Energías para el futuro

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“Nos hace falta una revolución Mundial en el campo de las energías limpias, una revolución que haría la energía accesible y asequible a todos. Esto es esencial para minimizar los peligros climáticos, para reducir la pobreza, mejorar la salud a nivel mundial, dar más poder a las mujeres y cumplir con los objetivos de desarrollo del milenio”, esta afirmación de Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, sintetiza la necesidad de implementar un nuevo modelo de gestión ambiental y energética en el mundo a partir del aprovechamiento tecnológico y del uso de las energías renovables.

El contexto global en materia de energía y medio ambiente, obliga a todos los países a diseñar estrategias de desarrollo para alcanzar seguridad e independencia energética.

Paralelamente, se ha vuelto una necesidad encontrar alternativas para reducir el problema del calentamiento global, porque los procesos de producción y consumo de energía, son una de las principales fuentes de emisiones de gases efecto invernadero.

Según datos de la ONU, las naciones de América Latina y el Caribe muestran un avance importante en la aplicación de proyectos de energía renovable. Sin embargo, aún persisten algunas barreras para su aplicación: ciertas dificultades económicas, una capacidad técnica limitada para diseñar y desarrollar proyectos, escasa disponibilidad de créditos de fomento y altos costos de transición, así como diversas barreras sociales, sobre todo por la reducida capacidad de pago de los sectores de menores ingresos; sin dejar de lado la falta de un marco jurídico contundente que nos permita transitar a esquema sustentable de energías limpias.

A pesar de lo anterior, nuestro país ya comienza a obtener beneficios del ahorro generado por los programas aplicados de eficiencia energética.

Hasta ahora, pese a ciertos avances, los propósitos del Estado mexicano para establecer seriamente una alternativa para la viabilidad ambiental, han sido débiles. Resulta urgente diseñar políticas, objetivos y metas que tengan visos de mirar al futuro y dejar de utilizar dispendiosamente los hidrocarburos y el gas.

Hoy en día, exportamos en bruto e importamos montos cuantiosos de combustibles refinados y petroquímicos para sustentar el erario con la renta petrolera.

En la actualidad, casi el 90% de las energías proviene de los hidrocarburos, lo cual es insostenible, por lo que es urgente la participación de cada una de las regiones del país para incorporar en sus marcos normativos, las leyes necesarias para promover una reforma energética seria que sea acorde con las tendencias mundiales y que coadyuve a mejorar las condiciones de deteriorado del medio ambiente.

No podemos prolongar más la ausencia de previsión sobre el futuro; si no invertimos en el impulso de generación de energías limpias, el equilibrio ecológico se romperá cuando los hidrocarburos se agoten.

Es el momento de convertir la sustentabilidad ambiental en un eje transversal de las políticas públicas y como requisito para mejorar la calidad de vida de la población, fomentar el crecimiento urbano de manera ordenada y procurar la cohesión social en el territorio, promoviendo un uso racional y democrático de los recursos naturales.

México y Zacatecas aún están a tiempo de poner en práctica las medidas necesarias para que todos los proyectos, programas y planes de infraestructura, del sector productivo y del desarrollo social sean compatibles con la protección del ambiente.

Por nuestra parte, Zacatecas ocupa el segundo lugar nacional en cuanto a potencial para generar energía solar, por lo que debemos aprovecharlo para impulsar proyectos de desarrollo comunitario.

Nuestro estado irradia aproximadamente 491.25 Watts por segundo, según estudios de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ); en cuanto a la energía eólica, Zacatecas también posee un enorme potencial.

De acuerdo con diversos estudios, se podrían instalar alrededor de 130 estaciones para la generación de este tipo de energía y cubrir nuestro propio consumo, con la posibilidad cierta de en un futuro exportar a estados vecinos si se aprovecha cabalmente este potencial.

Finalmente, la cuestión de fondo radica en que a partir del uso creciente de las energías limpias, en un tiempo razonable, logremos una transición energética; es factible técnica y económicamente el uso de este sistema alternativo de energías, sólo es necesaria voluntad política y para incluir presupuestos adecuados para esta transformación para esta transformación.

A partir de ello, disminuirían las grandes inequidades económicas y sociales entre el mundo desarrollado y no desarrollado, puesto que las energías renovables son de fácil acceso, inagotables y económicamente viables, con la ventaja adicional que enfrentaríamos eficazmente el problema del calentamiento global, impulsando el desarrollo autogestivo de las comunidades; y no sólo para generar beneficios particulares.

De ahí la importancia de legislar en materia ambiental, para enriquecer nuestro marco legal y, desde el Congreso del Estado, trabajar por cumplir los objetivos de sustentabilidad que el planeta impone, en los que Zacatecas no puede quedar rezagado.

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