Informe-Espectáculo

JOSÉ NARRO CÉSPEDES *

Pensar en un sistema democrático incapaz de rendir cuentas es, en sí mismo, una contradicción.

Las elecciones pasadas, parecieron demostrar que el sistema democrático electoral mexicano, ha apostado por la instauración de un modelo que, en su accionar, limita a la democracia a la acción de organizar elecciones.

Así, el uso de prácticas delictivas utilizadas para conseguir votos y la rendición de cuentas queda reducido a un actuar mediático, alejado del buen diálogo que necesita la vida democrática.

Pese a eso, estamos seguros que necesitamos retomar, para la construcción de una democracia real, el ejercicio constante y verdadero de la rendición de cuentas por parte de las  autoridades, la cual es pilar sobre la que se sostienen las democracias modernas.

Decimos verdadero, pues el Poder Legislativo del Estado de Zacatecas, al reformar el primer párrafo y adicionar un segundo y tercer párrafo al artículo 59 de la Constitución zacatecana, cambiaron el formato de informe anual del Gobierno del Estado para que sólo presente un informe por escrito y los diputados puedan solicitar al Gobernador o Gobernadora del Estado, ampliar la información mediante pregunta por escrito.

Además pueden citar a los Titulares de las Dependencias y Entidades Paraestatales, así como al Procurador General de Justicia del Estado (No al Gobernador) a comparecer y rendir informe bajo protesta de decir verdad.

Es decir, se le quitó al Gobernador, la obligatoriedad de asistir al Congreso del estado a  debatir y explicar las acciones de su gestión durante el año anterior, lo que permite que este pueda diseñar un espacio donde pueda dar un mensaje controlado, sin cuestionamientos, en el que asistirán sólo invitados que brinden comodidad al gobernante.

Esta situación, convierte a la acción de rendir cuentas, en un pretexto para rendir homenaje al titular del Poder Ejecutivo estatal, toda vez que el escenario arropará (con video, luces, sonido) un evento para el lucimiento personal del gobernador.

El formato zacatecano se homologa con el formato federal para el Presidente de la República y a como está el formato de la mayor parte, si no casi de la totalidad de las entidades federativas.

El titular del Ejecutivo entrega por escrito, esa es la obligatoriedad, el documento contiene los datos del estado que guarda la administración y tiene la opción de realizar de realizar un Informe ciudadano.

Esta es tónica que impera en el país, ese es el nuevo formato que para Presidente de la República y para gobernadores o gobernadoras existe.

Pero detengámonos a pensar esta situación: Vicente Fox, en su último informe no pudo entrar a la Cámara de Diputados y fue recibido en el vestíbulo del Salón de Pleno de la cámara para entregarle al entonces presidente de la mesa directiva, su informe por escrito.

Felipe Calderón, después del fraude de 2006 y de su oscura (por decirlo menos) toma de posesión en la Cámara de Diputados, nunca pudo entrar al recinto legislativo y menos debatir con los representantes de los mexicanos.

De esta forma, se buscó la manera para diseñar espacios alejados de la confrontación ante sus raquíticos resultados, ante el crecimiento de la violencia y la pobreza.

Se construyeron formas para desaparecer el debate y situaciones incomodas para el gobernante.

Este es el formato de los informes aprobados a lo largo y ancho del país, un formato que permite al gobernante esconder de su obligación explicaciones y justificar sus decisiones y acciones  a los ciudadanos u otras autoridades e instituciones públicas.

Evita que los legisladores u otras instancias exijan explicaciones  a los representantes populares ante evidencias de abuso de poder o de la confianza del público.

Zacatecas, hoy está inmersa en una cultura que finge la democracia a través de un evento lleno de color y sonido, rodeado de invitados cuya función es aplaudir al gobernante y que evita a toda costa a una ciudadanía participativa, una sociedad civil enérgica y una prensa independiente y responsable que crea los canales para controlar la acción gubernamental y aumentar las expectativas del público en cuanto al desempeño al Estado.

Zacatecas y todo México merecemos un estado democrático, donde el accionar de los representantes populares y el manejo de los recursos públicos no se esconda detrás de los reflectores de la televisión, donde quien está al frente de la administración pública no construya un Zacatecas libre de problemas en un evento bonito y que si responda de frente a los cuestionamientos ante las fallas y necesidades reales de los zacatecanos.

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