Independencia o sumisión

CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID

Hoy celebramos las fiestas patrias de México. El inicio de la independencia de un país que estaba sometido al dominio de los españoles.

Pero en la realidad y a 205 años del Grito de Dolores, no sé si tengamos verdaderamente mucho que celebrar, porque desde entonces y hasta ahora las y los mexicanos seguimos “gritando de dolor”.
A dos siglos de aquellos hechos históricos, hoy continuamos sufriendo, agobiados, sí, por un dolor diferente, pero al fin y al cabo igual de intenso y lastimoso.
Dolor que está en las caras de las madres y padres de los más de 20 mil desaparecidos, entre ellos los 43 normalistas de Ayotzinapan; y de los miles de asesinatos registrados en el país. Todos ellos sin justicia aún.
La pobreza, que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) asegura que en el país se ha reducido, sigue lastimando a casi 60 millones de personas que la sufren.
El mal de México sigue siendo la corrupción y el enriquecimiento ilícito de sus gobernantes. Un reciente reporte de la cadena de televisión estadounidense CNN, tras una revisión de las declaraciones patrimoniales, indica que 21 de los 25 integrantes del gabinete federal de Enrique Peña Nieto en conjunto poseen 121 propiedades. Cada uno tiene su propia casa blanca y no sólo Angélica Rivera.
Esa es una situación lamentable frente a una pobreza extrema, que mantiene sin casa a millones de personas, mientras la riqueza se concentra en unos cuantos integrantes del poder económico y político de la Nación.
La población mexicana sigue esclavizada, ahora por las garras de la delincuencia organizada y por las adicciones que expande, por la falta de oportunidades, por la carencia de empleo, por los bajos salarios, por la ignorancia.
Contar con una de las democracias más caras del mundo también es desgarrador. Peor aún, que pese a ello, permanece la compra de la voluntad popular, a través de prebendas, que se perpetúa en triunfos electorales.
La devaluación del peso, la baja en el precio del petróleo y la crisis económica sigue afectando al país, en esta administración federal apenas hemos alcanzado un crecimiento económico del 2 por ciento y continuamos con políticas públicas que incrementan la desigualdad social.
Tenemos además otra sombra que empaña esta celebración patria y es la propuesta presupuestaria 2016 en base al presupuesto cero, que pretende bajar recursos a renglones estratégicos del país, como es el sector social y que en cambio mantiene los altos salarios de los funcionarios de primer nivel.
Como ejemplo de esa arbitrariedad que se pretende cometer, baste decir que los ministros de las Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrán ingresos anuales por 6.7 millones de pesos. Además, mantendrán sus sueldazos los integrantes del gabinete y los representantes populares.
En contraste, para el próximo año Enrique Peña Nieto propone menos presupuesto a los sectores de salud, educación, desarrollo social y procuración de justicia. Vaya ironía, son las áreas que precisamente se necesitan fortalecer por los problemas que enfrentan millones de habitantes.
La venta de nuestra riqueza natural, como el petróleo y los hidrocarburos, es otro de los hechos del actual gobierno que debemos lamentar.
Me uno al “grito de indignación” que hoy darán los padres de los 43 normalistas y miles de inconformes. También me solidarizo con las manifestaciones de rechazo que la gente realizará en diversos puntos del país.
Vamos todos en pro de la independencia, de una verdadera libertad que nos permita, precisamente eso, ser libres.
Nosotros con nuestro actuar decidimos que queremos celebrar este 15 y 16 de septiembre: independencia o sumisión.
*Consejero Nacional del PRD
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