Frágiles emocionales, botín manipulador
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Desde hace algunas décadas, refiere el periodista, vivimos tiempos emocionalmente complejos, que hacen de muchos miles de nosotros, personas con una elevada fragilidad emocional. Esto tiene que ver con la forma en que procesamos nuestras emociones y la propia relación que hemos forjado con ellas. Les voy a poner un ejemplo, cada uno de nosotros o nosotras, guardamos en el subconsciente emociones específicas como el miedo, miedo a morir, a quedarnos sin empleo, que algo le ocurra a alguien a quien amamos, se trata de emociones dolorosas que ocultamos con oraciones en alguna religión, porque no las comprendemos.
De ello, de la fragilidad emocional, algunos, sobre todo en temas de la política, aprendieron a manipularnos, porque la manipulación puede generar muchos beneficios, sobre todo de poder, de dinero, control, egocentrismo, y si no me cree, volteé a Venezuela, Nicaragua, Cuba o antes a la Alemania Nazi. Después de “El príncipe”, esa obra de Maquiavelo escrita en 1513, la política ya no se define bajo una concepción religiosa o filosófica. La gobernanza se independizó de Dios y del «deber ser». En “el Principe”, Maquiavelo le sugería al gobernador de Florencia, Lorenzo “El Magnífico”, algunos puntos para ser amado, o temido. Le pedía entre otras cosas, enaltecer la figura del pueblo (por muy lastimado que este estuviera), hacerse del control del Senado, del ejército, de la iglesia y del suministro de alimentos. Esto, tal vez nos suene conocido.
Quizá por eso, en este singular o atípico momento de la política mexicana, tener el control del instrumento electoral y del aparato de justicia, pueda ser un paso enorme para romper en su totalidad con la división de poderes y hacerle creer “al pueblo” que ellos decidirán.
Una sociedad emocionalmente frágil podría suponer que así será y que los políticos del pasado son los responsables de su desgracia, pero que hoy se tiene un redentor justiciero que combate a los ricos, y que los “otros” partidos son culpables del crimen organizado, la pobreza, el desabasto de medicinas, la migración… En la política del hoy, mea culpa no es. Los cambios políticos van para largo y serán muchas más las emociones que se avecinan…
Colofón.- El Guinness de la pobreza
Es curioso –dice el filósofo del oscurantismo editorial mientras degusta de un taco de costilla con salsa verde en doble tortilla-. Apenas veía una propaganda política en la que se anuncia el sexto informe y último de este sexenio. En él, el aún mandatario revela que en su mandato se redujo la pobreza como nunca había ocurrido. Un récord que presumió en una de sus “mañaneras”. Claro que podría ser cierto y lo creerías si vivieras en otro país. Pero démosle el beneficio de la duda.
Al inicio de la administración del señor de Palacio, y de acuerdo con cifras del INEGI, había en México 8.7 millones de habitantes en pobreza extrema. En 2022 eran 9.1 millones en situación de vulnerabilidad y, aunque en 2024, por extraña razón no existen cifras claras, el gobierno federal presume que redujo la pobreza de 5 millones de personas; es decir, cinco millones de mexicanos ya no son pobres y en el país solo hay ¡4.1 millones de pobres! Enhorabuena a las comunidades de Veracruz, Guerrero, Morelos y el país completo.
Lo lamentable del caso es que esto no es comprobable y por tanto no podría entrar en el libro de los récords Guinness, ahora que está celebrando 69 años de historia (recordemos que se publicó por primera vez el 27 de agosto de 1955). Lástima, Margarito. Hasta otro Sótano.
X: @raulmanduj