Gobernabilidad y seguridad pública en Zacatecas
MANUEL IBARRA SANTOS
Los ajustes recientes en el gabinete de seguridad realizados por el Jefe del Ejecutivo Estatal, Alejandro Tello, a nueve meses de iniciada su administración, fueron motivados inequívocamente por el fin esencial de consolidar y apuntalar el principio de gobernabilidad, luego de que la violencia criminal se ha constituido en negativo factor en el ejercicio de la autoridad en los distintos niveles de gobierno, en un escenario en donde ninguna de las instituciones del Estado escapan de tener un grado mínimo o máximo de responsabilidad.
Por lo pronto, el gobernador Alejandro Tello lanza una señal incontrovertible, con esta decisión, de que no se detendrá en su obligación de hacer los enroques necesarios para integrar un equipo de colaboradores que sirvan a Zacatecas. Y sí ya removió a personajes de excesiva soberbia recomendados desde el centro que se sentían intocables, es de entenderse, entonces, que podrá hacer lo propio con políticos dotados de estrechas trayectorias locales.
Los tiempos en los ajustes en el gabinete estatal se adelantaron y resultó insostenible la idea de aquellos que pensaron que los cambios se harían en el contexto del primer informe de gobierno. Nada de eso prosperó y la demanda de consolidar las bases de la gobernabilidad aceleró el proceso de los enroques.
De esta forma, los niveles de inseguridad en la entidad operaron como un mecanismo natural que dinamitó los espacios del gabinete que desde la perspectiva ciudadana demandaban inmediata revisión y ajustes.
Ingobernabilidad y violencia
La gobernabilidad democrática se entiende –en términos de Norberto Bobbio (1909/2004)-, como el mecanismo para procesar por la vía de la racionalidad jurídica el conflicto social, sin llegar a las expresiones totalitarias y en donde los derechos humanos deben quedar a buen resguardo.
El problema de la inseguridad pública está unido indefectiblemente al tema de la gobernabilidad por varias razones: primero, porque los altos índices de criminalidad aparecen en la sociedad como una situación disfuncional del Estado, ante la falta de incumplimiento de sus funciones básicas (Garay Maldonado, 2015. Instituto de Investigaciones Jurídicas).
También la inseguridad pública está ligado irremediablemente a la incapacidad del Estado, al descredito de los gobiernos y a la corrupción prevaleciente particularmente en las corporaciones policiacas, hechos que se deben combatir con firmeza y energía.
Existen otros especialistas como Hannah Arendt (1906-1975), extraordinaria pensadora de origen judío, quien en su obra Los Orígenes del Totalitarismo, manifiesta que la violencia criminal es proporcional a los niveles de ilegitimidad e incapacidad de la política y del Estado.
Hoy la obligación es revisar las funciones del Estado en materia de seguridad pública y redefinir acciones, que vayan más allá de la contención policiaca.
La reingeniería en los cuerpos policiacos
Luego del ajuste procesado en la Secretaría de Seguridad Pública, se antoja necesario profundizar las tareas de reingeniería institucional de las diversas corporaciones policiacas que operan en la entidad. De no hacer eso, de poco o nada servirán los cambios efectuados.
En nuestro Estado como en el país, urgente resulta avanzar en la constitución de cuerpos policiacos más profesionales, que sean tratados con dignidad y que recuperen la confianza como aliados de la sociedad.
El sistema estatal de seguridad pública en Zacatecas
En Zacatecas, el Secretariado del Sistema de Seguridad Pública, que encabeza el maestro Jaime Francisco Flores Medina, está llamado a cumplir un papel estratégico de equilibrio profesional en la formación de los cuerpos policiacos en la entidad, para evitar que la violencia sea elemento y fuente de ingobernabilidad.