Hugo, el recurso violento
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Y es que al parecer “Hugo” es la llave. Su crimen no se puede ocultar. El “guarura” de in “jardín chelero” lo degolló con el filo de una copa de cristal. De esas copas con el filo muuuy delgado. Sus padres, sobre todo su mamá, compañeros de la prepa bloquearon una vialidad muy importante en Naucalpan. Ellos, la familia, cometieron varios delitos que, los realizaron demandando justicia. Le dieron un ultimátum al gobierno y si, al fin, el delincuente se entregó.
Más allá de todo, lo ocurrido, la reacción social, de la familia, convirtieron esto en un tema mediático y se solucionó a medias, pero, al parecer, la respuesta a la injusticia, al parecer, es la exigencia violenta ¿Será?
Colofón.- Y las mujeres siguen siendo las víctimas
Mientras degusta de un muslo de pollo bien cocido, bañado en mole verde mmm y un vaso de agua de melón fría, el amanuense refiere haber escuchado en las noticias, a inicio de la semana, los gritos de justicia que un grupo de activistas mujeres realizaban en Chimalhuacán. Una de ellas decía: “¡Irene fue torturada, golpeada, le tiraron los dientes, presentaba signos de violencia sexual!”. Irene es una activista social, cuya hija, a la edad de 12 años, fue secuestrada y abusada sexualmente.
Como ocurre casi siempre, en los que las víctimas no tienen “palancas”, o no tuvieron la atención de los medios de comunicación, ese delito quedó en el olvido y la impunidad. Pero el viernes pasado, después de que este tema resurgió, elementos de la policía municipal de Chimalhuacán fueron acusados por las activistas, de haber privado ilegalmente de la libertad y por varias horas a Irene, la madre de esa niña. ¿Sabe usted que es terrible, además de la agresión y el secuestro? Pues que son mujeres las presuntas agresoras: tres policías mujeres que están sujetas a investigación.
Mire, el periodista fue invitado a participar en un programa de televisión para exponer, desde mi óptica, los retos de la mujer en un mundo de hombres, y le decía a Isabel, la conductora, que los hombres no quieren, no queremos que las cosas cambien. Damos la vida por nuestra madre y la lloramos, pero la queremos en la cocina. Si, crecen las oportunidades para ellas, pero afuera, en las calles, el crimen y el machismo las siguen persiguiendo, y ahora súmele usted que, entre ellas, policías, diputadas, alcaldesas, lastiman a mujeres. La igualdad no es hacer lo que hacen hombres, sino impulsar, ellas, ustedes, políticas públicas a favor de extender la educación en zonas rurales, y no sólo la primaria sino la preparatoria y por qué no, la Universidad.
Y cheque esto, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, reveló que entre el 2020 y el 2021, se registraron 21 mil 188 denuncias por violación, y en feminicidios, bueno, la ONU dice que en México ocurre un promedio de entre nueve a 11 casos al día. El mismo Secretariado reconoció que el año pasado se cometieron 3 mil 800 asesinatos contra mujeres, mil seis como feminicidios y los 2 mil 750 más como “homicidios dolosos”.
Pero no cambiamos ni entendemos. En el triste caso de Chimalhuacán, durante su protesta por justicia, las mujeres activistas fueron desalojadas del Centro de Justicia por elementos de la policía municipal, quienes armados y con gases las reprimieron. La violencia de género no para, nada cambia, las cifras rojas y negras siguen y siguen, igual que los banales discursos políticos. Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj