Francisco supera desconfianza vaticana al indigenismo en Chiapas

San Cristóbal de las Casas.- Con gestos concretos, durante su visita a San Cristóbal de las Casas, el Papa Francisco enterró años de desconfianza y preocupación del Vaticano por el indigenismo practicado en esta porción de la grey católica.

Este lunes, Francisco llegó a Chiapas para celebrar una misa multitudinaria en el Centro Deportivo Municipal de esta ciudad, en la cual participaron más de 100 mil personas, 10 mil de ellas indígenas.

Buena parte de la ceremonia se llevó a cabo en lenguas locales. En la explanada se escucharon lecturas, salmos y cánticos en tzotzil, tzeltal y chol. Al final de la ceremonia, algunos indígenas tomaron la palabra para agradecer el pontífice.

Le llamaron “Tatik”, padre, como solían denominar a Samuel Ruiz, el controvertido obispo que guió la diócesis de San Cristóbal entre 1959 y 1999, fallecido en 2011.

Al Papa agradecieron “por autorizar nuevamente el cargo de diaconado permanente indígena con su propia cultura, y haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas”. Y agregaron: “Queremos escuchar a Dios y hablarle en nuestro propio idioma”.

Se referían a dos decisiones clave del Vaticano. La primera fue la de levantar la suspensión para ordenar diáconos casados que pesaba sobre San Cristóbal desde 2001. A inicios de 2015, tras una revisión, Jorge Mario Bergoglio revocó esa prohibición.

El Vaticano había impuesto el veto tras varios años de reuniones de obispo y cardenales, para analizar la situación heredada por Ruiz. En Roma se temía que una excesiva ordenación de diáconos casados escondiese la voluntad de abolir, de facto, el celibato sacerdotal.

Incluso se llegó a temer que en San Cristóbal se estuviese formando un nuevo tipo de Iglesia que incubase un cisma latente. Debieron pasar 14 años antes de que el Papa argentino acabase con estos temores y recelos.

Los indígenas también agradecieron a Francisco la aprobación de las traducciones oficiales al náhuatl del misal y el leccionario, los textos que sirven de guía para la misa diaria y las ceremonias más importantes del catolicismo.

Según explicó el portavoz papal, Federico Lombardi, en la eucaristía de hoy, el Papa entregó un decreto que autoriza esas traducciones emitido por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano.

Aclaró que si bien el texto aprueba sólo el náhuatl, el idioma indígena más usado en México, simbólicamente se trata de un visto bueno para todas las lenguas originarias. Y aclaró que si bien todavía no existe una aprobación similar para el tzotzil, tzeltal y chol, los textos están en análisis.

“Aunque todavía no hay un decreto, el hecho que las fórmulas en esas lenguas se hayan usado durante una misa del Papa quiere decir que está bien que se haga y que es muy bueno”, indicó Lombardi.

“Normalmente se tienen las traducciones, se usan cotidianamente y después se mandan a la Santa Sede para una eventual autorización formal”, agregó.

De hecho, en la misa los indígenas le entregaron a Bergoglio una copia de la Biblia en tzotzil y un Nuevo Testamento en tzeltal, traducciones que tardaron más de 30 años en realizarse.

Otro gesto concreto del Papa que significó un cierre definitivo a una herida abierta entre San Cristóbal y el Vaticano, fue su decisión de rezar frente a la tumba de Samuel Ruiz, quien en su tiempo fue hostilizado por parte del episcopado de México y con un pasado polémico, entre otras cosas por su vinculación al grupo guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Aunque nunca fue sancionado por el Vaticano ni removido de su puesto de obispo, Ruiz fue dejado solo en su decisión de fungir como mediador en el conflicto chiapaneco, involucrándose en dos mesas de diálogo con presencia del gobierno.

El rezo de Francisco constituyó una suerte de reivindicación postmortem. Eso fue reconocido por los indígenas, quienes le agradecieron por la confianza que tuvo con ellos, por aumentar su fe en Dios y por la forma en que les enseñó.

“Llévanos en tu corazón con nuestra cultura, también con nuestra alegría y nuestros sufrimientos, con las injusticias que sufrimos, con el dolor de nuestros enfermos, con nuestros niños, jóvenes y ancianos, y con nuestra esperanza en Cristo resucitado”, indicó uno de ellos, en la misa de San Cristóbal.

“Aunque vives lejos en Roma, te sentimos muy cerca de nosotros. Síguenos contagiando la alegría del evangelio y sigue ayudándonos a cuidar la hermana y madre tierra, que Dios nos dio. Y que nos tengas en cuenta en tus oraciones, para que podamos realizar las obras de la misericordia”, añadió.

LNY/Notimex

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