficacia administrativa irrefrenable.
En la edición impresa de La Jornada Zacatecas del pasado 18 de febrero se publica la siguiente nota informativa basada en la filtración del documento de observaciones de la ASE al Issstezac:
“En 16 años (1998 a 2014) el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Zacatecas (Issstezac) de su presupuesto aplicó incorrectamente mil 144 millones 324 mil 283 pesos, arrojó la fiscalización que la Auditoría Superior del Estado (ASE) entregó la semana pasada a la 61 legislatura, la cual aún está en comisiones y todavía no es pública”.
Complementa la nota informativa firmada por la reportera Alma Alejandra Tapia:
“Según el informe, los más de mil millones de pesos mal utilizados son por el pago de prestaciones no previstas en la ley, reconocimiento de servidores públicos con derecho a pensión que no realizaron aportaciones, retiros del fideicomiso Fondo de Pensiones para usos diferentes al pago de pensiones, y que el dinero no se recuperó”.
La discrecionalidad, el servilismo y complicidad de los integrantes de la Junta Directiva, órgano de gobierno del instituto, así como la opacidad en el manejo irresponsable de los recursos de los trabajadores, ha dado al traste a la integración de las pensiones de los servidores públicos, a los que hoy se les trata de “exprimir” para seguir financiando a un instituto ineficiente, que ha servido como motor de una maquinaria que emite cheques para el pago de facturas a operadores políticos o que incorpora a “recomendados” del partido que gobierna.
La dirección del Issstezac que estuvo a cargo de Artemio Ultreras (actual subsecretario de Educación del gobierno estatal) y de Víctor Manuel Rentería López, emprendieron en su momento un plan de retiro “voluntario” que aplicaron a todo el personal que se incorporó en las administraciones perredistas, pero en contraparte han contratado a personal simpatizante con el Revolucionario Institucional.
Cabe mencionar que Rentería López ha mostrado la misma incapacidad de su antecesor en la conducción y saneamiento de un instituto que “administra” empresas de servicios y turismo, así como farmacias y tiendas que operan con pérdidas y que son ejemplo de la torpeza comercial, carentes de calidad y de precios competitivos.
Lejos de poner en orden al instituto el director Víctor Rentería solo se ha dedicado a dramatizar ante los medios de comunicación social la actual situación de precariedad que se vive en las finanzas institucionales, pero sin corregir las fallas que le han caracterizado y menos aún iniciar un proceso de corrección y de reingeniería administrativa.
Lo único que ha hecho Rentería López es tomarse fotos con algunos diputados de oposición, para simular la promoción de acuerdos para una eventual aprobación de la multicitada ley y repetir las mismas frases comunes en algunos medios de comunicación .
En este momento el secretario general de Gobierno, Jaime Santoyo Castro realiza esfuerzos serios por llegar acuerdos con una disidencia de trabajadores creciente y renuente a aceptar la aprobación de una Ley, a la que consideran nociva para los intereses de los trabajadores del servicio público estatal y municipal.
El jueves pasado un puñado de trabajadores inconformes tomó la tribuna del congreso e impidió que los legisladores aprobaran el dictamen de la nueva Ley Issstezac.
Hasta el momento de redactar esta colaboración no había acuerdos para silenciar la inconformidad de un amplio sector de burócratas zacatecanos.
El Issstezac es hoy ejemplo del desorden administrativo y del uso indiscriminado de la discrecionalidad y la opacidad.
¿Podrán generarse condiciones para la aprobación de la nueva Ley en esta semana?
Al tiempo.