Fiscalía de Oaxaca la gran encomienda del Congreso
SOLEDAD JARQUÍN EDGAR
La legislatura oaxaqueña tiene una tarea concreta: elegir a la o el nuevo titular de la Fiscalía General de Oaxaca. Algunos adelantados se veían asumiendo el cargo esta misma semana, pero la diputación ha decidido guardar las formas, ser políticamente correctos y actuar en consecuencia.
Así que hasta el 16 de marzo las y los profesionales del Derecho podrán llevar la documentación requerida, además de llevar carta, firmada bajo protesta de decir verdad, de no haber sido condenado por un delito doloso… y ahí es donde la puerca ha de torcer el rabo algunos de los alegres aspirantes.
La Comisión Permanente de Administración y Procuración de Justicia integrada por cuatro diputadas y un diputado, tres de ellas de Morena, una del PRI y uno del PT deberán revisar el cumplimiento de los requisitos exigidos y determinará quienes son las y los 10 aspirantes más idóneos. Para ello, según la convocatoria deberán observar los derechos de pluriculturalidad, derechos humanos, paridad de género y pro persona.
La mesa directiva de la legislatura local enviará al ejecutivo la lista de quienes serían los elegidos y éste devolverá una terna. Habrá una comparecencia, se someterá al voto del pleno y será designado quien obtenga las dos terceras partes de los miembros presentes. Si el Ejecutivo no envía la terna, el Congreso podrá elegirá a la o el fiscal de Oaxaca.
Bueno, con esto el Congreso podrá revertir mucho de lo que se ha dicho. En especial de Morena y la mayoría que tiene, una fracción que llegó fuerte y se fue debilitando conforme salían los intereses particulares a flote. Lo mismo que el PT que, aunque no es mayoría puede hacer fuerza. Y es que para nadie es nuevo y empieza a naturalizarse la forma en que se comportan allá adentro. Comparecencias donde algunas diputadas con compromiso humano, social y de género, prácticamente se quedaron solas, se enfrentaron al terrible silencio de sus propias compañeras, a los cuestionamientos y vieron cómo otros doblaron las manos. Esta vez, la fracción más grande que ha tenido la historia distinta al poder hegemónico, es decir, Morena, podrá reivindicarse con la sociedad, claro si algo de conciencia les queda.
La nueva o el nuevo fiscal tendrá un enorme compromiso, primero deshacer los nudos que le deja su antecesor. El soberbio de Rubén Vasconcelos Méndez, lo digo recordando algunas de sus memorables actuaciones, desplantes, mentiras y, sin duda alguna, actos terribles de corrupción. Entonces me preguntaba ¿cuánto tiempo te durará el cargo? Y pues no le duró los siete años programados. Hay quienes afirman que este obediente hombre, obediente al sistema claro está, fue despachado desde una oficina en la ciudad de México, desde allá de donde dicen se gobierna Oaxaca, porque a Oaxaca la gobierna una trilogía Padre-Hijo-Paloma.
El nuevo o la nueva fiscala tendrá que enfrentarse a las mafias, no solo a las conocidas como lo es el crimen organizado, ese que pulula por todas partes, sino a esas mafias que más daño hacen al país: las mafias del poder, que azuzan, corrompen, infiltran, compran y venden, que pasan por encima de quien sea para evitar que sus aliados lleguen a pisar un juzgado. Y digo que las hay en todas partes ejemplos sobran en estos días el priista Cuauhtémoc Gutiérrez en la Ciudad de México y morenista Félix Salgado Macedonio en Guerrero. Escapando una y otra vez a la justicia.
Oaxaca no es diferente a otras entidades mexicanas. Aquí nos despachamos todos los días trozos gigantes de corrupción. No conozco desde que soy periodista, hace casi cuatro décadas, funcionario que se vaya a su casa tal como entró. Todos y todas se van con las bolsas llenas de dinero, casas nuevas, cambian de residencia a zonas más caras, hijos e hijas que estudian en el extranjero, ranchos donde crían caballos pura sangre, se vuelven políticos y empresarios, inversionistas en Oaxaca y en otros lugares…
Esa historia que hemos naturalizado en México. Pero hay otros niveles de corrupción. Los beneficios del verticalismo sembrado por el PRI, los favores y los compadrazgos. Ese es el que más daño hace en México y en Oaxaca donde pulula el cacicazgo de determinadas familias según la región que habiten o la poderosa trilogía.
En Oaxaca hemos visto, cómo desde hace unos años, se protege al poder político, al económico y al religioso cuando se involucran en asesinatos, en feminicidios, en la desaparición de defensores de los derechos humanos, el medio ambiente y a periodistas. Ahí tenemos el caso de la familia de la ex senadora priista Cirila Sánchez, ya fallecida, cuyas hijas e hijo están involucrados en el asesinato violentísimo de Leslie Wilson; el asesinato de María del Sol Cruz Jarquín en un contexto electoral y donde hay una línea de priistas involucrados llamados Montero López y otros; el accidente fatal donde murió Ivanna Mingo y en el que también está involucrado otro priista, quien actúo de manera negligente en esos momentos, y el caso de la sobreviviente de feminicidio María Elena Ríos quemada en la cara y cuerpo en un hecho orquestado por un rico (de los ricotes que decía antes) y ex legislador priista.
Sí, adivinaron, ninguno de los cuatro casos tiene una solución, ninguno tiene justicia.
Esa es la peor corrupción a la que se puede enfrentar un ser humano, una madre, una familia, las víctimas en sí mismas. La protección cínica a actos atroces con responsables que tienen nombre y apellido. Ese es el cochinero que dejó Rubén Vasconcelos Méndez, y ese es el cochinero que debe resolver quien asuma el cargo.
Hay muchos que dicen yo. Ojalá lo piensen dos veces, porque no será nada fácil resolver estos enredos ni los múltiples hechos de corrupción. De ahí que las y los legisladores tienen en sus manos una grave encomienda decidir quién será el nuevo fiscal, uno diremos que no esté dispuesto a hacer pactos de corrupción. Y no hay que olvidar que hoy es por las víctimas, mañana por ustedes.
