¡Hagamos algo! ¡Sí se puede!
SAÚL MONREAL ÁVILA
Nuestro país se cae en pedazos, la inseguridad se apropia de las calles, barrios, ciudades y pueblos de nuestro país y nuestro estado, la corrupción imparable, de un régimen con pretensiones de eternizarse a pesar de su ineptitud y su entreguismo al trabajar para favorecer grupos y personajes de poder, el campo devastado y en ruinas, compramos al extranjero la mayor parte de lo que comemos, en tanto, la producción industrial en su mayoría manufacturas de empresas extranjeras, sin arraigo, y elaboradas por manos que han perdido prestaciones laborales logradas por lucha de generaciones de trabajadores, y: ¿Que estamos haciendo los Mexicanos? ¿Qué podemos hacer?
Esta ha sido la estrategia del régimen, crear la sensación de desaliento para inhibir la participación activa en las grandes decisiones del país, del estado y de nuestro municipio, y con ello, opera con los instrumentos de la pobreza, de la desinformación, del miedo y del control territorial electoral por las instituciones sociales. el PRI gobierno no tiene escrúpulos para esto, y los resultados saltan a la vista, nuestro país se cae y el desaliento de la sociedad se ve reflejado en la baja participación en la toma de decisiones.
Hay quienes nos remiten a la visión porfiriana de finales del siglo XIX recordando lo que el reciclado y ya entronizado por este régimen priista, Porfirio Díaz, quien sostenía sin rubor alguno que: “Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo, no faltar a las corridas de toros, divertirse sin cesar, tener la decoración de las instituciones mejor que las instituciones sin decoración, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto, gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer posadas y fiestas onomásticas», eso pensaba el dictador quien se enquisto por más de 30 años en el poder.
Sostenía que: «Los padres de familia que tienen muchos hijos son los más fieles servidores del gobierno, por miedo a su miseria; a eso es a lo que más le tienen miedo los mexicanos de las clases directivas, a la miseria, no a la opresión, no al servilismo, no a la tiranía; a la falta de pan, de casa y vestido, y la dura necesidad de no comer o sacrificar su pereza” (Francisco Bulnes, citado por Paul Garner en su ensayo “Porfirio Díaz” dentro del libro Gobernantes Mexicanos Tomo 1, de Will Fowler, páginas 387-388, Fondo de Cultura Económica, México, 2008).
Al parecer esa es la misma visión de este régimen, quien privilegia la fiesta y el circo a la resolución de los graves problemas que aquejan a los mexicanos, y que sostenemos está manteniendo deliberadamente la actual situación de zozobra económica, de inseguridad y de trabajo, y con ello, de corrupción generalizada en los niveles de gobierno, lo que no podemos seguir permitiendo. Los mexicanos no somos así, hay desaliento, pero ay opciones, hay salida y tenemos la posibilidad para construir y lograr un mejor futuro para nosotros y para nuestros hijos. ¡Los mexicanos somos capaces, valiosos y honestos!
Esa es la idea de Andres Manuel Lopez Obrador al convocar a todos los mexicanos, mujeres y hombres, pobres y ricos, pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o libres pensadores para construir un acuerdo nacional con el fin de hacer de la honestidad una forma de vida del gobierno.
AMLO ya presento un bosquejo completo, y en pocos meses se presentará de modo completo y detallado el nuevo proyecto alternativo de nación, un proyecto serio y profundo, con sentido social, elaborado con la participación de especialistas, con una propuesta que se resume en gobernar con rectitud, desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad y destinar todo lo que se ahorre, a financiar el desarrollo del país, y lograr así, el bienestar material y el bienestar del alma para la felicidad de todos, si hay salida y si hay opciones.
En ese sentido, Lopez Obrador plantea la imperativa necesidad de aumentar el salario mínimo, para fomentar el consumo y el mercado interno, además de mejorar los sueldos de trabajadores al servicio del Estado a partir de 2019. Revertir las reformas estructurales aprobadas durante el gobierno de Peña Nieto si lo quiere la gente.
Garantizar escuela y empleo para 2 millones 600 mil jóvenes con el programa llamado “Jóvenes Construyendo el Futuro”: se irá casa por casa inscribiendo a los jóvenes para incorporarlos al trabajo y al estudio, con un proyecto educativo emergente López Obrador plantea dar la oportunidad de seguir estudiando a cerca de 300 mil jóvenes que han sido rechazados de universidades públicas, en tanto, a otro grupo, de 2 millones 300 mil jóvenes, se le inscribiría en un programa de empleo como aprendices en empresas pequeñas, medianas o grandes, tanto del sector público como del privado.
Acabar con exámenes de admisión, ningún joven debe ser rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas, deberá ser un 100% de inscripción. Aumentar el doble la pensión de adultos mayores, establecer la Revocación de mandato y adiós al fuero para evitar los cotos de poder y la corrupción, eliminar los fueros al presidente y a los altos funcionarios públicos; Cambiar la estrategia contra la violencia, aplicando como eje fundamental la mejoría de las condiciones de vida y de trabajo, coordinación entre las corporaciones policiacas, perseverancia, inteligencia, pleno respeto a la legalidad y a los derechos humanos evitando el contubernio entre autoridades y delincuentes”.
Dar preferencia a los pobres y que los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuyan con justicia, teniendo todos que ceñirnos a la nueva legalidad y a reglas claras; hacer negocios, pero sin influyentismo, corrupción ni impunidad; un presupuesto realmente público… que los privilegios de pocos nunca se sustenten en la opresión, la inseguridad y la miseria de millones de mexicanos.
Hacer un cambio “sustancial” en la relación bilateral con EU, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano, aplicar una política de cooperación para el desarrollo, que dar prioridad, como sucede actualmente, a la cooperación policiaca y militar.
Crear empleos en México es la alternativa. Los problemas de índole económico y social no se resuelven con medidas coercitivas. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país y garantizar el derecho a disentir a la libre manifestación de las ideas
Por ello, es necesario que todos los sectores de la sociedad participen, Mujeres, Jóvenes, Profesionistas, Empresarios, Maestros, todos con el fin de lograr la necesitada alternancia gubernamental hacia un régimen con sentido social, no elitista como el que actualmente detenta el poder, hacer un pacto para cristalizar un régimen que si sabe lo que se tiene que hacer y que fundamenta su propuesta en el respeto a la voluntad popular, en la reconstrucción de instituciones honradas, funcionales y efectivas, y en un gobierno que no permita la corrupción, ¡Hagamos algo! ¡Si se puede!