Firmeza

SILVIA MONTES MONTAÑEZ

DESDE que llegó al Senado de la República con una excelente votación, Saúl Monreal Ávila sabía que, como en todo partido político –en este caso un movimiento social- habría que alinearse con las prioridades de un gobierno que está en la semana, al final de su vida.

EL MOMENTO de las definiciones alcanza a todos los políticos y por supuesto esta no iba a ser la excepción de modo que vimos a Saúl participativo, actuante y decidido a defender las reformas del presidente de la República comenzando, naturalmente, por la del Poder Judicial.

DE LLEGAR al Senado con una postura distinta, cualquiera de los integrantes de la bancada morenista habría enterrado su carrera y sobre todo faltado a la lealtad al líder que tiene prisa por los cambios de fondo en este país hasta el último minuto de su mandato.

A UNA CURUL hay que honrarla y los que lo lograron sabían lo que enfrentarían. No es fácil renunciar a los compromisos a menos que no se tenga moral como en el caso de Miguel Ángel Yunes que ya se ubica en el sótano de la historia al transigir convirtiéndose en un Judas.

POR MORENA y su aplanadora llegaron pues a estos espacios personajes como mi estimado Saúl, de quien yo no podría esperar otra cosa que la disciplina sustentada en principios con los que ha dado el debate en las mesas de la Cámara y en medios de comunicación.

LOS LEGISLADORES tienen en sus manos asuntos extremadamente delicados como los que hemos visto en días turbulentos en los que las manifestaciones en contra han ensombrecido sesiones en las que se obtuvo mayoría calificada y las que no la han necesitado.

ESTÁN ahí, en el ojo del huracán, los Monreal. Ricardo ha perdido muchísima credibilidad entre los  medios de comunicación mientras Saúl avanza en este sector tan demandante que sin duda sabrá ganarse por su carácter y su apertura para responder cualquier interrogante.

OBLIGADOS por el momento histórico que vivimos, ambos hermanos afrontan sus retos muy apegados a la doctrina morenista y, reitero, a estas alturas no podría ser de otra manera. Definirse en política es asunto vital que lleva costos y asumirlos es de hombres de palabra.

A LA CONGRUENCIA la considero un valor fundamental de la vida en todos los ámbitos y cito a Voltaire: podré no estar de acuerdo contigo, pero defenderé tu derecho a manifestarlo. Si todos entendiéramos esta máxima tendríamos un panorama muy distinto.

AHÍ UBICO a mi cachorro en la congruencia y le reconozco el valor para salir con la frente en alto precisamente a defender sus posiciones al mismo tiempo que no se desliga de Zacatecas donde es alta la expectativa sobre los apoyos que pueda traer al estado.

A SAÚL MONREAL lo mencionamos la mayoría de las analistas como aspirante natural a la gubernatura. La hazaña es sumamente compleja sobre todo por el desprestigio al que su hermano David ha llevado el apellido. Por lo pronto ya se ubica en muy alto nivel y actúa con firmeza. Pues que bueno.