Fallece Eugenio Toussaint de un paro cardiaco
Proceso
México, DF.- Al anochecer de este martes 8 comenzaron a darse cita decenas de colegas y admiradores del destacado pianista, compositor y jazzista mexicano Eugenio Toussaint en la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, cuyo repentino fallecimiento a los 56 años de edad por paro cardíaco fue dado a conocer la tarde de hoy.
“Eugenio Toussaint es uno de los mejores pianistas que ha tenido el jazz en México, su larga carrera es de gran trascendencia para nuestra historia musical y data desde la década de los setenta, cuando Eugenio fundó el conjunto Sacbé con sus hermanos menores (Enrique, Fernando y Cecilia) para posteriormente componer multitud de arreglos para grandes bandas, escribir obras sinfónicas y, asimismo, destacar en labores didácticas y de promoción artística por televisión”, señaló el bajista Rafael González Lumbreras, alias Kazt, líder del grupo Cristal y Acero, quien conoció al Sacbé de los hermanos Toussaint hacia 1975.
Desde la Ciudad de Oaxaca donde radica, Kazt expresó a la agencia informativa Apro:
“Es verdaderamente lamentable enterarnos de tan sorpresivo deceso, él es un artista muy querido en la comunidad musical. no sólo en nuestro país, sino también internacionalmente. Pienso que Eugenio Toussaint debe ser despedido con un enorme homenaje nacional en el Palacio de Bellas Artes por autoridades del INBA, el Conaculta, la SACM, el SUTM, y todos nosotros sus amigos músicos, verdaderamente lo merece.”
A finales de 2002, Eugenio Toussaint fue entrevistado por el reportero Roberto Ponce para la revista Proceso, con motivo de la aparición de Todo Sacbé (Global Entertainment/Actus Classic Recordings), dos CDs digitales con los seis discos que grabó con sus hermanos (el bajista Enrique y el percusionista Fernando) entre 1976 y 1996: Sacbé, Selva Tucanera, The Sleeping Lady, Dos mundos y The Paintors.
Ofrecemos a nuestros lectores algunos fragmentos de aquella entrevista.
Toussaint y el jazz
Pese a haber incursionado en los últimos años en la composición orquestal, el jazz no se separa de Eugenio Toussaint; es como una enfermedad más que benigna que lo ha acompañado casi genéticamente hasta esta semana, cuando una nueva grabación suya aparecerá con composiciones al piano.
Para quien tuvo la fortuna de escuchar a Sacbé (que en maya significa “Camino blanco”) en sus inicios, las noches del grupo tocando en el Musicafé 2 en la avenida Insurgentes, San Ángel, son memorias imborrables de jazz vital. Eugenio Toussaint regresa en el tiempo con palabras que suenan como catarata de notas bop:
“Mis padres se habían divorciado y en casa pasábamos una situación muy difícil, así que el primer lugar donde encontré trabajo fue el Musicafé 2 en 1973 como pianista de un grupo de música popular, era más como café cantante.
“Al paso del tiempo se fueron saliendo algunos músicos y yo hice mi propio grupo para darle la vuelta al lugar hacia el género del jazz, lo cual costó mucho trabajo porque varias veces el dueño de nombre Octavio nos corrió del lugar porque no quería que tocáramos jazz; pero ya ves, hoy lleva más de 20 años en el bar Nueva Orléans, donde es lo que se toca.
“Modestia aparte, transformamos ese lugar de jazz. 79 fue la época más fuerte de Sacbé, habíamos comenzado desde 1976 con la finalidad de hacer una propuesta de jazz contemporáneo de México sin pretender ser innovadores. Nos acusaban de copiar a Weather Report y no me importaba, sino ofrecer una música hecha en México aunque se pareciera a Weather Report, pero que fuera nuestro modo de decir las cosas y sí, el mismo tipo de música que se generaba en Estados Unidos y Europa entonces, con las mismas instrumentaciones y rítmicas de conjuntar en un solo lenguaje la música popular con el jazz, lo que ahora vino a llamarse la música del mundo.
“Ese fue el logro mayor de Sacbé: haber podido hacer música original en el sentido neto, nuestras piezas; pero también poder tocar cosas en nuestro repertorio que se estaban tocando entonces, de Weather Report o Return to Forever o Herbert Harbeber o ACM, que apenas empezaba el sello. Era estar, si no a la vanguardia, al menos no quedarnos rezagados y quedar paralelamente a lo mejor que había en el mundo. Eso fue lo principal de Sacbé.
“Fueron cosas muy buenas, muy interesantes para la cultura de México. El lugar fue una especie de escondite y de reunión. De ahí salieron gentes que brincaron de ahí como un René Delgado hasta Lidya Romero o Rosa Romero, muchos escritores y periodistas que andaban buscando un arte diferente en el mismo tenor.”
Camino hermanado
El año 1979 le traía a Eugenio Toussaint “recuerdos formidables” porque fue la consolidación de Sacbé y se fue con sus hermanos a vivir en Estados Unidos.
–¿Cómo era tu relación con tus hermanos entonces?
–Yo era un tirano en los ensayos con ellos, en cuanto a una disciplina de trabajo, de presentarse a tiempo en los conciertos porque realmente era duro. Hacíamos muchas giras con la UNA y otras universidades en condiciones muy precarias…
“Sin embargo había el entusiasmo de tocar ante estudiantes y en otros foros para cambiar la escena musical y que Sacbé se diera a conocer en otros ámbitos, y después en Estados Unidos y Europa si podíamos. La ventaja es que somos más o menos la misma generación y teníamos igual motivación, cada quien en su instrumento.”
