Francisco, “cara a cara” con los mexicanos

Ciudad del Vaticano.- Francisco levantó los ojos del papel y sonrió mientras disfrutaba la melodía de un cantante callejero de Guanajuato. Las notas de aquella guitarra marcaron uno de los momentos más divertidos de su primer “cara a cara” con México, a pocos días de llegar al país.

Sergio, un espigado hombre mayor de anteojos a la John Lennon y cabellos lacios, logró captar el interés del Papa con su improvisación y el sonido de su armónica, que tocó con igual maestría que su guitarra.

No estaban en el mismo lugar físico, pero parecía que lo estaban. La voz de Sergio se sumó a la de muchos otros mexicanos que dialogaron con el líder católico gracias a un programa especial de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex.

Pasaban las 16:30 horas locales (15:30 GMT) del viernes 22 de enero en la Casa Santa Marta, la residencia donde viven obispos y cardenales que trabajan en el Vaticano, y que fue elegida como morada por Jorge Mario Bergoglio desde su elección papal, en marzo de 2013.

Ahí se grabó el programa, donde el Papa se reúne constantemente con viejos conocidos y nuevos amigos, bajo un enorme cuadro de la Virgen de los Desatanudos, imagen que conoció durante una breve estancia en Alemania y que llevó consigo a Buenos Aires, convirtiendo a muchos argentinos en sus fieles devotos.

En ese mismo lugar, el Centro Televisivo Vaticano montó un improvisado foro, con una pantalla y una cómoda silla para Francisco. Cuando él llegó todo estaba listo. Saludó a cada uno y se ubicó en su lugar.

En una hoja de papel iba siguiendo los testimonios de los 33 mexicanos, divididos en cuatro cápsulas de unos tres minutos cada una y sobre diversos temas: “Mensajes de bienvenida”, “La Virgen de Guadalupe”, “Mensajes de paz” y “La visita del Papa a México”.

Bergoglio escuchó muy concentrado todos los discursos. En sus respuestas eligió uno o dos aspectos de cada cápsula y los desarrolló improvisando.

En la última se le notó más interesado. Le impactaron los testimonios de José Ranulfo Lobato y Rubén de la Cruz Martínez, ambos de Guanajuato. Cuando escuchó sus palabras hizo anotaciones en el papel y a la hora de sus contestaciones confesó que esos dos mensajes le impactaron especialmente.

José Ranulfo es un adulto mayor que supo describir, con palabras sencillas pero acertadas, al Papa mismo: “Yo considero que son dos cosas las que dice: Aquí estoy, necesito hacer, ya les consta que he estado tratando de cambiar o modernizar la religión, necesito su ayuda”.

Por su parte, Rubén deseó que, con la llegada del pontífice, los católicos mexicanos salgan de su “letargo en la vivencia de la fe”, una realidad que sea vivida no sólo en el templo sino también que “se viva en la calle”.

Para contestar, Bergoglio no se preparó especialmente. Cuando llegó a la grabación no traía anotaciones ni papeles en sus manos.

El sabía que iba a dialogar con los mexicanos, desde el mes de diciembre de 2015 cuando aceptó participar en el ejercicio de “entrevista colectiva” coordinado por Notimex de cara a su viaje apostólico a México, previsto del 12 al 18 de febrero próximos.

Sus respuestas fueron lineales. En ocasiones con un tono más lento, en otras con mayor énfasis. Al finalizar la grabación agradeció a todos, con una sonrisa satisfecha.

Cuando se acercó al corresponsal de Notimex para despedirse confesó que le habían gustado los mensajes recibidos y bromeó asegurando que pensaba pedir a cámara que en México “no le den picante”, aunque al grabar se le olvidó.

Antes de retirarse, tras saludar de nuevo a todos los integrantes del Centro Televisivo Vaticano y los demás operadores presentes, el Papa se despidió asintiendo ante la frase: “Nos vemos en el vuelo con destino a México”.

LNY/Notimex

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