INE, con fortalezas y debilidades ante proceso 2015
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
El proceso electoral 2014-2015 está por iniciar. El próximo 7 de octubre arrancará formalmente. Y ante este panorama que ya está prácticamente aquí, deseo hacer algunas consideraciones muy específicas sobre las fortalezas y debilidades que el Instituto Nacional Electoral (INE) tiene ante lo que será la organización de sus primeras elecciones en el país, tras su nacimiento como resultado de la Reforma Político Electoral, para sustituir al Instituto Federal Electoral (IFE).
Frente al inminente comienzo del proceso electoral que tendrá lugar en julio del 2015, considero que las mayores fortalezas del INE se encuentran en su carácter de autoridad electoral nacional, con posibilidad de guiar y dar homogeneidad a los procesos electorales federales y locales.
En lo referente a geografía electoral, ahora se podrán eliminar los criterios políticos para la definición de los distritos electorales locales, respondiendo a criterios poblacionales y de número de electores. Ello llevará a la eliminación de la desproporción en la representación política.
Se le dotó de atribuciones para designar a las autoridades electorales en los estados, e inclusive podrá atraer la organización de los comicios locales o delegar determinadas atribuciones de dichos procesos.
Es importante recordar que anteriormente, el nombramiento de los consejeros electorales a cargo de los comicios locales era atribución del Poder Legislativo de cada entidad, lo que generaba intervención de intereses de los gobernadores y de grupos políticos locales.
Otra importante facultad que tiene es la capacitación, ubicación y designación de funcionarios de casilla, tanto para las elecciones locales como para las federales, lo que permitirá en los comicios concurrentes contar con una sola casilla, evitando duplicidades innecesarias.
Una nueva fortaleza también es que podrá fiscalizar los recursos y gastos de partidos políticos, candidaturas y campañas, todo ello en los ámbitos locales y federal, lo que permitirá evitar posibles duplicidades al contar con un solo sistema de contabilidad y auditoría para cancelar totalmente la discrecionalidad que se daba, como en el caso Monex y los gastos de campaña de la elección presidencial de 2012.
En conjunto, la fortaleza del INE radica en su nueva dimensión de autoridad que encabeza un nuevo Sistema Electoral Nacional, atribución que le dio el legislador para garantizar con imparcialidad y legalidad todas las elecciones del país, de ahí que no debe delegar atribuciones y tendrá que hacerse cargo de sus funciones, creando e instituyendo sistemas de información y seguimiento de todos los comicios, como lo es el Programa de Resultados Preliminares Único, conteo rápido único y fiscalización efectiva en todos los estados.
Finalmente, considero que otra de las ventajas que tiene el INE a su favor es su capacidad demostrada para organizar los procesos internos de los partidos políticos, como ha sido en el caso del PRD, en un primer ejercicio de esa naturaleza.
Lo anterior, derivado de que se lograron instalar y computar el 99 por ciento de las casillas, sufragó el 46 por ciento del padrón (2 millones 055 mil 501 votos) y participaron en la organización de la jornada más de 85 mil afiliados. Sin duda alguna, fue un importante logro del INE rumbo al proceso electoral 2014-2015.
Sin embargo, también consideró que todo es perfectible y que el INE tiene algunas debilidades en las que debemos trabajar, como lo sería el referente a la confianza que debe generar al electorado mexicano.
Si bien el Consejo General del INE determinó reasumir las funciones de capacitación, ubicación y designación de funcionarios de casillas para los procesos locales en conjunto con el federal, y tuvo una actitud impecable en la organización del proceso electoral interno del PRD, dicho órgano máximo de dirección aún no da muestras plenas de haber dimensionado el nivel de sus responsabilidades como la autoridad que encabeza el sistema electoral del país.
El nivel de confianza será mayor en la medida en que se logre una verdadera y eficaz fiscalización de los recursos de los partidos políticos y candidaturas; y que la designación de consejeros y consejeras electorales de las entidades sean imparciales e independientes de los partidos políticos y gobernadores.
Con esa práctica de la imparcialidad en los nombramientos de las y los consejeros electorales estatales se revertirán las malas experiencias tenidas en los últimos tiempos, cuando las listas de aspirantes contenían un alto número de candidatos con evidentes vínculos políticos con el PRI y los gobernadores emanados de ese partido.
El INE logrará una confianza plena, no sólo de los partidos políticos, sino de la población en general, en la medida que se asuma como entidad del poder público y se apropie plenamente de las atribuciones que le confirió la Reforma Constitucional y que se mantenga al margen de intereses privados, partidistas y políticos, especialmente en temas como la designación de los Organismos Públicos Locales y en materia de Radio de Televisión.
*Representante del PRD ante el INE