La meta era muy clara: hacer del grupo algo importante en la música mexicana, “y teníamos la virtud de que ninguno estaba casado y mi madre, a pesar de que vivía una situación tirante, nos daba cobijaba y alimentaba. Cooperábamos con lo que podíamos, pero ella ayudó mucho”.
–¿Llamaron a su hermana Cecilia Toussaint, quien había formado La Nopalera con Arturo Cipriano, para cantar en Sacbé?
–Ella tenía muy claro lo que deseaba en su carrera. Además ella fue la primera en salirse de casa desde muy chica y cambió su vida. Ella empezó a roquear y la veíamos poco, pues no vivía acá.
“No sentíamos que ella era cantante de jazz y sin embargo, Cecilia sí nos llamó para varios de sus proyectos pero más como un aporte semi-jazzístico a su vertiente roquera y no al revés.”
Los dos primeros de Sacbé fueron producciones independientes.
“Sacbé, la presentación del grupo, y Selva tucanera se realizaron totalmente por el grupo, hay que recordar que en esa época no había propuestas independientes. Estaban Discos Pueblo y Nueva Cultura Latinoamericana, donde originalmente íbamos a sacarlo, pero en último momento, se me echaron pa’tras…
“Precisamente por eso hicimos un sello disquero propio y fue algo bastante inusitado en el jazz por aquel entonces. Fueron dos discos que llevábamos bajo el brazo para venderlos en los conciertos y los metimos en la tienda Discos Yoko, que también fueron productores del disco. Yo me llevé a San Francisco algunos y un amigo me compró 200 allá y los distribuyó el pianista Gerardo Bátiz, se metieron a las tiendas de Tower Records.”
El disco vendió bastante bien.
“Un día entré a la pastelería y oí una pieza de Sacbé y le pregunté a la pastelera qué era eso y me contestó enojada: ‘¡El radio!’; le dije: ‘Perdón, es que es música mía y nunca me imaginé…’ Fue muy grato escuchar en San Francisco algo nuestro sin saberlo.”
Ambos discos grabados totalmente en nuestro país fueron la punta de lanza del edificio Sacbé, y en ellos participó Alejandro Campos como saxofonista y fundador del grupo. Cuenta cómo surgió la pieza Camiones de Medellín:
“Fuimos a hacer algo que suena increíble ahora, una gira con Leo Dan para comprar la batería de Fernando un mes por Colombia, allá me llamaron la atención las guaguas de Medellín, muy coloridas que me recordaban las portadas de Weather Report, era como la parte exótica mía, de un veinteañero.
“La caja tiene todo lo que grabamos en la historia, con Marco Polo Garibay, quien participó en un track del primer disco. De los dos primeros discos se echaron a perder los masters y los que siguen son hechos en Estados Unidos, aunque hay como que uno intermedio, Street Corner, que viene en el CD dos, ya cuando se integra John Cross. Nos fuimos a Minessota y en vez de tener saxofonista, lo grabamos con guitarra pero no era el sonido que buscaba.
“Nos fuimos a vivir a Los Ángeles, en 1982, ya conocía a John Cross y le propongo grabar el tercer disco aquí en México. Es el primero que sale en Estados Unidos con el sello Discovery, gracias a Claire Fischer. Aztlán se graba íntegramente en Los Ángeles, en el ínter entramos a trabajar con Herp Alpert y Paul Anka, que es cuando se empieza a diluir el trabajo de Sacbé por atender esta parte comercial.”
Eugenio Toussaint reconoce:
“Sacbé no daba para vivir y sigue siendo muy difícil vivir del jazz en México. Ya tuvimos más tranquilidad para hacer más cosas. En 1986 decidí regresarme a México, fui director de la orquesta Paul Anka durante tres años y medio, me aburrí y volví para hacer en México mi propio proyecto, fundé un estudio de grabación asociado con Luis Gil que había sido el ingeniero de todos los discos de Sacbé.”
El estudio se llamó el Cuarto de Máquinas (“del que me separé en 1999”). Sacbé no estaba activo del todo y realizó allí otro disco con sus hermanos: Dos mundos. Eugenio Toussaint dijo entonces haber conocido al cantautor yucateco Guadalupe Trigo, fallecido trágicamente en 1982:
“Durante los últimos años entablé una muy buena relación con él por un arreglo que le hice a Gloria Lasso de Mi ciudad y que escuchó y le gustó, me localizó, y como yo conocía a la familia de (su esposa) Viola por mis papás y mi abuelo, nos vimos unas cuantas veces en la vida de Alfonso Ontiveros (nombre real de Guadalupe Trigo), me choqueó mucho cuando vi la noticia que había muerto, así que le quise hacer un pequeño homenaje, se llama Trovador”.
–¿Es el jazz una enfermedad incurable para usted?
–Yo el jazz no lo dejo. Con Leonard Bernstein tengo gran empatía, y aunque no dirijo tan frecuentemente como quisiera, ahora que me he dedicado mucho a la música clásica, sé que nunca dejaré el jazz.
“Lo que sí me interesa es que mi música y la mexicana se conozca en otros lados, en esto nos hemos rezagado mucho, aunque poco a poco van saliendo algunos proyectos que podrían hacer que esto mejorara.”
El año pasado, el periodista Antonio Malacara publicó el libro biográfico sobre Eugenio Toussaint Uhtohff (DF, 9 de octubre de 1954-8 de febrero 2011) intitulado Las tangentes, el jazz y la academia.