En Morena se vale pensar
ERNESTO GONZÁLEZ ROMO
El nuevo sacerdote se bajó del camión y comenzó a caminar entre las veredas de aquellos pueblos olvidados. Visitó rancho por rancho presentándose con sus nuevos feligreses. Llegó hasta el último rincón a una choza llena de pobreza.
El Ranchero y su esposa lo recibieron con alegría y “entrados” en la plática, aquel campesino se quitó el sombrero y se quiso quitar también las dudas por eso empezó a cuestionar al sacerdote:
- Señor cura, ¿Por qué mi Padre Dios -siendo todo poderoso- permite que haya tantas injusticias en el mundo? mire, yo le pedí con todo mi corazón que me “lograra” a mi muchachito y se lo llevó de cáncer. Era un niño y se me murió en los huesos, con su barriga llena de cáncer. Dios es Nuestro Padre amoroso ¿por qué permitió que un niño sin pecado sufriera tanto?
Aquel ranchero ya había pensado mucho en su tragedia y el sacerdote sabía que no había ninguna respuesta racional para los dolidos cuestionamientos de aquel ranchero que lo único que tenía era a su hijo y hasta eso le fue arrebatado. El sacerdote tartamudeo un poco y finalmente decidió irse a su zona de confort:
- Hijo, esas cosas no te las puedo contestar, porqué son cosas de fe, la vida te podrá muchas pruebas y tú debes seguir creyendo en Dios, porque al final esa fe será premiada con el paraíso eterno.
La misma respuesta le han dado los dirigentes de Morena a miles de ciudadanos que han cuestionado la democracia interna de nuestro partido. Ante cualquier cuestionamiento sobre la polémica elección de Claudia Sheinbaum frente a Ricardo Monreal, inmediatamente se responde que la encuesta a pesar de ser secreta fue legítima, que todos aceptaron las reglas y que ahora se tienen que aguantar con los resultados, que no se trata de proyectos personales, que lo importa es el proyecto nacional, que todo es sacrificable. En resumen, que son cosas de fe y que la lealtad absoluta y la disciplina incondicional serán premiadas con el paraíso en el 2018.
El problema es que es que esas respuestas las pueden aceptar los priistas acostumbrados a agacharse y aplaudir cuando se les ordena, pero en morena hay miles de mujeres y hombres libres que no estamos dispuestos a renunciar a nuestra capacidad de razonar.
Morena recibe millones de pesos en prerrogativas que salen de los impuestos de los ciudadanos y esos ciudadanos tienen el derecho a exigir que nuestro partido sea ejemplar, esa crítica nos hará crecer como institución y nosotros debemos acostumbrarnos a darle cuentas a la ciudadanía.
Morena es diferente al PRI, es tiempo de demostrarlo, aquí no hay espacio para procedimientos secretos, todo lo que hagamos debe hacerse de frente a los ciudadanos, esto no son cosas de fe, es democracia y la única forma de construirla es con total transparencia.
Muchos compañeros se asustan con la crítica porque piensan que eso dañará la imagen de morena, pero si procesamos adecuadamente esas críticas saldremos fortalecidos y más unidos que nunca.
Morena no es el PRI, aquí no hay dogmas, nosotros no seguimos ordenes ni nos arrodillamos frente a la injusticia, en morena escuchamos razones, luchamos por causas y nunca renunciamos a nuestra capacidad de pensar por cuenta propia.
En el PRI todo mundo está listo para festejar un dedazo, pero en Morena nos damos la oportunidad de pedir democracia plena sin sentir ningún temor de que nos expulsen del paraíso, justamente por esa libertad miles de ciudadanos libres estamos en Morena y aquí seguiremos, mejorando con la crítica y construyendo una verdadera democracia para México.
Estoy seguro de que nuestros dirigentes nacionales entienden que Morena no tiene dueño, nuestro partido es un instrumento al servicio de los ciudadanos, porque sin la esperanza de la gente no somos nada. Llegó la hora de asumir la crítica con responsabilidad y corregir los errores, mejorar nuestros procesos internos y transparentarlo todo; el futuro del país está en juego.