En Pachuca: Transición Violeta o La Comuna de París

SARA LOVERA

Sucedió un hecho insólito. Durante cien días funcionó sin problema un gobierno municipal feminista en Pachuca, Hidalgo. Por primera vez, la visión y la práctica feminista gobernó, en plena pandemia; atendió la violencia contra las mujeres y se probó la capacidad de decisión de un puñado de mujeres.

Creó la primera Secretaría de la Diversidad Sexual; usó bien los recursos, se difundió el contenido y valor de las palabras no patriarcales, hizo un plan de educación sexual, derechos reproductivos y capacitación. Pendientes cimentados para la nueva administración.

En Hidalgo, debido a elecciones pospuestas, el Congreso definió para 84 municipios, a partir de septiembre y por cien días, concejos municipales. Las nuevas administraciones entrarán en funciones este 14 de diciembre; al tiempo de nuevas instituciones en un municipio de más de 200 mil habitantes, dejaron lineamientos para continuar. Este gobierno partió de los derechos de las mujeres y de los derechos humanos. Parecía imposible, pero se materializó.

Llamado gobierno de Transición Feminista, la presidenta del Concejo, Tania Meza Escorza y un grupo de militantes, armó una política pública posible. En una ciudad capital del centro del país, de viejo raigambre priista, machista y patriarcal, ahora interpelado para la historia.

En ese breve tiempo, los recursos limitados se usaron creativamente. Bastaron cien días para delinear planes, programas e instituciones, colocando en el centro a las mujeres, desde una perspectiva feminista como eje rector.

¿Y cómo es eso? Que estas mujeres, antes de la sociedad civil, mostraron que es posible ejecutar políticas pensadas teóricamente. En experiencia única, desplegada en un país donde las mujeres gobiernan muy poco y siempre acotadas y vigiladas por los hombres. Mandaron, sin duda.

Se contactó y atendió a las familias, no a la familia, se difundieron conocimientos de sexualidad incluyente en las comunidades, aprovecharon espacios abandonados y expandieron acciones de derechos sexuales y reproductivos. Abandonaron la visión tradicionalista y asistencialista.

Fue como la Comuna de París, instalada en 1871, una experiencia revolucionaria breve, de sólo 72 días, pero, según escribió Carlos Marx, materializó y probó cómo la teoría no son inventos o fantasías, sino que es posible poner en práctica cómo la gente se convierte en el motor de la historia. Hoy, sus protagonistas se aprestan a sistematizar la experiencia y a difundirla.

Por ejemplo, saber que  sí pudo usar las finanzas con transparencia y poner en juego la voluntad política parar la violencia contra las mujeres en la administración pública para vencer la impunidad. Aquí pueden asomarse a la historia: https://www.semmexico.mx/?p=29830.

No se trató de un experimento, “porque un experimento es cuando no se tiene claro qué es lo que se quiere y cómo se quiere, y las feministas tenemos muy claro lo que queremos y cómo lo queremos. Por eso pudimos hacer tantas cosas en tan poco tiempo”, dijo Martha Canseco a SemMéxico, responsable del el Instituto Municipal de las Mujeres de Pachuca, convertido ahora en secretaría, entre otras muchas cosas a saber. Veremos.