Invertir en las adolescentes, es apostar al desarrollo: Unicef
Por Patricia Carmona Hernández México, D.F. (AMNDI/CIMAC).- El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) urgió a los países del mundo a invertir más presupuesto para el desarrollo de la población adolescente, toda vez que de esa manera se contribuye a que en el futuro viva en condiciones de mayor equidad.
En el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2011 “Adolescencia: la edad de la oportunidad”, Unicef reportó que en 2009 había 1.2 mil millones de adolescentes de 10 a 19 años de edad, es decir, 18 por ciento de la población mundial. En América Latina, la población adolescente representa 19 por ciento del total de habitantes.
La inversión en la adolescencia “es la manera más efectiva de consolidar los avances históricos logrados en la primera y mediana infancia desde 1990, además es una década crucial, donde la inequidad pasa a la siguiente generación cuando las adolescentes en condición de pobreza son madres”.
De acuerdo con datos de Unicef, México invierte únicamente 25 por ciento de su presupuesto en educación y tan sólo cinco por ciento para la salud de la población en general.
El organismo de la ONU advirtió que el gasto en la adolescencia es más bajo que para otros segmentos de la infancia “sobre todo en el contexto de crisis económica que ha reducido la inversión social, además de los factores políticos, culturales y sociales que resultan en menos atención y políticas públicas para esta población”.
Unicef indicó que las adolescentes, en particular, requieren de mayor atención de los gobiernos toda vez que influyen más en el desarrollo de los pueblos. “Ellas tienen la capacidad de impactar positivamente su entorno en el presente, así como en el futuro”, observó.
María Eitel, presidenta de la Fundación Nike y colaboradora en el reporte de Unicef, señaló: “Un año más de educación primaria para las niñas aumenta sus salarios entre 10 y 20 por ciento; estudios en 2003 mostraron que cuando las adolescentes generan ingresos, 90 por ciento de estos se reinvierten en sus familias en comparación con el 40 por ciento en el caso de los varones”.
Abundó que cuando una niña continúa en la escuela y recibe atención médica adecuada, evita ser cooptada por redes de explotación, contraer infecciones de transmisión sexual, casarse prematuramente y a su vez disminuye la probabilidad de que se convierta en una madre adolescente.
Eitel reconoció que a pesar de los avances, queda mucho por hacer: “Necesitamos mostrar el valor que tienen las niñas y las adolescentes y convencer a gobiernos, comunidades, corporaciones y familias que invertir en ellas es un esfuerzo inteligente”.