En municipios zacatecanos con sequía, el agua es para las mineras

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Zacatecas, Zac.- Sería buena idea la construcción de infraestructura para que parte del agua que usa la mina Peñasquito –de la trasnacional canadiense Goldcorp, la cual extrae miles de litros por minuto de 30 pozos– para lavar concentrados de mineral se destinara a consumo humano y animal, así como a la agricultura en Mazapil y Villa de Cos, afirma el gerente de la Unión Ganadera Regional de Zacatecas, Felipe Cabral.

Agregó que ambos municipios son de los más afectados por la sequía en el semidesierto zacatecano, y pese a defender la creación de empleo por la minería –en este caso la de cielo abierto para extracción de oro en el municipio de Mazapil, a unos 290 kilómetros de la capital zacatecana–, considera conveniente la construcción de acueductos para llevar el agua a las poblaciones afectadas por la sequía en comunidades cercanas a la mina.

En entrevista, Cabral apuntó que es necesario realizar un plan para puntos de desarrollo de engorda semintensiva de ganado, el cual podría financiarse con aportes de los gobiernos federal, estatal y de los propios ganaderos, para hacer frente a una sequía que no se había padecido antes en el campo zacatecano desde 1957.

El uso del agua para la minería en la zona semidesértica ha sido cuestionado por el Frente Popular de Lucha de Zacatecas, integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. Felipe Pinedo, dirigente estatal, señaló que es un crimen que Goldcorp utilice –como ha reconocido la propia empresa– cinco mil 400 litros para la producción de una onza (28.3495 gramos) de oro.

Planes de producción

Además, de acuerdo con Marco Antonio Torres en su artículo ¿Qué hacer en Mazapil?, el esquema tributario en México es el peor del mundo: Cobra un derecho por hectárea, pero no grava las regalías, como en todo el mundo se hace. La empresa invirtió mil 700 millones de dólares en el desarrollo de la mina a cielo abierto. Según su sitio oficial en Internet, Goldcorp emplea, incluyendo a contratistas, a dos mil 695 personas. Para este año planea producir 425 mil onzas de oro.

Por su parte, el titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario estatal, Enrique Flores, informó que en Zacatecas hay 175 mil familias que viven directamente de la agricultura y la ganadería de temporal, de las cuales 75 mil no tienen ingresos para satisfacer sus necesidades básicas, por lo que urgen apoyos federales extraordinarios para atenderlas.

Entrevistado sobre la posibilidad de racionalizar el uso del agua en Mazapil, donde Goldcorp desarrolla también el proyecto Camino Rojo, dijo que no se dejaron de abastecer áreas agrícolas de riego por la minera, y que la empresa está generando mejores condiciones de vida que con el uso de esa agua para agricultura no se puede dar, y de ser el caso, no hubiera dado los ingresos que está generando la mina por sí misma.

El funcionario agregó que el problema se incrementa porque además de una sequía meteorológica, ahora tenemos una sequía hidrológica. La primera es cuando se tiene un déficit histórico de precipitaciones en un sitio agrícola; la hidrológica ocurre cuando las reservas se empiezan a agotar, explicó.

–Nos decían que desde que empezó a extraer agua la Goldcorp han bajado los mantos freáticos– se le planteó
–Bueno, para allá voy. No es problema de la minera. Ella compró concesiones autorizadas, volúmenes autorizados por la Comisión Nacional del Agua, con base en la disponibilidad de la cuenca.

–Claro, pero no había esta sequía. Están racionando el agua para riego y sin embargo la minera sigue sacando 27 litros de agua por segundo para lavar los concentrados de mineral.
–Sí, depende del gasto y la autorización del volumen de cada pozo.

–La pregunta sería: ¿Se puede racionar agua para que se use para consumo humano, animal o para riego?
–No es ese el caso –responde el funcionario–. Es tan simple como que no había esas áreas agrícolas antes de que estuviera la minera; ésta no tiene ni cinco años y anteriormente, revisen las cifras históricas, en este municipio no había una superficie de riego.

–Los ejidatarios en El Vergel nos dijeron que usaban su agua para riego y que les derrumbaron los dos pozos que estaban usando.
–El agua de esa cuenca es muy salina, que luego no favorece el desarrollo de la mayoría de los cultivos y se tiene que extraer a mucha profundidad con los consecuentes costos. Por esa razón, antes de que estuviera la minera no había un desarrollo agrícola de riego. Es correcto lo que ustedes comentan acerca de que la ley de aguas nacionales prioriza para consumo humano, agrícola y luego industrial, en ese orden.

–En este momento ocurre lo contrario…
–Sí, pero no porque se hayan dejado de abastecer áreas agrícolas de riego por la minera; se respetaron los volúmenes que ya existían. El uso de esa agua es industrial, sin que afecte ninguna de las superficies de riego.

–¿Cuál sería la política para revertir eso? –se le inquiere–. Con el uso de plantas potabilizadoras, por ejemplo, en La Laguna se lograron revertir los altos niveles de arsénico que había para abastecer el consumo humano y la zona rural.
–No es el caso de este proyecto, por su ubicación geográfica en el semidesierto zacatecano. El uso del agua es prioritaria para el consumo humano, pero siempre lo que se busca es generar bienestar de la familia. La minera está generando empleos, mejores condiciones de vida, que con el uso del líquido para agricultura no se puede dar y de ser el caso no hubiera dado los ingresos que está generando la mina por sí misma.

–¿Cuántos empleos genera la mina? En esa zona viven unas 15 mil familias, ¿no hay manera de hacer una reconversión?
–La verdad es que antes de que llegara la mina la situación era la misma.

–Pero no había habido sequía. La pregunta es: ¿Hay manera o no de hacer una reconversión de ese tipo de agua para, con una infraestructura adecuada, usarla para la alimentación del ganado, para la agricultura y para las familias, incluso con potabilización?
–Si, por supuesto, existe la tecnología suficiente para reutilizarla; hay que desdoblarla, dependiendo de los metales pesados que pudiera contener, pero, bueno, no es un tema que a su servidor como secretario de Desarrollo Agropecuario le competa directamente.

“Lo que yo puedo garantizar es que esa zona específica del semidesierto zacatecano –donde no solamente se puede hacer agricultura y ganadería habiendo agua, pues también hay que tener suelo y condiciones de clima que no se van a dar– lo que se busca es darle sustentabilidad a alguna actividad económica que genere el arraigo de la gente, que genere bienestar y calidad de vida; por eso ese tipo de inversiones extranjeras se ven favorables como política de desarrollo para el estado, siempre privilegiando y siempre cuidando que las comunidades que ya están arraigadas ahí tengan prioridad en el abastecimiento de todos los servicios y en el empleo de su mano de obra por estas empresas.

Con información de: La Jornada

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